El periodista Alberto Rivera fue asesinado el 21 de abril del 2004 en su oficina por dos sujetos desconocidos. Una vez más se intentó acallar a la prensa mediante la violencia. El motivo habría sido la acusación por narcotráfico del periodista en La Ventana Indiscreta contra el alcalde de Coronel Portillo, Luis Valdez Villacorta.

La entrevista en cuestión, ocurrida un día antes de su asesinato, señalaba al alcalde de Coronel Portillo como narcotraficante, además de anunciar que si atentaban contra su vida, el culpable sería Valdez. Por esto es que cuando Rivera fue asesinado al día siguiente, el alcalde era el principal sospechoso. Sin embargo, mediante una campaña mediática, se hizo creer que el crimen había tenido un móvil pasional. Esto a pesar que el mencionado alcalde registra investigaciones en la Policía Antinarcóticos, que nunca llegaron a establecer nada. Además, en los días en los que asesinaron a Rivera, fue descubierto un contenedor de una empresa de Valdez con 500 kilos de cocaína.

El testimonio de uno de los cuatro detenidos por el crimen, Tercero Samuel Gonzáles Pinedo, esclareció la responsabilidad del alcalde y sus colaboradores Roy Culqui Taurino y Martín Flores. Ellos habrían sido los autores intelectuales del crimen. Gonzáles Pinedo habría contratado a dos sicarios por orden de Martín Flores, a quienes les habría pagado 500 soles para golpear y asustar al periodista. No obstante, a los sicarios se les pasó la mano y lo asesinaron.

También se ha mencionado como parte de la mafia del alcalde Valdez a Solio Ramírez Garay, presidente de la sala civil de la Corte Superior de Ucayali. Hasta sólo algunos meses era gerente municipal de Valdez. Según Gonzáles Pinedo, Flores le mencionó que Ramírez Garay había recibido dinero y arreglaría la sala para que Gonzáles Pinedo reciba 8 años por ser autor intermediario del crimen.

Ahora el juicio que se está llevando a cabo en Pucallpa ha dado un nuevo giro ya que el también periodista Roy Culqui se ha autoinculpado. Aseguró que él fue el único autor intelectual del crimen, y el motivo fueron las difamaciones por parte de Rivera en su programa. También mencionó que Rivera le debía 300 soles, los cuales nunca pagó. Siendo Culqui hombre de confianza de Valdez, no resulta sorprendente que esté tratando de encubrirlo. Al pedirle detalles sobre fechas y conversaciones, Culqui no ha sabido responder con precisión y se contradijo. Incluso, en la audiencia anterior, Culqui afirmó no conocer a Valdez.

Mientras tanto, los periodistas de diversos medios del país se han unido en respuesta al asesinato de Rivera. Una delegación conformada por el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Alejandro Miró Quesada Cisneros, y el presidente y la directora del Consejo de la Prensa Peruana (CPP), Gustavo Mohme Seminario y Kela León respectivamente, llegaron a Pucallpa para seguir con detenimiento el juicio por el asesinato de Rivera. También se encontraba dentro de la delegación el director de la Comisión de la Libertad de Prensa de la SIP, Ricardo Trotti.

La delegación se reunió con el alcalde Rivera, así como con magistrados, fiscales, abogados, periodistas y policías. Existe una especial preocupación por este crimen, en tanto no se ha resuelto todavía y ha captado también la atención de diversos gremios de periodistas, no sólo del Perú sino del continente.

Tomando como símbolos el caso del asesinato de Rivera y el asesinato del periodista estadounidense Todd Smith en 1989 en Uchiza mientras investigaba al narcotráfico, se ha suscrito la Declaración de Pucallpa. Firmado por la SIP, el CPP y el Instituto de Prensa y Sociedad, con la posterior adhesión de los medios de prensa, busca garantizar la protección a la labor de los periodistas. Esta Declaración hace énfasis en tres objetivos básicos:

Los firmantes también se comprometen a crear un equipo de investigación integrado por periodistas de diversos medios para profundizar las denuncias inconclusas de los periodistas victimados. Los resultados serán publicados simultáneamente en diversos medios.

Así, aquellos que consideran que el asesinato desaparecerá las denuncias, no sólo estarán equivocados, sino que verán las denuncias multiplicarse. Como plantea la Declaración de Pucallpa:

Frente a esta situación, acordamos acciones orientadas a defender nuestra misión profesional y manifestar ante las comunidades a las que servimos, que cada voz silenciada de un periodista despoja a la sociedad de información clave para consolidar una nación más justa, más libre y democrática.

Mariana Olcese