La chakana y el FIM vuelven al control del Congreso. ¿Quiénes ganan con esto? ¿Quiénes pierden? ¿O será que todos ganan? Pero, ¿también Ántero Florez-Aráoz? ¿Será acaso la última victoria de Perú Posible?

La alianza de gobierno volverá a controlar la mesa directiva del Congreso en el último año de la administración Toledo. En la votación de hoy, Marcial Ayaipoma será elegido presidente del parlamento con los votos de Perú Posible (PP), el Frente Independiente Moralizador (FIM), Perú Ahora (PA) y Unión Parlamentaria Descentralista (UPD). Se espera que incluso la novísima bancada de Alianza Nacional (AN) le de su apoyo a Ayaipoma.

Perú Posible vuelve a controlar el Congreso luego de una año de manejo de la alianza del APRA y Unidad Nacional (UN). Como se recuerda, hace un año, Ántero Florez-Aráoz ganó la elección por una diferencia de tres votos. Ese día, Luis Solari libró su última batalla en las filas del partido que ayudó a fundar.

El año de presidencia de Florez-Áraoz deja como legado más positivo el cierre de la cédula viva, un régimen pensionario injusto que beneficiaba a muy pocos y que, en su día, fuera el caballito de batalla de la reforma del estado que Beatriz Merino intentara impulsar. Sin embargo, el último año legislativo dejó también muchos sinsabores, en especial en materia anticorrupción. Los congresistas dejaron que muchos de sus colegas corruptos quedaran impunes. El caso que más sonó fue el de Jorge Mufarech, de quien se decía tenía una minibancada dentro de PP. Así fue que se acuñó la frase otorongo no come otorongo.

El 2006 en el horizonte

La elección de hoy deja la sensación de que las fuerzas parlamentarias tienen la mirada puesta en abril de 2006. No hay otra forma de interpretar el hecho de que se presente una sola candidatura y que tanto el APRA como UN se abstengan de votar, dando su venia a la nueva mesa.

Para PP y el FIM, controlar el Congreso en el último año de gobierno era fundamental. Pese a las bajas sufridas en los cuatro años de gestión, ambos partidos necesitaban dar una señal de solidez. De continuar la alianza entre ambas agrupaciones, posibilidad que dejó abierta Fausto Alvarado en una reciente entrevista con El Comercio, resultaba imprescindible tener un parlamento que permitiera un mayor lucimiento y que ayudara a olvidar los tragos amargos de los últimos años. De esa manera, la posibilidad de obtener una bancada que permitiese bloquear una posible investigación a Toledo y a su entorno a partir de 2006 se hacía más factible con un gobierno haciendo obras en la recta final. PP y el FIM apostaron a ganador.

Por el lado del APRA y de UN, liberarse del control del legislativo, es como sacarse un peso de encima, deshacerse de un muerto. Ahora pueden concentrarse en las labores de la campaña electoral sin tener el deber de controlar la agenda parlamentaria y, de paso, ser el catalizador del descontento popular. Es que no hay que olvidar que este Congreso ha llegado a niveles históricos de impopularidad. Al parecer, ellos también apostaron a ganador.

Lo que se viene

El último año de gobierno, debería ser el de la consolidación del régimen. El último mes, ha mostrado un repunte de Toledo en las encuestas. Si la economía sigue dando buenas noticias, el presidente podría llegar a julio de 2006 con un 30% de aprobación. Pero claro, Toledo ha sabido encargarse que a cada repunte lo siga un respectivo desplome.

Para la chakana será fundamental aprobar el TLC antes de dejar el gobierno. Es de esperar que en eso se centre la agenda de este año legislativo. También es de esperar que si el Congreso no le da el sí al TLC antes de diciembre, difícilmente lo haga entre enero y julio. Por esa razón, PP y el FIM deben hacer todo lo posible para que el tratado no sea un factor en la campaña.

Por otro lado, al gobierno no le vendría nada mal renovar su compromiso con la lucha contra la corrupción. Hace poco, el procurador Antonio Maldonado denunció el escaso apoyo político a esa causa por parte del ejecutivo. En ese sentido, un parlamento favorable no estaría de más.

Los perdedores, los ganadores

Si a nivel partidario, la elección de Ayaipoma parece responder a cálculos racionales acertados, para algunas figuras, la investidura de la nueva mesa directiva no representa buenas noticias. Al final del día, el gran perdedor parece ser el propio presidente saliente, Ántero Florez-Aráoz.

Nadie duda del peso que tiene Florez-Aráoz en el Partido Popular Cristiano (PPC), en el que ha militado siempre. Los facciones “anteristas” en ese partido esperaban que la presidencia del Congreso le dieran los aires de estadista necesarios que lo catapultaran a una victoria en una elección interna contra la otra Flores del PPC, Lourdes. Sin embargo, las últimas encuestas reflejan que la ex candidata presidencial es la lideresa indiscutida de los socialcristianos. Para Florez-Aráoz, darle pelea a Flores a estas alturas ya no tiene mucho sentido. Ántero se debe estar preguntando en que falló su gestión.

A nivel personal, el gran ganador es Toledo. En un sistema presidencial en el que no existe reelección inmediata, el jefe de estado suele convertirse en un lame duck antes de la siguiente elección. Sin embargo, en el 2006, Toledo se juega más de lo esperado. Una vez perdida la inmunidad presidencial, la posibilidad de ser enjuiciado por los numerosos actos de corrupción denunciados en los últimos tiempos, se presenta como una posibilidad real. Por estas horas, Toledo debe estar festejando la disciplina con la que la chakana detrminó la elección de su compañero Ayaipoma: Yo conozco a mis pescaos, se debe estar diciendo.

Ignazio De Ferrari