Inversión extranjera y empresariado nacional

Hombre de negocios
La venta de los supermercados Wong a un consorcio chileno ha provocado dos tipos de reacciones. Mientras algunos (quizá la mayoría) se lamentan sobre el fin de una historia 100% peruana, otros resaltan los imperativos económicos que deciden sobre el éxito o fracaso de toda empresa más allá de sentimientos patrióticos.

Quizá ninguno tenga del todo razón. Hay un patriotismo barato e irracional, pero también existe el patriotismo inteligente que apuesta por el Perú. El sociólogo Francisco Durand sostiene que la historia del Perú sería distinta si el empresariado peruano tuviera ese segundo tipo de patriotismo en la sangre. Un breve recuento.

Wong: Los hechos

Todo parece indicar que la venta del grupo Wong (que incluye a los hipermercados Metro) fue un paso necesario. No solamente en el Perú, las utilidades del negocio de supermercados son bajas. Según el semanario Caretas, las utilidades de la cadena Wong ascenderían a apenas 2% de las ventas. El año 2007, estas llegaron a cerca de 800 millones de dólares (sin I.G.V.), lo cual dejaría 16 millones de dólares en utilidades.

16 millones de dólares pueden sonar a mucho, pero son muy poco si tomamos en cuenta que la competencia no duerme y que el Perú crece. Según el mismo reportaje de Caretas, los competidores Supermercados Peruanos y Tottus piensan invertir 108 millones de dólares y abrir 25 nuevas tiendas el 2008.

Para que Wong no se quede chico tendrá que invertir en gran estilo y eso es lo que el consorcio chileno CENCOSUD puede hacer. Sus ventas para el 2008 superarían los diez mil millones de dólares. Centros Comerciales Sudamericanos (CENCOSUD) es, después de Wal Mart México, la segunda empresa de supermercados más grande en Latinoamérica. Antes de la compra de Wong su presencia se limitaba a Chile y Argentina.

Mientras que en Chile el 80% de los consumidores compran en supermercados, en Lima sólo el 30% va a un supermercado para realizar su compras (fuente: artículo de Caretas). En otras palabras, hay expansión para rato, sobre todo en tiempo en que la demanda interna en Lima y en provincias va en aumento.

La venta de Wong parece entonces una decisión razonable y hasta necesaria en vista de los retos inmediatos. Es probable que los consumidores peruanos estemos resentidos por un tiempo. Después de todo, y tal como señala Carlos Basombrío en Perú21, Wong es un símbolo del éxito desde abajo y en condiciones adversas. “Wong era Wong. No era cualquier empresa”.

Pero nuestro columnista Gian Carlo Orbezo tiene razón cuando escribe que será finalmente la satisfacción de los clientes la que decida sobre el éxito o fracaso de Wong. Y es probable que, en el largo plazo, esta satisfacción dependa más de la calidad del servicio que de sentimientos anti-chilenos.

¿La nacionalidad importa?

Olvidémonos ahora de las peculiaridades del caso Wong y pensemos en el tema de la inversión extranjera en general. El sociólogo Francisco Durand, en entrevista con el diario La República, admite que la venta de Wong fue inevitable. Pero también sostiene que el empresariado peruano es débil.

A diferencia de quienes creen que el capital no tiene nacionalidad y que las inversiones son bienvenidas vengan de donde vengan, Durand es más crítico. El empresario nacional preocupado por el Perú trabajará, según Durand, con otras empresas nacionales y reinvertirá en el Perú, mientras que el inversionista extranjero se llevará sus ganancias a casa.

El creyente en la fuerza reguladora del libre mercado rechazará tal vez la crítica de Durand. Mientras el Perú sea un país económicamente atractivo el inversor extranjero estará interesado en seguir invirtiendo en el Perú, al igual que el peruano. Según esta lógica el Perú no ganará con empresarios nacionales, sino con aquellos que estén dispuesta a invertir más, sean peruanos, chilenos, o chinos.

Pero el argumento de Durand es más complejo y refinado. Él no dice que la inversión extranjera es mala o directamente nociva. Su tesis afirma, en cambio, que de tanta inversión extranjera nos estamos olvidando de formar el Perú que nosotros, los peruanos, queremos.

La lógica del mercado no conoce nacionalidades, pero la sociedad peruana no se puede explicar en términos puramente económicos. En una sociedad con desigualdades extremas y una de las tasas de pobreza más altas de Latinoamérica (vea el artículo de mi colega Mariana Costa) se requiere, urgentemente, una ciudadanía comprometida en carne y alma con el desarrollo social del Perú. Y esa tarea es nuestra responsabilidad:

Nos estamos convirtiendo en una república bananera. A comienzos del siglo pasado se hablaba de república bananera por países pequeños donde había gran influencia de las corporaciones. Ese es un problema, que haya una gran concentración económica en pocas manos, y encima que sean corporaciones extranjeras, que no tienen como máxima prioridad el desarrollo sino la búsqueda de mercado y la ganancia. Cuando ellas ejercen mucha influencia política pueden evitar que el Estado y la sociedad piensen en términos más propios e independientes sus cuestiones de desarrollo. Nosotros no tenemos un plan de desarrollo, no existe, solo medidas parciales que se anuncian en las elecciones como el TLC para todos, Sierra Exportadora, pero detrás no hay ninguna intención seria de un apoyo sistemático del desarrollo del capital nacional.

La culpa no es entonces del capital extranjero. La culpa es nuestra, por creer que con inversión extranjera nuestros problemas se solucionarán sin que tengamos que mover un dedo. En toda sociedad, la clase empresarial es un activo fundamental, no solamente por su poder adquisitivo y político, sino por su capacidad de transformar visiones en empresas viables y potencial humano en puestos de trabajo.

Un buen empresario peruano, un empresario inteligente, empeñoso y cooperador, tiene la ventaja única de conocer el terreno sobre el que se mueve. Conoce la mentalidad peruana, conoce nuestras deficiencias pero también las enormes posibilidades de crecimiento en los distintos sectores. La clase empresarial peruana puede aprovechar estas ventajas y convertirse en uno de los motores del desarrollo social si así se lo propone.

El 2008 tendremos, según las últimas estimaciones, un crecimiento económico por encima del 5%. Bien por eso. Pero el 2008 debe ser, también y sobre todo, el año de la inversión social. El año en que se avance con la infraestructura rural, con la educación universal de calidad, con un sistema de justicia más inclusivo, con asistencia social y programas para salir de la pobreza. Son tareas de los gobiernos, pero también de la clase empresarial. De sus actitudes dependerá en gran medida si nuestra sociedad logra dejar atras sus fracturas y resentimientos para, finalmente, pensar en grande y en común.

Por Bernd Krehoff

Imagen tomada de: http://marcopiersma.blogspot.com/

12 thoughts on “Inversión extranjera y empresariado nacional

  1. Por: Jorge Huaman Aliaga
    jorgehuaman@visionagraria.com
    GERENTE GENERAL VISION AGRARIA SAC
    http://www.visionagraria.com

    EMPRESA – PERU – INVERSION
    Siempre oímos grandes palabras del Gobierno, pero no hay forma de avanzar. Perú no necesita falsas promesas ni ociosos políticos que viven de nuestros impuestos. Perú necesita libertad para que sus emprendedores creen empresas con la máxima facilidad reduciendo trámites y bajando drásticamente los impuestos. Perú necesita entrada de capital extranjero y para tal cometido sólo se han reducir procedimientos y agilizar el mercado laboral. Perú necesita que la liberen de sus cadenas económicas y dejen hacer a los emprendedores. En definitiva, Perú necesita Libertad Empresarial
    Cuando vean que para producir necesitan obtener la aprobación de quienes no producen nada; cuando vean que el dinero fluye a quienes comercian no en bienes sino en favores; cuando vean que los hombres se hacen más ricos a través de la estafa que del trabajo, y sus leyes no lo protegen de ellos, pero los protegen a ellos de ustedes; cuando vean que la corrupción es recompensada y la honestidad se convierte en un sacrificio personal; sabrán que su sociedad está condenada

    ADELANTE EMPRESARIO PERUANO BIENVENIDO LAS INVERSIONES CON RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL Y AMBIENTAL EXITOS EN EL 2008

  2. Señor Krehoff, ¿sabe qué es más peligroso que un ejército, más innecesario que un tanque de guerra y más devastador que el armamento? Simple: el intelectual. Ese señor enemigo del mercado y la libertad, amigo de las autocracias y el estatismo.

    Señor Krehoff, el sociólogo Francisco Durand se equivoca: las repúblicas bananeras eran los países donde una gran empresa multinacional ejercía tanto poder que nadie podía controlar sus abusos e interferencias. ¿Don Francisco se tomó la molestía de investigar cómo operaba la United Fruit Company, esa poderosa empresa, en Guatemala, Nicaragua, Honduras y Costa Rica? ¿Estudió la perversa influencia de petrolera Standard Oil of New Yersey en Bolivia y Paraguay? ¡Esos fueron otros tiempos!

    El problema, señor Krehoff, es la falta de instituciones y de un estado de derecho. En un regímen económico donde no impera la ley y sin autoridades, aparecen monopolios y predominan las prácticas mercantilistas.

  3. El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, estudiando los movimientos sociales en América latina, revela que la contradicción entre el principio del mercado y el principio del Estado es más aparente que real: “Los Nuevos Movimientos Sociales parten del presupuesto de que las contradicciones y las oscilaciones periódicas entre el principio del estado y el principio del mercado son más aparentes que reales, en la medida en que el tránsito histórico del capitalismo se hace de una interpenetración siempre creciente entre los dos principios, una interpenetración que subvierte y oculta la exterioridad formal del estado y de la política frente a las relaciones sociales de producción.” (Revista OSAL, disponible en línea, septiembre 2001)
    Esta supuesta contradicción es propia del liberalismo, el cual analiza la sociedad en compartimientos separados, los cuales por supuesto no tienen ninguna conexión. Así vemos una mano invisible que regula los precios del mercado y un Estado ausente en el ámbito económico. Es por eso que podemos escuchar voces llamando al Estado o al Estado de derecho para que este regule, por ejemplo, este “capitalismo” peruano. Y bueno, siguiendo las pistas dejadas por Santos, esta invocación no es más que una trampa en la cual se cae simplemente porque no se ve o no se quiere ver las relaciones sociales de poder que atraviesan lo político como lo económico: “En estas condiciones, invocar el principio del estado contra el principio del mercado, es caer en la trampa de la radicalidad fácil que consiste en transformar lo que existe en lo que ya existe, como es propio del discurso político oficial.” En este sentido, y utilizando una significación muy reducida de la democracia puesto que se le asimila a un conjunto de instituciones y/o a un Estado de derecho, lo que se tiene que resaltar aquí es la incompatibilidad de la democracia con el mercado, esto es el capitalismo. ¿Acaso el aggiornamiento neoliberal de la sociedad peruana no comienza con una Constitución política? Claro ya los escucho, esta constitución fue emitida por una dictadura, pero para los inversionistas extranjeros eso era un detalle, lo sustancial era que esta Ley de leyes era dada por un Estado. De esa manera, las reglas eran claras para así dar paso a esos horrores – según el análisis del liberalismo – encarnados en los monopolios y en las practicas mercantilistas privándonos así de un “verdadero” mercado y, por ende, de la libertad. Con las constituciones neoliberales, las economías nacionales quedaron amarradas a los intereses extranjeros. Lo que dio paso a la disolución de lo social en lo económico. No comprender este fenómeno es no comprender nuestra realidad política contemporánea. Es no comprender los procesos que se están dando en Bolivia, Venezuela y ahora en Ecuador. Por supuesto que puede haber reservas en cuanto a la realización de estos procesos, pero la voluntad de democratizar la sociedad está presente. En ese sentido, el Estado si, puede ser elemento de cambio social, de emancipación de nuestras sociedades, pero esto no es suficiente: echen un vistazo a Bolivia donde sectores antidemocráticos se oponen a la Constituyente. Lo que se requiere es que las gentes estén organizadas social y políticamente. Y aquí no hago alusión de ninguna manera a esa visión romántica de la nación peruana, esa nación donde cada uno de los peruanos pone al hombro para salir adelante. Porque, parafraseando a uno de los personajes del novelista Jorge Eduardo Benavides, me pregunto ¿A dónde es “adelante”? Por eso, solo se trata de ver que las relaciones sociales de poder solo benefician a unos cuantos, dejando a unos muchos excluidos y marginados. Son estos últimos pues los que deben exigir las transformaciones que el país necesita.

  4. habría que hacerle recordar al señor Portillo que la legislación antitrust surgió, precisamente, en Estados Unidos, un país que no carece de instituciones, precisamente todo lo contrario. Que los monopolios y grupos economicos influyentes aparezacn no se debe a la falta de legislación, su causa es la falta de un Estado articulado y tecnologicamente al dia que pueda regular adecuadamente el mercado.

  5. hola amigos de peru politico me da gusto saber q hay personas como uds. para poder expresar lo q a muchas personas no quieren saber y somos ignorados y al dar nuestra voz a sonar nos callan apagando nuestras vidas sigan adelante amigos ademas quisiera saber mas sobre el movimiento de izquierda revolucionaria y de la meza pelada.

  6. Estimados lectores, muchas gracias por los diversos comentarios.

    Pienso que el asunto no pasa por polarizar sociedad/Estado y economía como si se tratara de extremos radicalmente opuestos, sino por buscar formas de convergencia. Esa fue la razón por la cual cité a Francisco Durand.

    La inversión extranjera, cuando se vuelve mayoritaria, es problemática en tanto separa a la clase empresarial de la sociedad peruana. Un empresario nunca es solamente un empresario. Es también un miembro de su sociedad y, como tal, está sujeto a una serie de costumbres, obligaciones y motivaciones personales por hacer de su entorno un entorno mejor.

    El poder financiero, político (e intelectual) de la clase empresarial reviste un potencial especialmente importante para toda sociedad. Por eso necesitamos empresarios peruanos dispuestos a ir más allá de la simple lógica económica, interesados en crecer con la sociedad como conjunto.

    Saludos y gracias por visitar Perú Político.

    Bernd

  7. La verdad existen muchas cosas las que hay que analizar pero una de ellas es pensar que existe demaciada competencia yo soy empresario y la verdad no puedo producir al bajisimo costo en el cual estan a acostumbrados a comprar entonces es ilogico pensar que saldremos las empresas nacionales adelante por que los consumidores prefiern otro producto de menor costo la verdad la culpa no es de otros la culpa es nuestra ….. Atte

  8. Si se habla de inversion extrajera, empresariado nacional. Entonces, es ineludible el hablar de mercado externo (internacional) e interno (peruano). Y lo que la experiencia a demostrado es que la unica manera de defenderse de la volatilidad de los mercados externos, es contar con un solido mercado interno y es ahi en donde salta la responsabilidad de la clase politica y del empresariado nacional, que no comprende que la responsabilidad social no es un costo sino una inversion. Porque un mercado interno pujante (compradores) aumenta la demanda y que por ende trae como consecuencia el aumento de las ventas, que a su vez trae como consecuencia la soñada expansion: la mayor demanda solo puede ser cubierta por una mayor produccion, y una mayor produccion solo puede ser cubierta por el aumento de la infraestructura o sea la expansion.

    Si una empresa se expande, necesita mas trabajadores, si aumentan los trabajadores, aumentan los consumidores, si aumentan los consumidores, aumenta la demanda, si aumenta la demanda, aumenta la produccion… etc.

  9. tanto los consumidores como los productores deven de ponerse de acuerdo ya urgentemente como llegamos a uun buen acuerdo para que ya no haiga tanta incertidumbre apoyados por papa gobierno

  10. JAMAS HA EXISTIDO UNA BURGUESIA NACIONAL SOLO Y SIEMPRE FUE INTERMEDIARIA DE LAS GRANDES CORPORACIONES INTERNACIONALES, ADEMAS SOMOS UN PAIS, NO UN ESTADO , ACA MAS PRIMA EL INTERES PARTICULAR,, LO NACIONAL NO CUENTA, EL QUE INGRESA AL ESTADO ,,, LO HACE CON LA FINALIDAD DE EXPOLEARLO, Y EXPRIMIRLO HASTA LO ULTIMO,….ES IMPORTANTE CONTAR CON EMPRESAS PUBLICAS O PRIVADAS DE CAPITAL NACIONAL…. PERO ESA NUEVA BURGUESIA TIENE QUE SURGIR DE AQUELLOS QUE SEAN VISIONARIOS Y NO SE VENDAN AL CAPITAL CHILENO, NO CAER EN EL CHAUVINISMO BARATO …
    PINO CHET LO DIJO : “EXISTEN PAIS HEMBRAS Y PAISES MACHOS”
    LA HISTORIA ES LA GRAN PARTERA DELA HUMANIDAD Y DE ELLA NO HEMOS APRENDIDO

  11. Hola amigos de Perú Político soy Trujillano y en esta fecha actual, donde la competencia es incesante y donde gana el que más tiene es obvio pensar que hay una mínima oportunidad para el empresario o microempresario peruano, sabemos que nos ven de afuera no solamente como un país propicio para invertir, sino como también un país donde las leyes se venden al mejor postor, “negociamos con alguien del gobierno ya sea congresista en fin, cualquiera de ese puñado de personas que se preocupan por el bienestar pero de ellos y de toda su familia, al otra día proponen, aprueban una ley y listo empresas extranjeras en el Perú”. ¿Exajero? Me alegraría también si fuera una exajeración. Pero la culpa también es de todos nosotros somos “hombres carneros” como diría Ortega y Gasset porque seguimos a los demás y ni sabemos por qué. Sólo para sustentar las últimas líneas, aquí en Trujillo abrieron supermercados como ripley, wong megaplaza tottus, open plaza, etc bueno Sabemos que obviamente no son capitales peruanos, todos ellos alrededor de la ciudad, ahora en el centro de la ciudad existen establecimientos, supermercados y diversos negocios de artículos en su mayoría peruanos llámese apiat, zona franca, etc. antes de estas famosas tiendas los fines de semana viernes; sabados y domingos se solía acudir a hacer compras, gente por aquí y por allá, ahora uno se va al centro de Trujillo estos días y parece un pueblo fantasma ¿dónde estan los trujillanos?¿comprando productos peruanos?¿ayudando a crecer la economia nuestra?¿tomando conciencia de nuestra industria nacional?esta claro que esto es lo último en que se piensa. somos personas que concientizamos ¿cuánto? 1;2;3 o más horas, luego: ¡CÓMPRALE AL EXTRANJERO¡.finalmente nos damos cuenta que la mayorÌa aportamos a la extinción de nuestras empresas nacionales y buscamos a quien echarle la culpa.

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