Crisis de sobra para todos: Perspectiva política de una recesión

Los próximos años serán tiempos difíciles para un país cuyo gobierno espera mantener un crecimiento de entre el 5 y el 6% anual para cumplir los objetivos trazados –y anunciados- en la reducción de la pobreza del 50 al 30% para el final de su mandato, lo que puede ser más que difícil si la economía sufre la desaceleración producto de la crisis económica internacional.

El efecto “dominó” en el tablero económico continúa con nuevos planes para contrarrestar los efectos de una crisis considerada por algunos como la peor desde la depresión de la década de 1930 un escenario bastante desolador para una economía como la nuestra, basada esencialmente en la exportación de materias primas. ¿Cómo afectarán estas medidas a nuestra economía, si disminuye la demanda y, en consecuencia, disminuyen los precios? ¿Cuál será la reacción de los que menos tienen y esperan más? ¿Y cómo se verá afectada la política, y específicamente la campaña electoral del 2011? Un breve análisis a continuación.

La crisis económica internacional probablemente debería causar más preocupaciones que las que parece tener actualmente el presidente Alan García. Siendo nuestro país esencialmente exportador de materias primas, no hay forma de evitar el golpe a nuestra economía causado por la disminución de la demanda internacional y la caída de los precios. Sin embargo, el presidente García parece más interesado en mantener la confianza del empresariado nacional y extranjero durante estos tiempos difíciles –que recién comienzan-, pese a que las inversiones nacionales y extranjeras se han retraído y se espera que se retraigan aún más. El problema es que la crisis económica parece ser el elefante en la habitación García prefiere ignorar. Sobre todo, si los países más desarrollados del planeta están hablando de recesiones para describir las situaciones que atraviesan sus economías.

Las predicciones sobre la magnitud de la crisis están siendo respaldadas por cifras claras y bastante preocupantes: El Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene que se espera que la economía global virtualmente se paralice, mientras que se estima que el crecimiento económico estará alrededor de 0,5% en el 2009, la tasa más baja en los últimos 60 años –vs. el 2.2% que se esperaba en noviembre pasado-. La CEPAL coincide es su análisis para el año que comienza. La descripción de la situación actual es bastante precisa en el informe “Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe”, presentado a finales del año 2008: las economías de la región están “volando como un planeador, sustentadas en el impulso de años anteriores. Los motores del crecimiento se apagaron y no se sabe cuándo se volverán a encender, o cómo será el aterrizaje”. Al parecer, los objetivos del gobierno actual estarían orientados a aprovechar el buen viento que queda y mantenerse en el aire la mayor parte del tiempo posible.

Aquí es donde entraría en acción el “Plan Anticrisis” desarrollado por el gobierno de Alan García, bajo la batuta del anterior ministro de Economía y Finanzas Luis Valdivieso, e implementado por el actual ministro, Luis Carranza. Dicho Plan se sustenta en las fortalezas propias que describe en el documento “Medidas para Sostener el Crecimiento y el Empleo y Proteger a los Grupos más Vulnerables de la Población”: la posición fiscal superavitaria, el buen manejo de los pasivos públicos, un sistema financiero pequeño pero dinámico y sólido, nuestra integración a la economía mundial, un clima favorable para la inversión privada, e instituciones económicas muy sólidas. (Página web de la PCM: http://www.pcm.gob.pe/InformacionGral/sc/2009/1_Plan_Anticrisis.pdf)

El Plan Anticrisis busca, según Carranza, incrementar el gasto público para evitar una desaceleración de la economía, y de esta forma mantener una tasa de crecimiento natural del 6%. Cabe resaltar que la CEPAL pronostica un crecimiento de América Latina y el Caribe del 1,9% para el 2009 –vs. el 5% en promedio del período 2003-2008-. De acuerdo con el ministro de Economía y el presidente García, estamos listos para enfrentar la crisis, y las cifras parecerían demostrarlo si es que se espera un crecimiento bastante más optimista que el promedio regional. Sin embargo, no todo está bajo control. Al contrario, el “Plan Anticrisis” trajo abajo a su primera víctima –el ministro Valdivieso-. No debería sorprendernos que se convierta a su vez en la espada de Damocles del gabinete Simon.

El peligro para el gabinete Simon reside no necesariamente en el Plan en sí mismo, sino en la posibilidad de que no pueda implementarse con éxito, o que no sea suficiente para la turbulencia que nos espera. De acuerdo con el FMI, son aproximadamente 50 millones de personas las que pueden quedar desempleadas en el mundo producto de la crisis. Además, el FMI proyecta un crecimiento de -1.6% para Estados Unidos y -2% para Europa para el 2009. Los gobiernos de las principales economías del planeta están desplegando sus propias acciones proteccionistas para-arancelarias de rescate para sus economías frente a estas predicciones bastante sobrecogedoras. Es decir, el panorama para países básicamente exportadores de materias primas como el Perú se observa cada vez más complicado si los importadores de nuestros productos prefieren dejar de comprarlos. Es más, de acuerdo con la Nota de Prensa 017-2009 de la SUNAT, las exportaciones peruanas han mostrado un comportamiento negativo en los últimos tres meses, adicionalmente a que en diciembre del 2008 el valor de las exportaciones representaron una caída de 33.6% respecto al año anterior.

En consecuencia, crisis significa despidos y menores ingresos por las exportaciones, lo que desencadenaría focos de desorden social. ¿Y qué pueden implicar a su vez el desorden social y las demandas no respondidas? Como ya hemos visto en casos anteriores, la salida de algún ministro, o en el peor de los casos, la caída del gabinete. ¿Será el 2009 el año de las huelgas masivas, siguiendo el reciente ejemplo francés? Las protestas se han convertido en la manera más directa y efectiva de llamar la atención de un Estado cuasi-inexistente donde es más necesario.

Pero, ¿por qué no habría de funcionar el Plan Anticrisis? De acuerdo con el ministro Carranza, el Plan es “financiable”, pero ese no parece ser el problema más inmediato. Al contrario, la preocupación no es conseguir los fondos, sino cómo y dónde invertirlos. En primer lugar, en el Perú no existe un organismo consolidado que pueda brindar una noción de en cuáles sectores debe invertirse. ¿Puertos? ¿Desarrollo de capacidades? ¿Impulso a las PYMES? Si el objetivo es estimular la producción mediante la generación de una mayor demanda, ¿cómo podemos saber qué medidas específicas tendrán este efecto? ¿Cómo podremos medir sus beneficios y sus desventajas?

Actualmente existe el Centro de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), organismo que tiene aproximadamente seis meses desde que comenzó sus operaciones, a pesar de haber sido creado en el 2005. Es de esperarse que un organismo con tan poca trayectoria y con tan poco presupuesto, no tenga aún ideas claras de las necesidades de largo plazo de nuestra economía. Además, es importante tomar en cuenta que la Comisión Multisectorial encargada del monitoreo y seguimiento de las medidas anti crisis no incluye específicamente ningún representante del CEPLAN, salvo a través del premier (el CEPLAN es un OPD de la Presidencia del Consejo de Ministros). En este mismo sentido, se ha anunciado la publicación del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional, pero recién para el segundo semestre de este año.

En segundo lugar, asumiendo que se sabe en qué proyectos y sectores invertir, ¿quién podrá invertir de forma rápida y responsable como lo demanda una crisis de esta magnitud, la peor caída económica desde la Gran Depresión de la década de 1930? ¿Cómo pretende el gobierno central aplicar un mayor gasto público en infraestructura si ni los gobiernos regionales ni los ministerios pueden ejecutar sus presupuestos disponibles? En este mismo sentido, ¿podemos asumir que la ejecución del Plan Anticrisis significará pasar por encima de las instancias regionales y locales para facilitar el gasto público, y así debilitar aún más el proceso de descentralización?

El gobierno tendrá además otro tema pendiente: el TLC con los Estados Unidos. Las promesas del “TLC sí o sí” no tendrán sustento si nuestro principal socio comercial no podrá cumplir su parte de la transacción al estar muy ocupado manteniendo un precario orden en casa. Según el documento oficial “La oportunidad de hoy: Tratado de Libre Comercio entre el Perú y Estados Unidos”, “sólo como consecuencia de la firma de TLC con Estados Unidos, el número de empleos en el sector exportador aumentaría en 123 mil, los que se sumarían a los alrededor de 1 millón 200 mil puestos de trabajo puestos de trabajo actualmente vinculados en forma directa e indirecta al sector exportador”. Desgraciadamente, la crisis económica internacional hace que la campaña a favor del TLC le quede grande a la realidad. Adicionalmente, podremos esperar que los opositores al TLC tengan la oportunidad de criticar la firma del tratado, o la incapacidad del gobierno para implementar las medidas necesarias para su aprovechamiento.

No obstante, habrá todavía más intereses en juego, sobre todo los intereses de quienes exploran la posibilidad de participar en la campaña electoral del 2011. La crisis, según el FMI debería estar amainando para el 2010, por lo que cualquier acción relacionada a ella tendrá un impacto inevitable en los discursos políticos de candidatos de todo el espectro político. Por ejemplo, en el caso del actual premier, Yehude Simon, tiene la oportunidad en sus manos para demostrar su capacidad para controlar los efectos de la caída de las exportaciones, pero la primera salida de su gabinete, específicamente la del ministro Valdivieso, comienza a sembrar interrogantes sobre sus habilidades para manejar tiempos difíciles. El sorpresivo regreso de Carranza podría darle oxígeno al gabinete Simon, pero de no encontrar verdaderas soluciones para continuar con un crecimiento sostenido, el premier Simon podría ver sus aspiraciones presidenciales bastante mermadas.

Por otro lado, el probable candidato Pedro Pablo Kuczynski (PPK) –quien según recientes encuestas tendría más apoyo que el ex presidente Alejandro Toledo- cuenta con una hoja de vida que demuestra ampliamente su habilidad para conducir la política económica nacional: dos veces ministro de Economía y Finanzas, y premier en la recta final del gobierno de Toledo. En la reciente entrevista publicada en la revista Caretas del 8 de enero del 2009, PPK evidencia que utilizaría sus logros durante el gobierno de Alejandro Toledo para impulsar su eventual campaña para presidente del Perú. Sin duda, PPK será considerado el “candidato de los ricos”, arrebatándole el título a Lourdes Flores, y posiblemente a Alejandro Toledo si este último postularía.

Keiko Fujimori, considerada actualmente como una de las probables candidata en la futura lid electoral, cuenta esencialmente con las reformas estructurales llevadas a cabo durante el gobierno de su padre como respaldo de lo que podría hacer su hipotético gobierno frente a los vaivenes económicos, pero apoyarse en el gobierno de su padre para resaltar su propia capacidad se convierte en un lastre en caso el ex presidente Fujimori sea condenado por violaciones de DDHH. Mientras tanto, las credenciales económicas del candidato más fuerte –hasta el momento-, el actual alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio, no han sido lo más resaltante de su gestión al frente de la comuna limeña, su distancia hacia los medios de prensa, sí.

Finalmente, Ollanta Humala no ha tenido oportunidad para demostrar sus habilidades en el campo de la economía, pero al mismo tiempo no ha demostrado experiencia al respecto. Tal vez durante un período de crisis su discurso nacionalista obtenga más apoyo que un discurso que priorice la apertura hacia el exterior, sobre todo en el área económica.

Entonces, ¿qué podemos esperar para los próximos meses? Si preferimos el discurso oficial del gobierno, sufriremos el golpe, pero bastante menos que nuestros vecinos y nuestros socios comerciales. El discurso empresarial proveniente desde la CONFIEP no sigue la corriente optimista del discurso oficial, pero al parecer, encuentra tranquilidad en el regreso de Carranza al MEF y apoyará la implementación del Plan Anticrisis, siendo parte de la comisión que evaluará los avances del Plan. Sin embargo, ¿el gobierno de Alan García podrá actuar lo suficientemente rápido como para evitar que aquellos que se encuentran en el límite caigan en la pobreza, y que aquellos que ya están en estado de pobreza tengan aún menos posibilidades de salir de él?

Mariana Olcese

Artículo publicado originalmente en “Coyuntura”, Revista del Centro de Investigaciones Sociológicas, Económicas, Políticas y Antropológicas (CISEPA) del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica del Perú (enero-febrero 2009).

3 thoughts on “Crisis de sobra para todos: Perspectiva política de una recesión

  1. En el chino la palabra crisis se escribe con dos simbolos, uno de ellos es el simbolo que significa “peligro” (creo que eso es lo que todos ven) pero el segundo simbolo significa “oportunidades”, eso es lo que tenemos que ver. Ahora, depende bastante de nosotros, el pueblo, como afrontemos esta crisis. Buscar esas nuevas oportunidades que esta crisis nos brinda. Mas optimismo y menos pesimismo. El Peru no es Francia, somos El Peru.

  2. Crisis según el diccionario de la Real Academia Española significa: “Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente”. Esperemos que en nuestro caso sea para mejora.
    Me parece interesante el análisis político que presentas, de hecho es increíble que el CEPLAN, creado por Fernando Zavala, se encuentre en las condiciones que mencionas. El plan anticrisis tiene vacíos y es cierto que el optimismo del gobierno de turno es hasta cierto punto desconcertante frente a las cifras que presenta la CEPAL y el FMI. Sin embargo, considero que este viso de optimismo frente al futuro económico del país es necesario para generar un clima favorable a la inversión. ´No olvidemos que parte del dinamismo que se ha venido dando en nuestra economía corresponde a la inversión privada tanto de empresarios peruanos como extranjeros. Y el Perú hoy, a diferencia de otros países de la región, se presenta como el escenario más seguro para la inversión.
    Sí hay crisis, sí vamos a sentirlo, pero no con el mismo impacto que en otros países. Hoy el reto está en fortalecer el mercado interno y en invertir en tecnología e infraestructura para el desarrollo productivo de las provincias. Es una buena oportunidad para tomar medidas que permitan ampliar la base de nuestra economía y dejar de depender únicamente de los commodities mineros.

  3. yo creo q todas las personas debemos tomar concien cia de lo que hacemos ebitar los paracdigmas …comprarle al peru no esperar de los demas aprobechar lo q tenemos para haci salir adelante

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