La Comisión de Constitución del Congreso ha venido discutiendo una serie de reformas electorales, e institucionales en general, que tienen como fin la gobernabilidad y la mejora de la calidad legislativa. Entre las reformas destacan el voto de las Fuerzas Armadas, que ya ha sido aprobado, el voto voluntario, el retorno a la bicameralidad y la eliminación del voto preferencial.

Pese a lo necesario de muchas de estas reformas, los congresistas parecen haber olvidado una de las más importantes: la barrera legal para ingresar al Parlamento.

La barrera legal consiste en establecer un porcentaje mínimo de votos para que los partidos puedan obtener algún escaño en el Congreso. Esta barrera puede ponerse tanto en los distritos electorales, es decir, en las circunscripciones, o en todo el territorio nacional. También puede establecerse en ambos niveles.

El fin último de la barrera electoral es reducir la atomización partidaria en el Parlamento. Dicho de otra manera, busca reducir el número de partidos y así favorecer la posibilidad de llegar a acuerdos con más facilidad. Se trata de dar un impulso a la gobernabilidad.

En sistemas de elección proporcional como el nuestro, la barrera legal ha tenido mucho éxito en los países donde se ha aplicado. En Alemania por ejemplo, la barrera es de 5%, pero en los países escandinavos es solamente de 3% y en algunos casos de 2%.

En los últimos días se ha escuchado decir que la nueva ley de partidos políticos no ha contribuido a reducir el número de organizaciones políticas. Sin embargo, ese no debería ser el fin último de ésta, puesto que la legislación no debe limitar el derecho a organizarse. Lo que sí se debe hacer, es no permitir la elección de partidos que no representan a nadie. Por eso, una barrera de 5% a nivel nacional más una de 3% en las circunscripciones resultaría muy alentadora.

Sin embargo, difícilmente podemos esperar que los actuales congresistas aprueben una reforma de este tipo. No es de esperar que los padres de la patria estén dispuestos a ver sus posibilidades de reelegirse reducidas. Los únicos partidos que podrían estar interesados son aquellos que están medianamente bien organizados y que saben que superarán el 5% con facilidad. Es decir, el APRA y probablemente Acción Popular. El PPC también podría entrar en el cálculo. Lamentablemente, éstos tres partidos juntos apenas si superan los 40 escaños en el Congreso actual.

Ignazio De Ferrari