Integración Latinoamérica-Europa: Entre símbolos y proyectos

La quinta cumbre entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe pasó como una estrella fugaz por Lima. No era de esperar que dos días alcanzarían para enmendar rumbos. Una cumbre como esta reviste, sobre todo, valor simbólico. Es la hora de las declaraciones de buena voluntad y amistad, de las frases vagas y los lugares comunes.

La Declaración de Lima gira alrededor de tres ejes temáticos: la firma de acuerdos de libre asociación con la Unión Europea, la erradicación de la pobreza, y la protección del medio ambiente.

En la última crónica semanal (presione aquí), mi colega Ignazio De Ferrari pone de relieve los profundos desacuerdos a nivel latinoamericano en cuanto al libre comercio. Algunos países piensan que el libre comercio es esencialmente malo, mientras que otros sostienen que es esencialmente bueno. Pero incluso los países a favor del libre comercio están lejos de unirse económicamente. Antes que priorizar la cooperación económica regional, países como Argentina, Brasil, Chile y Perú están interesados en sacar ventajas a sus vecinos en el acceso a los grandes mercados internacionales.

La Declaración de Lima es reflejo de estas fuerzas desintegradoras. La Unión Europea no negocia un acuerdo de libre asociación con América Latina. Negocia tres. Uno con América Central, otro con la Comunidad Andina, y un tercero con el Mercosur. Pero ni siquiera estos bloques constituyen actores unitarios. Las diferencias en la Comunidad Andina entre Perú y Colombia, por un lado, y Ecuador con Bolivia y Venezuela por el otro son mucho más antiguas que esta cumbre.

El aspecto pragmático de la cumbre fue, sin duda, el reconocimiento de estas diferencias. La insistencia de la Unión Europea por negociar en bloque con las alianzas regionales parecer haber cedido a favor de una negociación con velocidades distintas para cada país.

Pobreza y medio ambiente son los dos otros temas de la Declaración. Aquí se evidencia el uso indiscriminado de lenguaje simbólico a falta de proyectos implementables. Abundan las referencias a los Objetivos del Milenio formulados por las Naciones Unidas. Los países se “proponen alcanzar” estas metas. Muy bien. Pero, ¿cuáles son las implicancias de estos compromisos para la cooperación entre América Latina y la Unión Europea? ¿Qué podemos esperar de esta alianza interoceánica?

La Declaración habla de reforzar la cooperación existente, del intercambio de información, de la inclusión de la sociedad civil, y de eliminar “los obstáculos injustificados al comercio”. Lo último puede ser interpretado como una clara alusión a las subvenciones que la Unión Europea otorga a sus agricultores. Pero, por supuesto, la Declaración no entra en detalles.

Quizá estas vaguedades, este refugio en declaraciones de buenas intenciones no sean del todo inútiles. La historia está repleta de símbolos que no tienen alcance práctico directo, pero que sirven de inspiración a generaciones. Así como Nelson Mandela en Sudáfrica y Martin Luther King en Estados Unidos se han convertido en símbolos de unidad nacional más allá de diferencias raciales, la Declaración Universal de Derechos Humanos sigue siendo paradigma y fuente de inspiración primordial para todo discurso sobre derechos fundamentales.

El problema se da, más bien, cuando estos símbolos se usan para cubrir la falta de ideas, de proyectos. Los firmantes de la Declaración dicen tener “una visión nítida del potencial de nuestra asociación estratégica birregional”, pero las muestras de ello son más bien escasas.

Un buen ejemplo de lo mucho que se podría hacer es el Fondo de Cohesión Educativa. Este fondo fue acordado en una cumbre menos espectacular. La Conferencia Iberoamericana de Ministros de Educación se llevó a cabo entre el 19 y el 20 de mayo en El Salvador. Ahí nació un fondo de 3 mil millones de dólares destinado a mejorar los niveles de asistencia escolar y reducir el analfabetismo en los países menos desarrollados. El plan tiene metas claras (por ejemplo, lograr plena alfabetización para el año 2015) y toma en cuenta los distintos niveles de desarrollo en Latinoamérica.

Plantea objetivos básicos (que son obligatorios para todos) y objetivos avanzados para los países con mejores condiciones de partida (fuente: El País de España). El Fondo de Cohesión Educativa está inspirado en los diversos fondos de la Unión Europea que, desde 1960, sirven como instrumento financiero para reducir las desigualdades económicas entre los países de la región.

Son proyectos como estos los que toman en serio el valor de símbolos universales como igualdad, justicia, y desarrollo humano. Sin estos proyectos, las grandes palabras seguirán flotando sobre el papel y no serán otra cosa que una burla frente a los muchos ciudadanos latinoamericanos que aun hoy no tienen esperanza de mejorar sus condiciones de vida.

Por Bernd Krehoff

Imagen tomada de: http://www.integracionycomercio.com/

7 thoughts on “Integración Latinoamérica-Europa: Entre símbolos y proyectos

  1. Yo antes que Peruano soy un ciudadano de las Americas, creo firmemente que las Americas deberia ser una sola desde Canada hasta Chile, eso debimos ser desde hace 200 anos desde que nos sacamos a los Europeos, el unico que les jugo de igual igual a los Europeos fue el tio Sam, el resto fuimos un monton de acomplejados con complejo de inferioridad atroz tratando de hacer culpable a la madre europa de nuestras taras mentales.
    Como Peruano voy por el 100% de apertura comercial, si los demas vecinos no quieren bien por ellos pero no debemos esperar, lo que debemos hacer es liderar, con poder economico y fortaleza educacional podemos engranar al resto de vecinos y ponerlos a nuestro ritmo. Si esperamos estar de acuerdo en algo nunca pasara nada, debemos ir por etapas y hacerlo asi, solitos con fuerza sin esperar limosnas, que verguenza da como los latinos limosnean a Europa.
    Nosotros debemos ser el motor sudamericano en el Peru, y tal vez eso haga despertar al giganton tonton (Oh mais grande du mundo) y de una vez ese giganton se ponga los pantalones y lidere Sudamerica hacindo sentir su peso en la integracion, mientras eso no suceda nosotros debemos seguir adelante solos asi como los ChilenoS.
    Nuestro peor enemigo es la pobreza, esa pobreza que humilla y pa darle la estocada a esa maldita no importa que seas de derecha o izquierda sino que crees chamba pa que esa persona se las gane por si misma y le quites ese complejo atroz de limosnero.
    Mi Peru esta cambiando y no permitamos que nuestro complejo nos venza denuevo…Adelante Carajo..

  2. 19/06/2008…Tomemos como ejemplo la Union Europea par no reinventar la rueda, esta comunidad europea se formó con reglas claras, donde el compromiso de cada uno de los paises integrantes es respetar, cumplir responsablemente las politicas que esta union plantea desde un principio.
    EL respeto irrestricto a los derechos humanos, el cumpliemiento de las disposiciones economicas (esto es despojarse de todo egoismo y el temor de someterse a unas reglas supranacionales).Volvamos la vista al viejo continente que en poco tiempo sus indicadores economicos mejoraron notoriamente (incluido a paises “atrazados” en europa) eso deberiamos implementar en Ameria Latina, una union economica latina donde el actor principal, debe ser el liderazgo de los gobernantes, que se despojen de las taras ideologicas que llevan a cuestas y se acoplen a estas nuevas corrientes ideologicas de apertura economica cuya tendencia es el de reducir la pobreza, pesado lastre que no nos permite salir adelante.

  3. Soy peruano y lo primero que quiero exponerle es que el Peru debe gobernar su economia y no ser gobernada por ella.
    Sobre la Integracion es un tema historico para nuestros pueblos hoy en dia olvidados y amenazados por el hambre, no podemos esperar, debemos actuar no podemos seguir hablando y escribiendo cartas miestra los ricos de la tierra se niegan a leer. La transformacion no es un hecho nacional es un compromiso internacional de accion. Por eso nosotros afirmamos la unidad latinoamerica y debemos buscar bitalizar el pacto andino.
    Yo confio profundamente en la INTEGRACION LATINOAMERICA.

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