La democracia tutelada

El Congreso ha estado en el centro del escrutinio público en los últimos años. Lamentablemente, ha sido por razones poco felices que los legisladores han ocupado los titulares de la prensa. Como se recuerda, en la legislatura pasada, un congresista de Perú Posible (PP) juró por “Dios y por la plata” y otro fue desaforado acusado de violar a una menor de edad. Poco antes de iniciar la legislatura actual, dos parlamentarias elegidas irrumpieron violentamente en el hemiciclo para protestar contra la aprobación del TLC con los Estados Unidos.

Si bien los bochornos de los últimos tiempos han contribuído a enlodar la imagen del Congreso y han afectado, probablemente de manera irreversible, su credibilidad, el verdadero problema del Parlamento pasa por la baja calidad legislativa. Ante esta realidad, las medidas que se han propuesto han consistido en reformar el sistema electoral en su sentido más amplio. Una de las propuestas que tuvo más acogida fue la de exigir un título profesional a los candidatos. Según sus propulsores, esta medida permitiría alcanzar una mayor especialización entre los legisladores que, de esa manera, redactarían leyes de mayor calidad. En la misma línea, el legislador Javier Valle Riestra propuso restablecer el bicameralismo con una cámara alta elegida indirectamente y a la que sólo accedieran personajes de la sociedad civil, como representantes de los colegios profesionales, de los gremios empresariales y de los sindicatos.

Los “guardianes” de la democracia

Con diferentes matices, ambas propuestas plantean el establecimiento de una democracia tutelada. Esto no significa, como en el pasado, que sólo unos pocos ciudadanos tienen derecho al voto, pero sí que no todos los ciudadanos que alcanzan la mayoría de edad tienen derecho a ser elegidos.

Como explica Robert A. Dahl en On Democracy (1998, p. 69-70), el argumento central de los defensores de la democracia tutelada es que no todos los miembros de la sociedad son los suficientemente competentes para gobernarse a sí mismos y que, por tanto, el poder debe ser entregado a aquellas personas que están en condiciones de desempeñar esa tarea con mejor juicio. Los defensores de ese modelo parten de la suposición de que esos “tutores” (aquellos con título profesional o los representantes gremiales, por ejemplo) tienen un mejor conocimiento de dónde radica el bien común y de cómo alcanzarlo. No sin cierto cinismo, asumen que esos tutores no priorizarán los intereses de ciertos grupos sociales sobre otros. Precisamente en este último punto, alegan, radica la naturaleza democrática de su modelo. Sobre eso volveremos más adelante.

El razonamiento de los valedores de la democracia tutelada puede ser mejor explicado con algunas analogías sobre las competencias de los expertos. Suponemos, por ejemplo, que un médico cuenta con las competencias necesarias para tomar decisiones en materia de salud, el abogado en cuestiones legales, el piloto para llevarnos a buen puerto a nuestro destino, etc. Si en todos esos casos recurrimos a la guía de los expertos, ¿por qué no hacer lo mismo en materia de gobierno?

4 thoughts on “La democracia tutelada

  1. Claro que la democracia tutelada tienta, haces la suma y resta y claro alguien con titulo y mas educado formalemnte debe pues llevar las riendas de la sociedad, provocante verdad?, pues es una remala idea,lo unico que llega a lograr es elitismo(neo principes lores duques) y dentro de el sumision a las coorporaciones que con el tiempo controlaran a los congresistas y por ende al pais entero. Una propuesta como esta no hubiera permitido a Lula ser presidente y tanto otro personaje politico Europeo Canadiense o Gringo, el Peru elije congresistas de mala calidad, por que el Peru es bruto, rankeamos mal en matematica y lectura desde hace 20 anos y de verdad alguien espera que elijan gente de nivel, claro como les dije tienta que los “cultos” tomen control y avanzen la sociedad. Lo que si deben hacer es quitarles la inmunidad a los congresistas a todos y acelerar procesos judiciales ya que si eres congresista y te acusan de algo que no tome 5 anos procesarte, sino al toque nomas y si eres culpable a la carcel desaforado. La bicameralidad es mala idea, cada pais sudamericano debe tener un congreso de 1 camara y sus senadores en la union sudamericana, asi de simple. Tu quieres que en el distrito huancavelicano mas remoto genere un super educado neo lord o prefieres mandar un enviado limeno a gobernarles, NO FUNCIONA, hellooo, NUNCA FUNCIONO ya probamos muchas veces(prefectos, gobernadores, etc). La ley esta basada en la moral del ser humano no en su preparacion tecnica, y para tener moral no necesitas ser educado en el concepto formal de educacion. La sociedad debe tener poder de fiscalizacion y el pdoer judicial finalmente entender cual es su rol en la sociedad, sino mejor consecionemos el Peru a los paises Escandinavos o Canada y que pongan a sus enviados asi nadie roba y hace buenas leyes. TODOS nosotros debemos evolucionar y la mugre que tenemos ahora no estara para siempre, por que iremos creciendo como seres humanos, no caigamos pues en facilismos, el desarrollo del Peru ya se los dije mis hermanos es de largo aliento, 30 anos al menos.

  2. Ignazio, interesantísimo artículo sobre un tema fundamental. Permíteme formular algunas preguntas para seguir con el debate:

    1) Hay una diferencia importante entre la autoridad de un médico y la de un representante del sistema político. Un paciente tiene el derecho de negarse a un tratamiento, por más que esta negativa tenga efectos devastadores sobre su salud. Aquí, la autonomía del paciente pesa más que la obtención de un resultado favorable.

    Pero la política tiene que ver con obligaciones y derechos morales. Yo tengo una obligación moral de tomar las precauciones necesarias para no atropellar a un peatón con mi carro. Si manejo ebrio, el sistema político tiene el derecho de obligarme a devolver la licencia de conducir por más que me resista a ello. En ese sentido, la autonomía del ciudadano no prevalece sobre el respeto a los derechos de los otros.

    En la misma línea, podría argumentarse que no hay libertad de elegir a congresistas malos. Si los ciudadanos eligen mal, es preferible colocar a otros congresistas que sí sean capaces de ayudarnos a lograr lo que nuestras obligaciones para con los demás exigen.

    2) Nuestros representantes pueden ser parciales, pero también lo puede ser el colectivo democrático. Supongamos que tenemos, en virtud de nuestra humanidad, una obligación de ayudar a combatir genocidios, hambrunas y otras barbaridades sin importar dónde ocurran. El hecho de que los países destinan una cantidad mínima de su presupuesto para la ayuda internacional puede leerse como el resultado natural de las prioridades que todos tenemos: primero nosotros mismos, luego nuestras familias y amigos, luego nuestra comunidad, y al final, quizá, la humanidad entera. Un político excepcional, con vocación humanista, podría tomar decisiones mucho menos parcializadas que las de un colectivo democrático.

    Un abrazo,
    Bernd

  3. Es importante que se insista en la gran reforma política que Perú necesita. Es un acierto escribir sobre la falsa solución de la democracia tutelada. Pero uno de los grandes problemas que hay es que se plantean soluciones sin visión de conjunto. La reforma debe hacerse tomando en cuenta los siguientes puntos: partidos políticos, sistema electoral, estado. En el caso de los partidos debe modificarse la ley que no fomenta la democracia interna, se debe rescatar a los partidos del poder económico permitiendo su financiamiento. El sistema electoral debe contemplar la elección en fechas distintas y con periodos distintos para presidente y representantes (mandato máximo de 3 años). El Estado debe permitir que en el Legislativo el parlamentario pueda renunciar (la revocatoria estaría demás ante la presión político-socio-mediática), se debe volver a la bicameralidad y castigar el transfuguismo. No hay que caer en el reduccionismo.Bueno hay otras medidas pero no hay espacio. Muy buen tema, una vez más. saludos.
    Juan Sheput

  4. Democracia Representativa o Represiva
    En el Perú, también es bueno ampliar el debate sobre quienes son los electores, para elegir a los congresistas que nos “representan” por cinco años, muchos de ellos llegan hacer el ricículo en el escenario político del país.
    ¿Elegir es una obligación o un derecho? Ahí esta el kit del asunto. Por ejemplo, en Apurímac, en las últimas elecciones se ha elegido a un don nadie, desconocido, anómino, ahijado – sobreprotegido del Comandante en Retiro Ollantra Humala, impuesto por la cúpula política de su “Club político” Nacionalista, nunca se respetó la elección interna, el derecho del pueblo apurimeño de elegir a su auténtico representante. Bueno su nombre de este “congresista del humalismo” es Cayo Galindo. Muchos electores, por el famoso arrastre, marcan los símbolos y número preferencial (1), sin conocer al candidato, su trayectoria personal y propuestas políticas, no existe madurez cívica y ciudadana, con esto no quiero menospreciar a ningún hermano apurimeño, pero el DERECHO a elegir es libre y no obligatorio. No debe exister la FAMOSA MULTA ELECTORAL por no asistir a elegir.
    En el Perú, ya es tiempo de diferenciar nuestro Documento Nacional de Identidad con la “Libreta o Cédula Electoral”, son dos docuemntos totalmente diferentes, cada una tiene su respectiva finalidad, por tanto, debería existir un Registro Nacional de Electores, quienes se inscriben libremente para participar en los procesos electorales. Entonces, estaremos superando las deficiencias de los anquilosado procesos electorales peruanos.
    Este congresista del humalismo, no represnta al pueblo apurimeño, porque ni siquiera se preocupa por la problemática apurimeña, más aún ni se le ve llegar alguno de los 80 distritos desde que fue elegido. Esto es producto de un proceso electoral dentro de una “democracia represiva” elctoral en el Perú y no representativa. Esperamso que esta historia no se repita en ninguna otra región del Perú.
    Bueno, comparto las opiniones de Juan Sheput.

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