Crónica semanal (19 al 25 de julio)

El 25 de julio, los nuevos congresistas, los flamantes padres de la patria prestaron juramento. De esa manera, empezó el período legislativo 2006-2011. La ceremonia estuvo cargada de juramentos de lo más jocosos, como el de los legisladores que juraron por sus regiones o por los cocaleros. Además algunos de los flamantes congresistas se olvidaron del protocolar “por Dios y por la patria”.

Uno de los legisladores que más llamó la atención con su juramento fue el nacionalista Miró Ruiz. Envalentonado, el representante de Huancavelica pasó al frente y juró en contra del “transfuguismo traidor”. Se trataba de la venganza de los legisladores de la alianza PNP-UPP que no le perdonaron a Carlos Torres Caro que abandonara las filas de Ollanta Humala, luego de que fuera su candidato a la vicepresidencia. Justamente era Torres Caro el encargado de prestar el juramento, y algunos legisladores no perdieron la oprtunidad para hacerle saber su molestia al ex defensor de Humala.

Entre los que hicieron alguna referencia al transfuguismo estuvieron también Werler Cabrera y Janet Cajahuanca. Sin embargo, Torres Caro obligó en los tres casos a repetir el juramento. Ruiz se negó a hacerlo, lo que lo dejó sin facultad para votar en la sesión de investidura de la nueva mesa directiva del Congreso. Otra legisladora nacionalista, María Acosta, decidió expresarle su rechazo a Torres Caro al no acudir a la sesión.

Los representantes del APRA hicieron gala de su disciplina partidaria y juramentaron todos por la memoria de Haya de la Torre. La excepción fue Javier Valle Riestra, quien vuelve al Conreso después de 14 años y juró “por Dios, por la patria y […] conforme al artículo 307 de la Constitución de 1979 que nos da facultades constituyentes para restaurar ese documento profano” (www.peru.com). El primer párrafo del artículo 307 de esa Constitución dice lo siguiente:

“Esta Constitución no pierde su vigencia ni deja de observarse por acto de fuerza o cuando fuere derogada por cualquier otro medio distinto del que ella misma dispone. En estas eventualidades todo ciudadano investido o no de autoridad tiene el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.

Pese a que algunos congresistas se excedieron en sus juramentos, lo cierto es que el presidente de la Junta Preparatoria, Carlos Torres Caro, se exedió en sus facultades. La lluvia de críticas no se ha hecho esperar por lo que se considera una toma de juramento en la que se produjeron discriminaciones sistemáticas. En ese sentido opinó el director de Perú 21, Augusto Álvarez Rodrich en ese mismo medio:

¿Por qué sí se podía jurar por los que carecen de agua y no, en cambio, por las comunidades campesinas? ¿Por qué sí por Víctor Raúl Haya de la Torre y no por Alberto Fujimori? ¿Por qué no se podía hacerlo por la familia, mientras que sí se permitía por la Constitución de 1979, lo que en la práctica implica desconocer la de 1993, que es la que está vigente y, por lo tanto, la que debe regir sus actos?
Por último, ¿para qué meter a Dios y a la patria en toda esta pachanga? Mejor hubiera sido que cada uno prometiera nomás por lo que quisiera, y que la gente juzgara lo sucedido. Y que, en el futuro, para evitar estos bochornos, se haga un acto en el que, como en los matrimonios masivos, todos juren al unísono: “Sí prometo cumplir la ley”. Si al menos eso se lograra, ya tendríamos un gran avance.

Ignazio De Ferrari

3 thoughts on “Crónica semanal (19 al 25 de julio)

  1. Tierra de nadie.

    Donde realmente nuestro pueblo es siempre el burlado de tanta teatrería de parte de la politiquería que nos hunde cada vez más en el fango, y con muchas cosas como estas que son solo un acto excibicionista, con el propósito de distraer la conciencia de lo que vendrá despues, cuando estemos más hundidos en las deudas a las cuales no se les presta atención, y aun a riesgo de nuestro territorio que el Sur no se cansa de amenazar, a quién le importa si solo buscan el momento de enriquecerse, a quién le importa la patria si ya estan perdidos todos nuestros valores patrios? a vista y paciencia de la flagrante política que no le interesa sumerguir a la nación en la ignorancia, de pueblos olvidados fuera de la capital? cuándo defenderemos de verdad nuestra identidad patriótica? conciendo la historia de verdad no la que les interesa demostrar para ocultar en el pasado las atrocidades que hoy siguen proyectando con sus oscuros movimientos?

  2. Excentricidades de la actual era republicana, herencia cultural de la demagogia “disque” chauvinista de aquellos profanos e ilegitimos “Padres de la Patria” tiranos, autócratas que con sus extrafalarias costumbres clasistas y aderezadas con ese toque imperialista y totalitario que toda dictadura yuxtapone, han sumido en una esteril concepcion de la politica y lo politico que trasciende desde la etapa post-virreynal hasta la actualidad. Y es que cuando De Ferrari narra el sandungueo con el que nuestros nuevos legisladores juramentan y la falta de tablas con la que Torres Caro profiere inexperiencia exponiendo y luciendo su total incapacidad para llevar una ceremonia llena de protocolos, ornamentos, formalidades e inclusive rituales putrefactos mas acordes con un espacio temporal anterior al contemporaneo y cercano a la de aquella tirania hegemónica, el cirio que penetra mi mas soberana tranquilidad me conduce a protagonizar con un puñado de lineas -y unas cuantas mas- una reflexion abierta sobre lo “pacharaco” que puede resultar los canones establecidos para la toma de posesion del nuevo Ejecutivo, asi mismo del Legislativo, y de los acontecimientos ensombrecedores a los que la opinion publica tenemos acostumbrados a ser participes. Debe ser que por las fechas en las que estamos, llenas de banderas que ondean en las casas –incluidas invasiones- que bajo pena de multa improvisan un mastil y una blanquiroja (o blanqui-rosa en la practica) para hacer presente que nuestro civismo no nace sino se hace, achompados y escarapelados por norma y rodeados de circos donde la mayor atraccion no es un enano que sabe hacer piruetas sino las vejaciones a las que pueden llegar a someter a un grupo de animales para el deleite de la aficion, vicisitudes que se extrapolan a las Instituciones publicas probablemente por el gran éxito que tienen las empresas circenses en nuestro pais. Sin embargo poca gracia le veo a la “fantochada” y escabrosidad con los que estos nuevos politicos hacen gala de su precariedad cultural y de esa herencia demagogica por las que unos juran por Haya de la Torre, otros por Dios y por la Patria e inclusive por una Carta magna apocrifa. Lo que es yo, como ciu

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