El precio justo

Los problemas se dan no solamente a nivel de los consumidores y sus preferencias. Hemos dicho que el mercado premia a aquellos que más invierten en su desarrollo personal. Pero pensemos en Maite, quien ha querido ser escritora durante toda su vida. Desde muy joven, Maite ha devorado la biblioteca de sus padres, ha escrito poemas y cuentos cortos, visitado talleres de narración y participado en concursos. Sin embargo, Maite nunca llega a tener éxito económico. Sus esfuerzos por llegar a ser escritora han superado largamente a los de otros escritores que sí han podido vivir de su oficio.

¿Podemos decir, a la luz de los esfuerzos realizados por Maite, que su fracaso como escritora es injusto? La respuesta es más complicada de lo que pudiera parecer a primera vista. Para entender el problema debemos enfocar la situación desde la perspectiva del mérito. No queda claro si Maite merece que sus obras sean compradas, pues su esfuerzo no es garantía de calidad. Para ser un buen escritor no basta con leer, escribir y estudiar. Tratándose de un oficio creativo, no basta con seguir una receta de forma rutinaria. Hace falta una cierta actitud, un enfoque personal, además de mucho talento. Es posible que el fracaso de Maite se deba a la ausencia de uno o varios de estos factores.

De ser así, Maite no merecería que sus obras sean compradas. Un esfuerzo no merece recompensa simplemente por ser un esfuerzo. En vista de mi total ineptitud para los deportes de montaña, mi esfuerzo por escalar el Huascarán, por más heroico que sea, merecería poco más que las burlas de mis amigos. El esfuerzo que merece recompensa es aquel realizado con prudencia y diligencia, aquel que cultiva las habilidades personales y las sabe desplegar en el momento oportuno. El ejemplo de Maite cae en el ámbito de la tragedia. Ella es, a pesar de su esfuerzo, una perdedora.

Algunos filósofos, aquellos que se consideran igualitaristas, nos recuerdan que los talentos que tenemos no son merecidos. La envidiable complexión atlética de Ronaldinho explica, en cierta medida, su éxito como futbolista. Pero si esta contextura no es merecida (Ronaldinho pudo haber nacido chato, o más grueso), sus éxitos como futbolista podrían parecer igualmente inmerecidos. Esta conclusión peca de su simpleza. David Schmidtz nos recuerda que uno puede merecer algo no solamente por lo que ha hecho antes de tener una ventaja, sino también por lo que hará después con esa ventaja (Schmidtz 2006, 42-45). Un escritor merece el premio Nobel por el conjunto de su obra publicada antes de la entrega del premio. Ronaldinho, en cambio, no merece su complexión atlética por lo que ocurrió antes de su nacimiento, sino porque, a diferencia de muchas otras personas, supo sacarle el máximo provecho.

Para entender en qué sentido el libre mercado puede ser injusto tenemos que ampliar nuestra perspectiva, pues hemos visto que un esfuerzo, por más grande que sea, no es suficiente para merecer éxito. Asimismo, hemos visto que una ventaja que no ha sido merecida a través de acciones previas puede ser merecida por lo que uno hace después. Lo que sí califica como injusto son, además de las preferencias personales consideradas arriba, las condiciones públicas que colocan a personas en desigualdad de oportunidades. Cualquier esfuerzo puede ser truncado por eventos fortuitos. Ronaldinho pudo haber contraído una rara enfermedad que lo hubiera dejado paralizado. Con otros padres, Ronaldinho quizá nunca habría tenido la oportunidad de jugar con la pelota desde muy joven.

Otras desigualdades, en cambio, son el resultado de la forma en que funcionan nuestras instituciones públicas. En países con grandes desigualdades como Perú, el desarrollo de miles de jóvenes es pulverizado, año por año, debido a la falta de condiciones favorables en el sistema educativo. En el Perú, las oportunidades económicas de alguien con talento, inteligencia y empeño son groseramente mayores si es que esa persona visita un colegio privado en vez de pasar por el sistema estatal.

4 thoughts on “El precio justo

  1. me gustaria que ustedes definieran lo que entienden bajo egoismo (y si es que hay que calificarlo moralmente y en que medida), para que quede mas claro el parrafo que sigue luego de la cita de Adam Smith, que me parece interesante . por ejemplo, para algunos existe la buena envidia y la mala envidia y la buena envidia te permite ver tus carencias y/o darte cuenta de cosas que uno quisiera tener o llevar a cabo y la mala es cuando uno empieza a hacerle danio a otra persona por las propias carencias. Para otros la envidia es puro mal… De la misma manera algunos diferencian entre el buen egoismo y el egoismo malo, y otros que no hacen diferencia. Porque resulta evidente que si el panadero trata bien a su clientela y se entrega a ella es por su propio interes, y quizas seria tonto para el no hacerlo puesto que asi correria el peligro de perder clientes (al menos que el tuviera la unica panaderia de la ciudad y asi su clientela estaria asegurada). Y si es que el panadero no se entregase a su clientela por propio interes sino por otros motivos, este motivo tendría que ser el tipo de caracter que tiene, que lo llevaria a ser una persona conversadora, amigable, jovial, con “actitud de entrega”, etc.. en este ultimo caso su buena relacion con la clientela se basaria practicamente en la suerte y en la coincidencia de que el posee una panaderia y de que tiene buen caracter, y no en la reflexion ” que es lo mejor para que mi negocio ande bien”. Es decir la actitud de entrega se puede basar en el interes de llevar su negocio de la mejor manera posible puesto que es SU negocio y repercute en su vida O en el tipo de caracter que lo lleva a desarrollar interes y hasta carinio por las personas que ingresan en su panaderia con tanta frecuencia. Es decir no entiendo, por que el hecho de que un empresario viva “de la dedicación a sus clientes y sus preferencias” no pueda ser consecuenia de una decision egoista.
    Pregunto porque me da la impresion de que el parrafo hablase del egoismo desde un punto de vista moral en el que el egoismo es algo puramente malo, lo cual puede ser así, pero entonces será necesario definirlo.

  2. Muy buen artículo, la verdad que define claramente la posición librecambista tan vituperada en nuestros días. Sin embargo creo que se te olvidó mencionar que existen otras perspectivas: El free trade evolucionó como lógica extensión de la mentalidad mercantilista de las sociedades grecorromanas y sus descendientes europeos. Otras civilizaciones existieron y progresaron sin haber descubierto la moneda, adaptándose a las presiones de su entorno: es el caso de las altas culturas americanas, Egipto hasta el reino nuevo, China pre Song, etc. Ciertamente, la moneda facilitó el intercambio de bienes y servicios en un entorno caracterizado por poca población y muchos recursos, condiciones en la que vivían las culturas indoeuropeas antiguas. Sin embargo en las condiciones contrarias como las de la América precolombina (quiero decir muchos habitantes y pocos recursos), la economía se decantó en proto-estados centralistas que debían administrar eficientemente estos recursos o extinguirse, todo esto acompañado con las manifestaciones culturales y éticas correspondientes. Yo creo que el estado actual de las cosas en el mundo poco a poco se empieza a parecer más a la América precolombina que al Imperio Romano, de tal suerte que los pensadores modernos cada vez le ven más peros al modelo librecambista – eso sin contar con los peros de los ciudadanos de a pie -. Considero que si no desarrollamos nuevos modelos económicos nos veremos enfrentados a la encrucijada de cambiar o extinguirnos, como le pasó a tantas culturas en la antigüedad.

  3. El ambito de eleccion del consumidor sea esta acertada o esquivocada no tiene mayor importancia en la dinamica del mercado, ya que responde a un ambito interno de cada comprador o vendedor; por lo que me parece ocioso pero no innecesario hacer referencia de este tema (el de la eleccion). Por lo demas hay que indicar que los mercados libres son en sobremanera beneficiosos desde el punto de vista de consumidor, ya que de existir un monopolio (cual sea su origen) el que se vera beneficiado es el empresario aplicando sus precios monopolicos; definitivamente un libre mercado se da en un ambiente de competencia. Espero profundicen el tema de la competencia y la ficcion economica del monopolio natural.

  4. No olvidemos que cuando el producto o servicio disminuye, ingresamos al campo del Monopolio. Caso Telefónica, Repsol etc.
    Pero cuando el mercado se satura, el desarrollo se detiene porque los precios caen y las reinversiones se paralizan.
    Entonces, los excesos por deficiencia o abundancia son perjudiciales para un desarrollo sostenido. Naturalmente que la competencia beneficia al comprador pero a costa del desarrollo de un País. El monopolio beneficia a los productores y si las ganancias son bien reinvertidas, el País se beneficia a costa de los compradores.
    En todo esto tiene que ver la calidad y la productividad sobre todo cuando producimos hacia afuera. Las maquinarias que representan la tecnología de punta y que ingresan a los países tercermundistas, son manejadas a precios antojadizos. Porque no hay competencia desmedida, requisito indispensable que manejan las transnacionales.
    Manejar estos criterios no es tan fácil por más Macro y microeconomía que usted estudie. Si así fuera, todos los países estarían en el paraíso del equilibrio y el desarrollo económico. No olvidemos tampoco y mucho menos cuando hablamos de economía que: “El más fuerte siempre gana y el más débil, siempre pierde”…

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