En semanas revueltas por la reciente extradición del ex Presidente de la República, Alberto Fujimori, muchos parecemos haber dejado de lado los importantes avances en la ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. El gobierno de Alejandro Toledo dio inicio a las negociaciones para este acuerdo comercial, y el actual gobierno aprista ha establecido la ratificación de este tratado como uno de sus principales objetivos. Después de un extenso proceso de negociación, accidentado por cambios importantes en los senados de ambos países, los recientes sucesos parecen indicar que, finalmente, este acuerdo comercial con el poderoso país del norte cobrará vida.
Avances Recientes
El pasado martes 25 de septiembre el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos realizó una votación simulada con el objetivo de explorar si se contaba con los votos necesarios que permitan llevar a la consideración del pleno la ratificación del tratado de libre comercio suscrito con nuestro país en abril de 2006. Para sorpresa de muchos, a pesar de la mayoría demócrata en el Capitolio y las dudas respecto al apoyo de esta bancada al TLC, la votación simulada resultó en 35 votos a favor de la ratificación del TLC, y ninguno en contra. A esta señal de respaldo se suma la aprobación dada al tratado el pasado viernes 21 de septiembre en la votación simulada del Comité de Finanzas del Senado de EE.UU, dónde se obtuvo 18 votos a favor y tres en contra. (El Comercio)
El jueves 4 de octubre se realizó la primera votación real para la aprobación del tratado en el Comité de Finanzas del Senado estadounidense, y los resultados demuestran lo anticipado: un apoyo casi total a la ratificación de este tratado comercial, con veinte votos a favor y solo uno en contra. (El Comercio).
Ahora falta que el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja convoque en los próximos días la votación formal sobre el TLC con el Perú. De lograrse un resultado favorable, el acuerdo comercial estaría listo para una votación en los plenos del Senado y de la Cámara de Representantes. La votación en el Senado sería ya la última instancia. Debido al sistema ´fast track´ bajo el que se firmó el TLC, una vez en el Senado ya no hay posibilidad de modificaciones al documento. Cada cámara tendrá 45 días para las votaciones definitivas.
Según el representante del Ministerio de Comercio Exterior del Perú, David Lemor, el TLC podría estar ratificado, a más tardar, a principios de diciembre. Después del intenso trabajo realizado por el MINCETUR, los representantes del gobierno en Washington D.C, y las compañías de lobby involucradas en este proceso, un resultado positivo será el merecido final de un largo trayecto.
Respecto a los meses antes de la real implementación del tratado, la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz espera que se extiendan los beneficios arancelarios ortigados por el ATPDEA al menos por un año más, dando así tiempo a la efectiva implementación del TLC. Por otro lado, Aráoz también ha informado que el Consejo Nacional de Competitividad (CNC) diseñará una serie de medidas para que las empresas privadas de siete actividades económicas (agroindustria, pesca, textiles, turismo, software, entre otras), puedan aprovechar con eficiencia el acuerdo comercial con EE.UU. Así se espera preparar a la economía peruana para el periodo de transición que vendrá en caso el tratado sea ratificado en los próximos meses.
Impacto del TLC en la economía peruana
Sabiendo que el TLC con Estados Unidos podría ser una pronta realidad para nuestro país, a continuación, un recuento para refrescar nuestras memorias sobre el posible impacto del TLC en la economía peruana, publicado por la revista Economicwatch del BBVA, en mayo de 2007.
Implicancias Económicas
La firma del TLC con Estados Unidos, además de configurar un escenario de desgravación progresiva para los productos que ambos países comercian, genera un marco de reglas de juego en muchos aspectos relacionados con el comercio bilateral de ambos países, como por ejemplo, medidas fitosanitarias, tratamiento de inversiones, obstáculos técnicos al comercio, reglas de origen, entre otros. Además de ello, por la naturaleza de la negociación del tratado, se cuenta con capítulos especializados en sectores sensibles como agricultura, telecomunicaciones, textilería, entre otros, los que contemplan esquemas de desgravación diferenciados y algunas reservas por parte de Perú y Estados Unidos. Precisamente, esta aproximación integral a la relación comercial y de inversiones entre ambos países ofrece un marco jurídico estable y predecible que propicie la toma de decisiones de inversión de largo plazo, lo que es aún más importante en una economía emergente, con un buen desempeño económico, pero de alta volatilidad en la última década como Perú.
Si bien en términos económicos, el escenario de ratificación del TLC con Estados Unidos debe ser evaluado como la ganancia o pérdida marginal sobre la actual situación en la que el ATPDEA está vigente, también es cierto que el escenario alternativo a su no firma es la potencial no renovación del ATPDEA. Por ello, además de las estimaciones que a continuación se revisan se debe considerar que en la actual situación de expansión económica y crecimiento del comercio internacional que Perú experimenta, la no firma del TLC y no renovación del ATPDEA podría representar un escenario de desaceleración económica y un deterioro notable en las perspectivas de inversión. A continuación se revisan los posibles efectos del tratado:
• Sobre el producto. Estimaciones recientes, como las desarrolladas por Morón (2005), quienes emplean un modelo dinámico y estocástico de equilibrio general para cuantificar el impacto del TLC sobre la economía peruana muestran que la firma del TLC implicaría un aumento en la tasa de crecimiento del PBI de 0.6 por ciento en los primeros cinco años y un incremento permanente en el nivel del producto de 3.3 por ciento, cifra superior a la encontrada en Chile (1.0 por ciento), lo cual pone en relevancia el efecto permanente de la firma del tratado y su impacto sobre el crecimiento potencial del país en los próximos años.
• Sobre el empleo. Al concretar el TLC se aseguraría la permanencia de gran parte de los casi 700 mil puestos de trabajo generados por la actividad agroexportadora (favorecida por el ATPDEA) y, además, autores como Seminario (2004) estiman que en un escenario base, gracias al impacto directo del aumento de exportaciones, se generarían 32,552 puestos de trabajo adicionales.
• Costo fiscal por desgravación arancelaria. El costo fiscal de la desgravación de las importaciones norteamericanas implicaría una reducción de los ingresos tributarios que se encontraría entre los US$ 150 y US$ 200 millones anuales.
• Efectos reputacionales. Este efecto está asociado a la mayor estabilidad jurídica y apertura a la inversión extranjera que será percibida luego de la firma del TLC, con lo cual se generaría un nuevo “sello de garantía” para atraer inversionistas extranjeros a una plaza de amplio potencial a nivel regional, con muy buenos resultados macroeconómicos, pero que todavía no cuenta con el grado de inversión. Además de los aspectos anteriormente mencionados, el Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos tiene algunas implicancias sensibles para la economía peruana, como por ejemplo las relacionadas con:
• El sector agrícola. Este sector emplea cerca del 35 por ciento de la PEA y contribuye con un 9 por ciento del PBI. Si bien es cierto que la vigencia del ATPDEA ha contribuido a incrementar la oferta exportable del país y ha permitido el surgimiento de una actividad agroexportadora de alta tecnificación, la negociación del TLC muestra como balance un conjunto de productos sensibles a la apertura, como por ejemplo, el trigo, algodón, maíz, arroz y azúcar, cuyo cultivo podría verse afectado con la desgravación arancelaria. Ante esta situación, se han establecido planes de desgravación paulatina y diferida, con plazos que llegan a los 17 años en el caso del arroz.
• Sector salud. El TLC incorpora cláusulas de datos de prueba, patentes de segundo uso y protección de derechos de propiedad en este sector que podrían generar incrementos en los precios de las medicinas y una reducción en su uso en un mediano plazo. El estudio de evaluación del impacto del TLC en este sector desarrollado por el Ministerio de Salud muestra una pérdida de bienestar entre US$ 205 y US$ 300 millones, entre los años 2011 y 2017, lo que significará principalmente mayores gastos de las personas en medicamentos y mayores gastos en los presupuestos de las entidades encargadas de la salud pública en el país.
Debido a las particularidades de estos sectores, se han creado esquemas de compensaciones al sector agrícola y al sector salud. Por ejemplo, en el primer caso, se ha previsto un fondo de US$ 32 MM anuales para los productores de maíz amarillo, duro, trigo y algodón, el que estaría acompañado de programas para la competitividad de de ciertas cadenas agrícolas, la ampliación de beneficios a actividades agroindustriales y la creación de un Fondo de Garantía para la pequeña agricultura (FOGATA) para garantizar los créditos otorgados por las instituciones financieras a los pequeños agricultores. Todos estos esquemas deben, a su vez, estar enmarcados en una estrategia integral orientada a lograr una mayor competitividad de la agricultura peruana, mediante procesos de modernización, tecnificación y sustitución de cultivos hacia aquellos en los que exista una mayor complementariedad con Estados Unidos.
Finalmente, además del esquema de compensaciones anteriormente descrito, con el fin de compensar a las instituciones públicas encargadas de la salud nacional se crearía un Fondo de Compensación para la Adquisición de Medicamentos, que podrá ser aplicado posiblemente entre los años 7 y 13 después de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), periodo en el que existe la probabilidad de que el precio de los medicamentos aumente como parte del impacto del citado acuerdo.
El futuro
El libre comercio como ruta de desarrollo económico ha sido ampliamente debatido en los últimos años. Claros ejemplos como el de nuestro país vecino, Chile, demuestran que el comercio internacional puede ser una ruta viable para trae empleo y prosperidad en América Latina. La suerte, sin embargo, nadie la tiene comprada, y para muchos firmar un acuerdo comercial con una potencia como Estados Unidos será perjudicial más que beneficioso. Las buenas políticas y el tiempo deben encargarse de que así no lo sea. El libre comercio, sin duda alguna, es una ventana de crecimiento para un país de recursos tan diversos como el Perú. Esperemos que el actual gobierno sea capaz de maximizar los beneficios de esta oportunidad que se presenta, y siga encaminando a nuestra economía hacia el crecimiento.
Mariana Costa
Fuentes:
Servicio de Estudios Económicos – BBVA.
Economicwathc, mayo de 2007.
Hugo Perea Glores y Marco Shiva
http://serviciodeestudios.bbva.com/TLBB/fbin/AMPE_070514_EconomicWatchPeru_23_tcm208-93957.pdf
Imagen:
www.adnmundo.com/…/items/37686_detail.jpg