Esa desgraciada coincidencia

El Perú sigue exigiendo disculpas a Chile mientras Chile insiste en que no tiene por qué hacerlo. Ahora, al menos, los hechos están claros: Chile confirmó haber entregado municiones a Ecuador durante el conflicto del Cenepa. Lo considera una desgraciada coincidencia, pues afirma que el contrato se firmó antes de inicarse el conflicto. Explicación poco convincente, toda vez que Chile tenía la obligación de guardar neutralidad. En todo caso, el motivo por el cual el incidente no se resolvió en 1995 tiene un nombre: Alberto Fujimori.

Mariano Fernández, vice-canciller chileno en 1995, se encargó de aclarar la situación. En artículo publicado en el diario chileno La Segunda, Fernández confirmó la entrega de municiones a Ecuador:

Ecuador adquirió, pagó el material y dispuso su retiro en fecha oportuna, sin embargo, según mis informaciones, por razones que desconozco, retardó su retiro material y éste se produjo en los días en que se iniciaba el conflicto.

Una vez producida la desgraciada coincidencia, Fernández visitó al entonces embajador de Perú en Chile, Alfonso Rivero, para comunicarle lo sucedido. El encuentro se realizó el 2 de febrero de 1995. Pero Alberto Fujimori decidió no hacer público el hecho. Según recientes declaraciones de Fujimori, el silencio habría tenido razones estratégicas. Dice Fujimori que prefirió no revelar la entrega de municiones para evitar que el proceso de paz se estropee. Confusa argumentación la del prófugo ex presidente, pues unas disculpas de Chile habrían bastado para que el asunto quede zanjado.

Gracias a la torpeza de Fujimori ahora volvemos a destapar un tema que en aquella época no se quiso ventilar. Chile piensa que Perú, al no quejarse en aquel momento, ahora tampoco tiene razones para hacerlo. Es más, considera que la entrega de municiones fue totalmente correcta. Escribe Fernández con respecto al diálogo que sostuvo con el embajador Rivero:

Le señalé que Chile no había tenido alternativa, pues las municiones eran propiedad del gobierno del Ecuador, ya que su venta estaba perfeccionada con antelación y que Chile mantenía un rigor severo en materia de cumplimiento de contratos, cuestión fundamental para el buen desarrollo y estabilidad de la democracia recuperada hacía menos de cinco años.

Parece que el rigor severo en materia de cumplimiento de contratos no se aplicó en materia de neutralidad. A Chile le debió haber quedado muy claro que si entregaba las municiones a Ecuador en pleno conflicto del Cenepa estaba favoreciendo explícitamente a una de las partes en conflicto. Así de simple. Que la venta se haya producido con anterioridad no cambia los hechos. Dado que Chile, como país garante, estaba legalmente obligado a guardar neutralidad, debió haber congelado la entrega de armas mientras duraba el conflicto. Otra opción hubiese consistido en devolver el dinero. Pero afirmar que no había alternativa a la entrega resulta inverosímil.

Por Evaristo Pentierra