La democracia tutelada

Ética e instancias de decisión

Si bien, a primera vista, el argumento de la especialización que esgrimen los defensores de la democracia tutelada resulta atractivo, una segunda mirada nos permite encontrar las falencias de ese razonamiento. La primera de ellas radica en la concepción equivocada acerca de qué agentes toman o deberían tomar las decisiones más importantes. Como señala Dahl (1998, p. 71), el hecho de que se ceda a un experto algunas decisiones menores, no implica que se le entregue el control sobre las decisiones de mayor relevancia. Si recurrimos a la analogía anterior, el hecho de que un médico sepa qué tipo de tratamiento debe seguir su paciente, no significa que no sea el paciente el que tome la decisión final de someterse, por ejemplo, a una intervención quirúrgica. Lo mismo sucede en materia de gobierno. Una cosa es que representantes gubernamentales recurran a la ayuda de los expertos y otra, que se le ceda a una élite política las decisiones finales.

La segunda falencia en la argumentación de los defensores de la democracia tutelada es más de fondo. El gobierno o la legislación de un Estado requieren mucho más que conocimientos técnicos sobre un tema determinado. Gobernar o legislar no son ejercicios científicos en el sentido en que lo son la física o la química. Las decisiones acerca de qué políticas implementar implican, en la mayoría de los casos, juicios de carácter ético. Se trata, casi siempre, de trade-offs, en los que se debe sopesar los objetivos y hacer concesiones para alcanzarlos. La equidad social se alcanza regulando la economía, lo que, a su vez, puede desalentar las inversiones. El costo de financiar a los ancianos lo asumen las generaciones futuras. La lucha contra el terrorismo puede implicar el recorte de ciertas libertades. Ejemplos de ese tipo hay por montones (ver Dahl 1998: 72).

Finalmente, se puede identificar una tercera falencia en la defensa de la democracia tutelada. El buen ejercicio del gobierno implica necesariamente un sentido de incorruptibilidad y dedicación por el bien común. Como bien explica Dahl (1998: 73), los que defienden las tesis de la democracia tutelada, alegan que los tutores no solamente están mejor preparados para tomar decisiones que favorecen a todos los ciudadanos, sino que también estarán más dedicados que otros al servicio público, en vez de a atender sus asuntos personales. Esto último resulta muy difícil de aceptar. El poder corrompe a todos y mientras más está concentrado el poder, como es el caso en la democracia tutelada, mayor es la tendencia a la corrupción. Como dijo el barón inglés, Lord Acton, en 1887, “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

4 thoughts on “La democracia tutelada

  1. Claro que la democracia tutelada tienta, haces la suma y resta y claro alguien con titulo y mas educado formalemnte debe pues llevar las riendas de la sociedad, provocante verdad?, pues es una remala idea,lo unico que llega a lograr es elitismo(neo principes lores duques) y dentro de el sumision a las coorporaciones que con el tiempo controlaran a los congresistas y por ende al pais entero. Una propuesta como esta no hubiera permitido a Lula ser presidente y tanto otro personaje politico Europeo Canadiense o Gringo, el Peru elije congresistas de mala calidad, por que el Peru es bruto, rankeamos mal en matematica y lectura desde hace 20 anos y de verdad alguien espera que elijan gente de nivel, claro como les dije tienta que los “cultos” tomen control y avanzen la sociedad. Lo que si deben hacer es quitarles la inmunidad a los congresistas a todos y acelerar procesos judiciales ya que si eres congresista y te acusan de algo que no tome 5 anos procesarte, sino al toque nomas y si eres culpable a la carcel desaforado. La bicameralidad es mala idea, cada pais sudamericano debe tener un congreso de 1 camara y sus senadores en la union sudamericana, asi de simple. Tu quieres que en el distrito huancavelicano mas remoto genere un super educado neo lord o prefieres mandar un enviado limeno a gobernarles, NO FUNCIONA, hellooo, NUNCA FUNCIONO ya probamos muchas veces(prefectos, gobernadores, etc). La ley esta basada en la moral del ser humano no en su preparacion tecnica, y para tener moral no necesitas ser educado en el concepto formal de educacion. La sociedad debe tener poder de fiscalizacion y el pdoer judicial finalmente entender cual es su rol en la sociedad, sino mejor consecionemos el Peru a los paises Escandinavos o Canada y que pongan a sus enviados asi nadie roba y hace buenas leyes. TODOS nosotros debemos evolucionar y la mugre que tenemos ahora no estara para siempre, por que iremos creciendo como seres humanos, no caigamos pues en facilismos, el desarrollo del Peru ya se los dije mis hermanos es de largo aliento, 30 anos al menos.

  2. Ignazio, interesantísimo artículo sobre un tema fundamental. Permíteme formular algunas preguntas para seguir con el debate:

    1) Hay una diferencia importante entre la autoridad de un médico y la de un representante del sistema político. Un paciente tiene el derecho de negarse a un tratamiento, por más que esta negativa tenga efectos devastadores sobre su salud. Aquí, la autonomía del paciente pesa más que la obtención de un resultado favorable.

    Pero la política tiene que ver con obligaciones y derechos morales. Yo tengo una obligación moral de tomar las precauciones necesarias para no atropellar a un peatón con mi carro. Si manejo ebrio, el sistema político tiene el derecho de obligarme a devolver la licencia de conducir por más que me resista a ello. En ese sentido, la autonomía del ciudadano no prevalece sobre el respeto a los derechos de los otros.

    En la misma línea, podría argumentarse que no hay libertad de elegir a congresistas malos. Si los ciudadanos eligen mal, es preferible colocar a otros congresistas que sí sean capaces de ayudarnos a lograr lo que nuestras obligaciones para con los demás exigen.

    2) Nuestros representantes pueden ser parciales, pero también lo puede ser el colectivo democrático. Supongamos que tenemos, en virtud de nuestra humanidad, una obligación de ayudar a combatir genocidios, hambrunas y otras barbaridades sin importar dónde ocurran. El hecho de que los países destinan una cantidad mínima de su presupuesto para la ayuda internacional puede leerse como el resultado natural de las prioridades que todos tenemos: primero nosotros mismos, luego nuestras familias y amigos, luego nuestra comunidad, y al final, quizá, la humanidad entera. Un político excepcional, con vocación humanista, podría tomar decisiones mucho menos parcializadas que las de un colectivo democrático.

    Un abrazo,
    Bernd

  3. Es importante que se insista en la gran reforma política que Perú necesita. Es un acierto escribir sobre la falsa solución de la democracia tutelada. Pero uno de los grandes problemas que hay es que se plantean soluciones sin visión de conjunto. La reforma debe hacerse tomando en cuenta los siguientes puntos: partidos políticos, sistema electoral, estado. En el caso de los partidos debe modificarse la ley que no fomenta la democracia interna, se debe rescatar a los partidos del poder económico permitiendo su financiamiento. El sistema electoral debe contemplar la elección en fechas distintas y con periodos distintos para presidente y representantes (mandato máximo de 3 años). El Estado debe permitir que en el Legislativo el parlamentario pueda renunciar (la revocatoria estaría demás ante la presión político-socio-mediática), se debe volver a la bicameralidad y castigar el transfuguismo. No hay que caer en el reduccionismo.Bueno hay otras medidas pero no hay espacio. Muy buen tema, una vez más. saludos.
    Juan Sheput

  4. Democracia Representativa o Represiva
    En el Perú, también es bueno ampliar el debate sobre quienes son los electores, para elegir a los congresistas que nos “representan” por cinco años, muchos de ellos llegan hacer el ricículo en el escenario político del país.
    ¿Elegir es una obligación o un derecho? Ahí esta el kit del asunto. Por ejemplo, en Apurímac, en las últimas elecciones se ha elegido a un don nadie, desconocido, anómino, ahijado – sobreprotegido del Comandante en Retiro Ollantra Humala, impuesto por la cúpula política de su “Club político” Nacionalista, nunca se respetó la elección interna, el derecho del pueblo apurimeño de elegir a su auténtico representante. Bueno su nombre de este “congresista del humalismo” es Cayo Galindo. Muchos electores, por el famoso arrastre, marcan los símbolos y número preferencial (1), sin conocer al candidato, su trayectoria personal y propuestas políticas, no existe madurez cívica y ciudadana, con esto no quiero menospreciar a ningún hermano apurimeño, pero el DERECHO a elegir es libre y no obligatorio. No debe exister la FAMOSA MULTA ELECTORAL por no asistir a elegir.
    En el Perú, ya es tiempo de diferenciar nuestro Documento Nacional de Identidad con la “Libreta o Cédula Electoral”, son dos docuemntos totalmente diferentes, cada una tiene su respectiva finalidad, por tanto, debería existir un Registro Nacional de Electores, quienes se inscriben libremente para participar en los procesos electorales. Entonces, estaremos superando las deficiencias de los anquilosado procesos electorales peruanos.
    Este congresista del humalismo, no represnta al pueblo apurimeño, porque ni siquiera se preocupa por la problemática apurimeña, más aún ni se le ve llegar alguno de los 80 distritos desde que fue elegido. Esto es producto de un proceso electoral dentro de una “democracia represiva” elctoral en el Perú y no representativa. Esperamso que esta historia no se repita en ninguna otra región del Perú.
    Bueno, comparto las opiniones de Juan Sheput.

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