El mar es de todos y la playa, ¿también?

Nos levantamos temprano para aprovechar el lindo día que nos esperaba en las playas del sur de Lima, o por lo menos eso esperabamos. Grande fue nuestra sorpresa cuando al llegar a la playa de nuestra elección nos preguntaron si teníamos una casa en esa playa, ya que si ese no era el caso no podríamos ingresar. Nos fuimos molestos manejando mucho más de lo planeado para encontrar una playa libre de controles.

Esta anecdota la sufren muchos incautos que se olvidan que innumerables playas del sur de Lima ya no son de dominio público sino de aquellos que adquiriendo un terreno frente al mar se creen inmediatamente propietarios de este bien común. Pero fuera de la frustración que genera y el rompimiento del orden legal que significa esta práctica de apropiación del espacio público, es interesante analisar por qué ocurre la misma.

En este contexto es primordial preguntarnos, ¿qué es el espacio público? El espacio público puede ser definido como “las zonas existentes o debidamente proyectadas en las que el interés colectivo sea manifiesto y conveniente y que constituyan por consiguiente zonas para el uso y disfrute colectivo“ (ley número 9 de la República de Colombia). El espacio público es entonces un área donde los ciudadanos se pueden mover libremente e interactuar y donde el bien común prima sobre los intereses individuales.

La apropiación del espacio público (y utilizo la palabra apropiación en vez de privatización ya que la última se supone dentro de la legalidad a diferencia de la primera) busca sin embargo precisamente evitar esta libre interacción social. Esta reacción responde sin duda a la convicción de sentirse más seguro en el espacio privado frente a la incertidumbre que aparentemente domina las calles y plazas de nuestra ciudad, “los de acá tienen miedo de los de allá y los de allá de los de acá “ (Laub, presidenta de la asociacion el Agora).

Ese miedo a veces justificado pero a veces también exagerado hacia nuestros conciudadanos fomenta mas bien un enajenamiento y agrava aún más la ya existente desconfianza. Ya no somos todos parte de una misma ciudad sino de muchos ghettos. Esta fragmentación del espacio urbano refleja así las grietas ya existentes entre los grupos sociales de nuestro país.

Que todos podamos disfrutar conjuntamente de áreas comunes sería un importante paso para la construcción de un país cohesionado y de ciudadanos más solidarios. El mejor ejemplo de esto es la ciudad de Bogotá que bajo la administración de Antanas Mockus logró recuperar el espacio público para el disfrute de sus habitantes mejorando la comunicación entre ellos y por tanto disminuyendo la violencia. Con este fin se implementaron campanhas de sensibilización cívica muy originales con la población haciendo el uso del arte, símbolos y metáforas como cuando Mockus se disfrazó de “superciudadano” o como cuando se utilizaron mimos para recrear malos habitos ciudadanos.

Mockus caracteriza entonces el espacio público como:

espacio sagrado, entendiendo que la calidad de vida de todos depende mucho del respeto a las instalaciones comunes, a la infraestructura común de transporte público, a las aceras, etc. Se puede entender el espacio público como la prolongación y la secularización del espacio de la iglesia, donde a nadie se le ocurriría instalar tenderetes o asaltar (presione aquí para leer la entrevista).

Este comentario de Mockus visualiza claramente que el respeto al espacio público genera beneficios para cada uno de nosotros y que por lo tanto este espacio debe ser percibido como “sagrado”. Finalmente no olvidemos que más interacción entre los ciudadanos genera también más confianza entre los mismos y con mayor confianza una convivencia menos violenta.

María Ana Rodríguez

Imagen tomada de: http://www.gruposemex.com/

3 thoughts on “El mar es de todos y la playa, ¿también?

  1. ¡Excelente artículo, María Ana!. No obstante, creo que esa anhelada interacción no se logrará con “campañas de sensibilización” (que pueden quedar como lindos recuerdos) sino con definciones jurídicas de los límites entre lo público y lo privado (mediante leyes, reglamentos, jurisprudencia) para garantizar a todos un libre desenvolvimiento. A fin de cuentas, una definición ambigüa de “propiedad de todos” equivale a “propiedad de nadie” y en esa situación le pertenecerá al que se le apropie primero.

  2. La playa es de todos los peruanos es algo inaceptable que tranquen los balnearios del sur. Yo no veo que Punta Hermosa tranque porque ASIA si? o Santa Maria? entonces que vayan los ciudadanos comunes a poner una denunca sobre esto, o que? todo quedara en quejas? hay que pasar a los hechos con constitucion en mano y YA . Es hora que todos los peruanos nos hagamos respetar y hacer cumplir nuestros derechos contitucionales y civiles , YA BASTA DE ABUSOS. Si no les gusta compartir con ciertas etnias entonces que se muden a otro pais, el Peru es mayoritariamente indigena les guste o no , que en vez de estar apartandolos que usen sus energias en hacerlos surgir y no abusarlos, en sacarlos de su ignorancia y no discriminarlos , si todos los peruanos adoptaramos un peruano para ensenarle y no nos malgastemos adoptando diputados , otro seria el pais, hagamos el bien no casemos corruptos, que de eso se encargue los medios de comunicacion.

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