A pesar de las negativas de Perú y Bolivia, el chileno José Miguel Insulza fue elegido secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Al final, fueron 31 de 34 países americanos los que votaron por Insulza. Llegó la hora de que Bolivia y Perú apoyen al nuevo secretario – por el bien de Latinoamérica.

Tanto Perú como Bolivia se abstuvieron de votar a favor de Insulza por cuestiones bilaterales. Bolivia sigue reclamando a Chile el acceso marítimo que perdiera en la Guerra del Pacífico (1879-1883). Perú, por su parte, dispone de un informe interno que comprobaría el envío de armas de Chile a Ecuador durante el conflicto del Cenepa entre Perú y Ecuador, en 1995. Hecho que violaría la neutralidad que Chile debió asumir al ser país garante del Protocolo de Río de Janeiro.

El canciller boliviano, Juan Ignacio Siles, afirmó que la candidatura de Insulza representa para Bolivia una “oportunidad” para reivindicar su reclamo frente a Chile. Es decir, la negativa boliviana no obedece a una opinión determinada sobre Insulza y su futuro papel en la OEA. Es, más bien, instrumento de protesta. El caso de Perú es distinto, pues Insulza fue canciller chileno durante el conflicto del Cenepa y la venta de armas a Ecuador.

En su primeras declaraciones tras ser elegido, Insulza tuvo palabras reconciliadoras para Bolivia. Aseguró que nunca hará nada que pueda perjudicar los intereses de Bolivia. Más allá de estas palabras, es de esperar que Insulza desempeñe un papel bastante distinto al de sus cargos anteriores. Insulza debe saber que el éxito de su gestión dependerá de su capacidad de generar consensos. Tremenda tarea considerando que la OEA cuenta con 35 países miembros (Cuba es miembro, pero no participa). Considerando, también, que hasta el momento la OEA no ha tenido mayor protagonismo a la hora de anticipar o resolver conflictos. La caída de Lucio Gutiérrez en Ecuador es la más reciente prueba de ello. Pero también está la incapacidad de Latinoamérica de hablar con voz propia frente a los EE.UU.

Por ello, la elección de Insulza nace con al menos una buena estrella. Hasta estas elecciones, lo usual era que ganara el candidato apoyado por los EE.UU. Esta vez, el gigante del norte apoyó inicialmente al principal rival de Insulza, el mexicano Derbez. El reciente retiro de Derbez dejando como único candidato a Insulza no habría sido posible sin el visto bueno de los EE.UU., quienes tienen gran influencia en los países de Centroamérica.

La elección de Insulza se presenta, pues, como oportunidad de consolidación a nivel latinoamericano. En palabras del nuevo secretario general: “debemos ser capaces de forjar los consensos que nos permitan superar la equivocada percepción de irrelevancia que perjudica nuestro esfuerzo hemisférico”.

Por Evaristo Pentierra

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