¿Adiós Bolivia?

La renuncia del presidente boliviano Carlos Mesa pone punto final a una etapa de concertación. Las alternativas actuales son todas sombrías. De haber nuevas elecciones, el triunfo de Evo Morales y su Movimiento al Socialismo (MAS) es probable. Sus planes de estatizar el gas aumentarían la presión de las provincias del este – allí donde está situado el gas – por volverse autónomas. Quizá el futuro nos depare un vecino altiplánico mutilado, sin recursos naturales y adicto al narcotráfico.

Hace días que las manifestaciones impiden que el congreso boliviano sesione. El presidente del congreso, Hormando Vaca Díez, se dirige al país desde su domicilio. No está claro quién sucederá a Mesa por el momento ni cuándo se convocará a nuevas elecciones. En medio de esta ruptura institucional las miradas están puestas sobre el rol de las fuerzas armadas.

Un golpe militar sería condenado no solo por los Estados Unidos, sino por todos los países americanos. Podría ser, como más, una medida transitoria. Aún así, cabe preguntarse por quién han de tomar partido las instituciones armadas. Difícil imaginar que se inclinen por los protestantes, pues los disturbios protagonizados por éstos son contrarios a todo tipo de institucionalidad.

Por otro lado, los militares han dejado en claro que piensan defender la unidad de Bolivia. Es decir, no apoyan los pedidos independentistas por parte de las provincias del este (Santa Cruz, Tarija, El Beni y Pando). Estas han autoconvocado a un referéndum para decidir una autonomía fuerte, cercana a la secesión.

En esta situación sin salidas claras, con la amenaza de una guerra civil, Latinoamérica está llamada a actuar. Pero la Organización de Estados Americanos (OEA) tiene a un chileno, José Miguel Insulza, de secretario general. Es poco probable que los bolivianos acepten a Insulza como mediador. Queda la Comunidad Andina de Naciones (CAN), conformada por Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú. Su primera tarea consistiría en logar el levantamiento de las protestas que han terminado por paralizar el país.

La desintegración de Bolivia dejaría a una región pobre, sin gas y asediada por el narcotráfico, y otra región próspera, dueña de recursos naturales. El Perú, sin duda, perdería con esta opción. Según José Rodríguez Elizondo:

Las oportunidades estarían del lado de Brasil y Argentina, colindantes con las provincias más prósperas de Bolivia, que buscan su autonomía. En los sectores fronterizos se desarrollarían fuerzas de asociación, absorción y rechazo, de pronóstico global reservado. Chile y el Perú, por su parte, estarían entre los vecinos en riesgo. Un estallido boliviano los pondría ante un menú de posibilidades negativas.

Es urgente, pues, que la Comunidad Andina actúe, ofreciéndose como mediador, apoyando la concertación.

Por Evaristo Pentierra

Ver también: Bolivia, una vez más, en el ojo de la tormenta

3 thoughts on “¿Adiós Bolivia?

  1. Saludos

    Ojo, se habla de Autonomía, no de independencia (al menos no he leído en sus medios -los del MAS y demás- nada de independencia), que no es lo mismo, puesto que el MAS tiene “un plan” para todo el país andino y no sólo para esas zonas en concreto, esto es, los movimientos indígenas en los que se basa gran parte de la fuerza y el comunitarismo del MAS no permitirían la independencia.

    Gran parte de la culpa de esta situación ha sido la propia actuación del MAS, y no lo digo por las huelgas y movilizaciones pedidas desde su formación, sino que fueron ellos quienes no aceptaron en su momento, en marzo, la renuncia de Mesa, para luego hacer protestas pidiendo esta renuncia, peor imposible. Tampoco aceptaron en su día la petición del presidente de adelantar las elecciones, ahora piden esas elecciones (y no han pasado ni tres meses), y por último, se quejan de la actitud de Mesa frente a la ley de hidrocarburos, una ley que no quiso sancionar.

    Sobre el Referendum de Autonomía, la petición de celebrarlo y las condiciones del mismo son correctas (en su día lo dijo la Corte Nacional de Elecciones), aunque era (y es) el Congreso quien tiene que convocarlo… Y los pobres ni se pueden reunir ahora… Ahora, lo que no sé es que dijo el Congreso al respecto.

    La concertación no fue posible, cuando se negó el Congreso a aceptar la renuncia de Mesa la vez pasada se hizo un intento del mismo, con los operadores políticos que han llevado a Bolivia a esa situación, el MAS (y no recuerdo si algún otro partido), no quisieron participar en nada parecido a ello, ahora tienen el doble de poder que entonces, así que nada, dudo que esa vía para ellos sea efectiva.

    Elecciones YA, y todos con los ojos puestos para que no haya interferencias ni militares ni de terceros países.

    Hasta Luego ;)

  2. Gracias por los comentarios.

    Me parece difícil predecir las repercusiones que la situación pueda tener en Perú.

    En todo caso, los movimientos etno-nacionalistas (¿aún?) no tienen la misma fuerza como en Ecuador o en Bolivia. No tenemos nada parecido al MAS o a Pachakuti. Quizá se deba a que muchos ciudadanos prefieren definirse como ‘mestizos’ o ‘cholos’ antes que ‘indígenas’.

    De alguna forma, la identidad parece ser otra.

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