La democracia interna, sus límites y su importancia

La consolidación del sistema de partidos políticos está estrechamente ligada con la democratización de esas organizaciones. El tema del mes examina los límites de la democracia intrapartidaria y presenta el modelo de democracia representativa como el más idóneo.

“Quien dice organización, dice tendencia a la oligarquía”, escribió Robert Michels en 1911. El sociólogo alemán llegó a esa conclusión luego de investigar a la socialdemocracia de su país, supuestamente el partido más democrático. Según él, la formación de organizaciones estructuradas de manera jerárquica es inevitable puesto que, tanto la división del trabajo y la especialización de sus integrantes como una férrea disciplina interna son necesarios, lo que conduce a que las decisiones sean tomadas por las elites dirigentes. Michels llegó también a la conclusión de que las masas no tienen ni el interés ni las capacidades para controlar de forma continua a los líderes de la organización. Por último, y no menos importante, para liderar organizaciones, decía, se requieren condiciones que no todos poseen: inteligencia, retórica, competencia social y capacidad de negociación.

La investigación de Michels fue un trabajo pionero en el campo de la democracia intrapartidaria. Hoy en día, suele ser citado por estudiosos del funcionamiento interno de los partidos políticos. Su obra de 1911, Zur Soziologie des Parteiwesens in der modernen Demokratie, es ya un clásico de la sociología política.

Los límites de la democracia interna

Si la tesis de Michels, según la cual el gobierno de los pocos, la oligarquía, es inevitable, es acertada, entonces vale preguntarse por los límites de la democracia interna y por los modelos que pueden aplicarse. ¿Es posible que los partidos políticos se conviertan en verdaderas instituciones democráticas? ¿Qué modelo de democracia interna puede aplicarse?

El politólogo alemán Oskar Nidermayer identifica tres conceptos de democracia intrapartidaria. El primero, heredado de la teoría económica de la democracia de Anthony Downs, se centra en la necesidad de las cúpulas de hacer la política que permita captar la mayor cantidad de votos. Para eso, se requiere la centralización del poder. La democracia interna deja lugar a la democracia interpartidaria, la competencia entre los partidos, ya que sus elites reclutan el personal y toman las decisiones que les permiten obtener la mayor cantidad de votos posibles.

El segundo concepto busca asegurar la existencia y el funcionamiento de la democracia interna. En vez de rechazarla como el modelo anterior, busca implementar una democracia interna limitada básicamente a lo electoral. Los militantes participan de manera activa en la elección de las planas dirigentes, de manera que éstas no carezcan de representatividad. Sin embargo, los militantes tienen poca o ninguna influencia en la formulación de las políticas, monopolizadas por las elites.

El tercer concepto prioriza la participación integral de las masas en el proceso político. Las bases participan tanto de la toma de decisiones como del reclutamiento del personal. Un modelo como este sólo puede cumplir sus funciones sociales siempre y cuando las decisiones que tomen los militantes se conviertan en decisiones de gobierno. Este concepto está además ligado al mandato imperativo, es decir, al hecho de que el representante elegido para un cargo de representación pública, como el de congresista, esté obligado a cumplir determinados objetivos planteados por el partido o el grupo de interés al que representa.

Los dos primeros modelos rechazan o limitan en gran medida la acción de los militantes. El último en vez, busca integrarlos plenamente. Sin embargo, este modelo choca con los límites de su propia viabilidad, puesto que puede conducir a la inmovilidad partidaria. Además, cabe preguntarse si es que existe alguna maquinaria capaz de introducir efectivamente tantos elementos de democracia directa dentro de la organización. Y siguiendo la línea de Michels, tampoco hay que olvidar que no todos los militantes tienen las cualidades necesarias para tomar decisiones de tamaña relevancia. La especialización al final se impondrá.

La democracia interna y el votante medio

Si bien la democracia interna se presenta como un fin en sí mismo, cabe preguntarse en qué medida ésta favorece a los partidos políticos. Volvamos al modelo de Downs. Según éste, las cúpulas partidarias deben tener el margen de maniobra suficiente para adaptar al partido al votante medio para así, maximizar sus votos. Ahora bien, si tomamos en cuenta la ley del politólogo británico May, veremos que la democracia intrapartidaria podría resultar perjudicial para las organizaciones políticas.

De acuerdo con May, dentro de los partidos existen grupos distintos que responden a intereses diversos. Los líderes, que por lo general son los que se presentan en las elecciones, están ante todo interesados en su carrera política, en ascender. Para ellos es fundamental acercarse al votante medio. De otro modo, sus posibilidades de acceder a algún cargo de representación son escasas. Los activistas por el contrario, tienen como interés fundamental la ideología, la posibilidad de que se implemente la política que ellos proponen. Por lo general, son más radicales que los líderes, puesto que no tienen la intención de hacer carrera y por tanto, no están igual de dispuestos a hacer concesiones. En un modelo de democracia interna en el que los activistas participan de la toma de decisiones y del reclutamiento de personal, se puede dar la posibilidad de que se elija a los candidatos y las políticas más radicales. De esa manera, el partido se aleja del votante medio.

Si bien este análisis es válido, es necesario considerar otros elementos. Para empezar, los partidos políticos no son solamente organizaciones que compiten entre sí para obtener cargos públicos. Tienen también una función representativa. Los partidos contribuyen a la formación de identidades políticas. Para eso, deben presentar programas de largo alcance con los que sus votantes puedan identificarse. La ideología no sólo se ve reflejada en el programa de gobierno, sino también en aquellas identidades que se forman con el tiempo y que responden a ciertos intereses. Así, a la socialdemocracia se la ha identificado históricamente como el partido de la justicia social.

Si los partidos políticos abandonan esas identidades con el único fin de adaptarse al votante medio, corren el riesgo de perder su razón de ser en el futuro. Partidos políticos que centran toda su atención en la maximización de votos, se exponen a quedarse sin militantes y al quedarse sin militantes pueden estar condenándose a su propia desaparición. Eso no quiere decir que los partidos pierdan capacidad de adaptarse a las circunstancias de cambio que se les presenta, en especial en estos, los tiempos de la aldea global.

La democracia interna, la democracia representativa

La democracia de occidente está basada en el principio de la democracia representativa. Ésta se impuso ya hace mucho sobre la democracia directa, por ejemplo. Normativamente, la democracia representativa se sustenta en el hecho de que, de ser necesario, los gobernantes pueden ser reemplazados por otros a través de la convocatoria a elecciones.

Los partidos políticos deben optar igualmente por la democracia representativa. Fórmulas como “un militante, un voto” se sustentan en ese principio. Sólo la democracia representativa puede satisfacer medianamente a todos los integrantes de una comunidad. Los otros dos modelos presentan deficiencias mucho más profundas. Un modelo compuesto por muchos elementos de democracia directa es casi imposible de realizar por las razones expuestas por Michels. Igualmente, un modelo en el que sólo hay lugar para la competencia interpartidaria puede condenar a los partidos a su práctica desaparición en la forma en la que los conocemos hoy. Y si eso sucede, lo lamentaremos, como hemos lamentado tantos otros sucesos en la historia de la política de partidos.


Ignazio De Ferrari

Bibliografía:

Michels, Robert (1974) [1911]: Formale Demokratie und oligarchische Wirklichkeit, en: Lenk, Kart / Neumann, Franz (edit.): Theorie und Soziologie der politischen Parteien, tomo II. Darmstadt. Págs. 3-26.

Niedermayer, Oskar (1993): Innerparteiliche Demokratie, en; Niedermayer Oskar / Stöss, Richard (edit.): Stand und Perspektiven der Parteienforschung in Deutschland. Opladen. Págs. 230-250.

14 thoughts on “La democracia interna, sus límites y su importancia

  1. En EEUU el economista Schumpeter escribio hace mucho acerca de que la masa no esta capacitada para tomar decisiones el afirma que “el tipico ciudadano cae a su mas bajo nivel de performance mental tan pronto como irrumpe en el campo politico. Que este solo argumenta y analiza de forma inmadura y que se centra solamente en la esfera de sus propios intereses personales. Que este se vuelve asi mismo como un primitivo.” Lo cual fue aceptado por la gran mayoria de los cientificos sociales americanos. Por tanto la democracia americana quedo relegada a ser simplemente un metodo, un grupo de procedimientos formales por medio del cual los ciudadanos pueden seleccionar entre un numero limitado de posibles lideres. Esto hace que el rol de los votantes sea el mismo que el rol de los consumidores en una economia de mercado con todas sus implicancias. Asi como la mayoria de los consumidores escoge dentro de un grupo de productos empaquetados por los comerciantes, asi mismo los votantes escogen entre un grupo de candidatos empaquetados por los partidos politicos. Contraviniendo contra toda teoria democratica.
    Esta definicion de democracia como un simple procedimiento es la que se practica en todos los paises occidentales y por tanto constituye una herramienta eficaz de control social.

  2. El problema de la participación de los militantes “de base”, radica en la educación que se brinda a todas las persona,tanto escolarizada como no escolarizada, que los prepara para ser subordinados ante “los especialistas y técnicos”. Esto es un problema que supera el marco de los Partidos Políticos

  3. SI ES NECESARIO LA EXISTENCIA Y PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LOS PARTIDOS Y ORGANIZACIONES POLÍTICAS EN UN PAIS ESPECIALMENTE CUANDO HAN EXISTIDO UNA SERIE DE CUESTIONAMIENTOS A LA GOBERNABILDAD Y DEMOCRACIA COMO EL CASO NUESTRO. PORQUE COMO PILARES DE LA DEMOCRACIA REDUNDAN EN LA EFECTIVA PARTICIPACION DE TODOS LOS CIUDADANOS SIN DISCRIMINACIÓN ALGUNA.
    ESTAMOS EN EL CAMINO, HAY QUE SEGUIR EN EL.

  4. Los conceptos emitidos en este documento son aplcables en gran medida a lo que sucede en Nicaragua internamente con algunos Partdos Politicos. De todas maneras es sumamente interesante y lo considero bastante positvo.

  5. le importancia de la democracia es La consolidación del sistema de partidos políticos está estrechamente ligada con la democratización de esas organizaciones. El tema del mes examina los límites de la democracia intrapartidaria y presenta el modelo de democracia representativa como el más idóneo.

  6. Hola el tema de democracia está muy interesante y personalmente creo q la democracia “sirve para organizarnos de tal modo que todos participemos y seamos escuchados con miras a lograr una vida más armoniosa en donde podamos ejercer nuestra libertad con responsabilidad y así desarrollarnos integralmente”.

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