En Lima, todos juegan

Juegan el APRA, el nacionalismo y la derecha. Los dos primeros apelan a fórmulas exitosas del pasado: el buen momento presidencial y la herencia de Barrantes. En Unidad Nacional hay confianza, las encuestas dan para la tranquilidad. Lourdes Flores anuncia apoyo total a Castañeda; quizá, después de tanta derrota, con la victoria de su socio cosecha alguito ella también. Pero en realidad, la victoria de Castañeda podría acabar con su liderazgo.

En la capital, el APRA y la izquierda sólo han ganado la alcaldía metropolitana en una ocasión cada uno. En 1983, el popular líder de la Izquierda Unida, Alfonso Barrantes, obtuvo una victoria ajustada. En 1986, las elecciones municipales coincidieron con el momento en que el gobierno aprista estaba en la cresta de su popularidad. El candidato de la estrella, el actual premier Jorge del Castillo, derrotó por un estrecho margen a Barrantes. Fuera de esos dos casos, en la capital siempre han triunfado candidatos de partidos conservadores, de partidos moderados, o independientes próximos a partidos de centro-derecha o con una antigua militancia en alguno de ellos.

La primera elección municipal, en 1963, fue ganada por el candidato de la Democracia Cristiana, Luis Bedoya. En 1966, alcanzó la reelección. Tras los gobiernos militares, en 1980, Antenor Orrego de Acción Popular fue elegido alcalde metropolitano. En 1989, el independiente Belmont ganó la alcaldía de la capital. El presentador televisivo, que derrotó al candidato del FREDEMO, apoyó un año después a Vargas Llosa en la elección presidencial. En 1993, el fujimorismo itentó postular al burgomaestre chorrillano Pablo Gutiérrez que, a última hora, tuvo que renunciar por falta de apoyo popular. Belmont logró la reelección. En 1995, el ex pepecista Alberto Andrade, quien acababa de crear su propia agrupación, venció al candidato oficialista Jaime Yoshiyama. Tres años después, en 1998, Andrade derrotó una vez más al candidato oficialista, esta vez el ingeniero Hurtado Miller. En el 2002, el candidato de Unidad Nacional, el actual alcalde Castañeda, derrotó sorpresivamente a Andrade.

¿Repitiendo fórmulas?

La plana de candidatos con miras a las elecciones de noviembre ha empezado ha tomar cuerpo en las últimas semanas. A estas alturas, solamente falta que el nacionalismo defina a su candidato, aunque todo indica que postulará a Gonzálo García Nuñez, quien acompañó a Ollanta Humala en la plancha presidencial.

García Nuñez ha hablado en la última semana de reeditar una alianza con la izquierda, similar a la que llevó a Barrantes al sillón de Riva Agüero. La idea sería recuperar, lo que ellos llaman, la herencia del barrantismo. Durante su gestión, en la que García Nuñez fue regidor, Barrantes creó el programa del vaso de leche, por el que mantuvo una gran popularidad en los sectores más pobres.

En tienda aprista, en un primer momento se pensó en apoyar la candidatura de Castañeda o la del pastor Lay. Fnalmente, decidieron presentar a Benedicto Jiménez, ex candidato al Congreso y artífice de la captura de Abimael Guzmán en 1992. De esa manera, el APRA buscaría centrar su campaña en el tema de la seguridad ciudadana, postulando a un ex miembro de la policía con experiencia en la materia.

Mientras tanto, Castañeda sigue siendo el rival a vencer. Según la última encuesta de Apoyo del pasado domingo, 47% de los entrevistados aseguran que definitivamente votarán por él, mientras que un 33% adicional dice que podría votar por el actual burgomaestre. Sin embargo, tanto los nacionalistas como los apristas creen poder contrarrestar el apoyo a Castañeda apelando a fórmulas que resultaron victoriosas en el pasado: los nacionalistas rescatando el espíritu de Barrantes y los apristas confiando en que la actual popularidad de García le acabará dando un impulso final a la candidatura de Jiménez.

Los fantasmas de Lourdes

En esta elección no sólo entrarán a la cancha los candidatos de los diferentes partidos o alianzas. La ex aspirante presidencial, Lourdes Flores, ha anunciado que acompañará a su socio político Luis Castañeda en su campaña por la comuna limeña. A Unidad Nacional le vendría, ciertamente, bien una victoria, en especial en su plaza principal, tras la catástrofe de abril. Sin embargo, pese al apoyo anunciado, cabe preguntarse acerca de la conveniencia de la victoria de Castañeda para la carrera política de Flores.

Por un lado, una derrota de Castañeda podría acabar precipitando el final de la alianza Unidad Nacional, que con la salida de Renovación hace unos meses, pareció iniciar su fase de descomposición. A su vez, una derrota debilitaría considerablemente su liderazgo dentro de la derecha. Por el contrario, de conseguir la victoria, que a todas luces parece segura, podría crearse un espejismo en ese espacio político que llevaría a sus dirigentes, en especial a los de Solidaridad, a creer que Castañeda es presidenciable y, más aún, que puede ganar una elección de ese calibre. Por lo pronto, en ese partido ya se escuchan voces, como la de la congresista Fabiola Morales, que exigen la candidatura de Castañeda en el 2011.

Con su anuncio de apoyo total a Castañeda, Lourdes Flores parece haber jugado la carta segura. La lógica de a quien dos veces se le quemó el pan en la puerta del horno parece ser acoplarse al ganador y esperar que, en la algarabía de la victoria, alguien se acuerde que el vencedor es su socio.

Ignazio De Ferrari

3 thoughts on “En Lima, todos juegan

  1. “Tomo mi vaso de leche
    Todas las mañanas
    para crecer sano y fuerte
    como mis hermanos…”

    (y el coro final no lo recuerdo, pero lo último decía así):

    “………
    ………
    para servir al Perú…”

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