De outsiders, partidos antisistema y de cómo combatirlos

Cuenta Mario Vargas Llosa en El pez en el agua que, tras la primera vuelta electoral de 1990, en la que el FREDEMO obtuvo una magra victoria sobre Cambio 90, algunos de sus consejeros salieron con la idea de que el escritor debía ofrecer a Fujimori algún puesto importante en el gabinete a cambio de que este renunciara a la segunda vuelta. Existía un precedente. Cinco años antes, el candidato de la Izquierda Unida, Alfonso Barrantes, había declinado ir al ballotage, dándole a Alan García la posibilidad de alzarse con la presidencia sin el desgaste que implica una nueva campaña electoral.


Esta vez, sin embargo, Vargas Llosa sabía que Fujimori no aceptaría esa propuesta. El chinito, como se lo conocía, contaba con los nada desdeñables votos apristas y con los de la gran mayoría de la izquierda. Consciente de eso, Vargas Llosa pensó en renunciar si es que Fujimori aceptaba poner en práctica el programa económico del FREDEMO, base de la revolución liberal que quería hacer de llegar al poder.

Durante el proceso electoral del año 90, Fujimori era claramente el outsider de la contienda. Dos meses antes de las elecciones del 8 de abril no figuraba en las encuestas. Ni siquiera había sido invitado al CADE. Sin embargo, en el último mes previo a la primera vuelta, registró un avance sorprendente en las encuestas. Esa tendencia ascendente no podría ser revertida y el tsunami Fujimori se alzaría con una de las victorias electorales más sorprendentes de la historia.

De outsiders

Outsider es aquel que no pertenece al establishment, a ese grupo de políticos y partidos que llevan años en la escena y cuyas ideas y propuestas son más o menos conocidas. Los políticos del establishment son por lo general medianamente previsibles, presentan un discurso conocido por todos. Además de ser una novedad, los outsiders, en cambio, apelan al desprecio por la forma de hacer política tradicional y suelen culpar a las viejas figuras de todos los males del país. De esa manera, distanciándose de todos los que han estado en el poder antes que ellos, y buscando polarizar la contienda entre lo nuevo y lo viejo, logran que su propuesta cale en los sectores más bajos de la sociedad.

Los partidos antisistema, al igual que los outsiders, se nutren del descontento social para obtener réditos electorales. Suele hablarse de partidos antisistema pero de políticos outsiders. Si bien en ambos casos, el culto a la personalidad de un determinado político define las características del movimiento, en el caso de los antisistemas suele contarse con un aparato partidario mucho más sólido. Fujimori era en 1990 un outsider, Humala es hoy en día líder de un partido antisistema (en caso se le permitiese adecuarse a la Ley de Partidos Políticos e inscribirse en los registros del JNE).

Sin embargo, la característica principal de un partido antisistema es que busca remover las estructuras y las reglas de juego de un sistema político determinado. De ahí el nombre. En ese sentido, sus propuestas son mucho más radicales que las de un outsider. Buscan subvertir un orden para reemplazarlo por otro.

En el contexto europeo, han existido básicamente dos tipos de partidos antisistema: los de ideología fascista y los de ideología marxista. A su manera, ambos se han opuesto a la democracia liberal. Los primeros buscando el retorno a las formas más tradicionales, el retorno a la monarquía autoritaria, la pureza racial. Los segundos, intentando instalar la dictadura del proletariado de corte soviético. La República de Weimar (1919-1933), el primer intento democrático alemán, colapsó, en gran medida, debido a la presencia de partidos antisistema en ambos extremos del espectro político. Sin embargo, hoy en día los partidos antisistema ocupan, salvo algunas excepciones, un lugar secundario en las democracias de Europa occidental.

De cómo combatirlos

Si bien tras la primera vuelta electoral de 1990, resultaba ingenuo que Vargas Llosa le planteara a Fujimori renunciar a la segunda vuelta a cambio de ocupar un lugar en el gabinete, la misma idea no resulta tan descabellada planteada en otro contexto. Es que la mejor manera de combatir a un partido antisistema o a un outsider es utilizando las mejores armas que tiene la democracia: el diálogo.

Por tanto, si un partido, por más antisistema que sea, es apoyado por sectores importantes de la población, difícilmente va a poder ser proscrito. Sobre todo si es que ese partido apela a cuestiones de diferencias étnicas o raciales, como el MAS de Evo Morales en Bolivia. En ese caso, la represión, puede resultar peligrosa. Es muy probable que la polarización y, en especial la percepción que la población tenga de ésta sea tan grande, que se produzca un desborde social.

Descartada la proscripción se abre camino el diálogo. En ese contexto cabe recordar lo siguiente: todo partido político tiene entre sus principales intereses ocupar cargos públicos. Muchas veces, los partidos están dispuestos a sacrificar futuros votos por el solo hecho de mantenerse en el poder. Actualmente podemos ver esa actitud en el FIM, que elige soportar a un gobierno que es más impopular cada día para no perder los cargos públicos que ocupa.

Suele decirse que el aparato público es un motín. La tentación del motín es muy grande para cualquier partido. Entonces, ¿por qué no ofrecerle cargos públicos a cambio de que moderen sus propuestas?

Antes de sentarse a negociar un posible gobierno concertado o cualquier tipo de alianza, debe analizarse la naturaleza del partido con el que se va a tratar. No es lo mismo negociar con un partido antisistema que cuenta con el 20% de las curules en el Congreso, que uno que solo llega al 5%. El primero es más peligroso pero también más atractivo, en la medida que representa más votos al momento de aprobar una ley o de buscar el apoyo del Parlamento a un gabinete. Además, antes de pactar nada, deben estar claras las reglas de juego: después de la negociación, cada partido respeta las áreas que se le asignan al otro.

En un gobierno de coalición, ninguno de los partidos que lo integran puede poner en práctica todo su programa electoral. Para que la coalición funcione es inevitable hacer concesiones. De esa manera, los partidos se ven obligados a moderarse. En el caso de gobernar junto a un partido antisistema, la situación no es distinta. Sin concesiones, la coalición cae.

La lideresa de Unidad Nacional, Lourdes Flores, ha dicho en repetidas ocasiones que a la elección del 2006 se va a ir en bloques, es decir, coaliciones de partidos que se van a aliar según su proximidad ideológica. Vaticina que el bloque de centro-derecha va a derrotar al de centro-izquierda. Flores puede estar pecando de simplista. Su rechazo por un gobierno de todas las sangres puede terminar siendo su calvario. La mejor manera de combatir a un partido antisistema puede que sea integrándolo al gobierno. Es que a estas alturas no se puede dejar a nadie de lado. Resulta imprescindible articular una propuesta inclusiva y de consenso. Los críticos dirán que se caerá en el inmovilismo, que el poder de veto que tendrían las diferentes organizaciones en una coalición semejante sería muy grande. Pero, ¿es que no estamos ya atados de manos?

Por: Ignazio De Ferrari

4 thoughts on “De outsiders, partidos antisistema y de cómo combatirlos

  1. Los dos tipos de partidos, el partido de un outsider y el partido antisistema, presentados en el trabajo, se parecen en su forma de aparecer en el ambíto político. Sus intenciónes, intereses y fines son otros, como el autor nos mostró bastante claro.

    Su repuesta a la pregunta de como combatir estos partidos se fundamenta en el díalogo, que se tendria que llevar entre el partido de gobierno o un partido sólido y el un partido de un outsider (Cambio 90/ Fujimori) o el de un partido antisistema. Es claro que el autor ha tomado el punto de vista de partidos sólidos, cuyas existencias en el ambíto político de un país son de mucha importancía para la creedibilidad y la estabilidad política de un país. Un país con partidos bien estructurados a base de sus ideologías y sus intereses de conjunto muestra madurez politíca del país porque representaría una población con convicciones.

    En el caso de los partidos que son creados por Outsiders, la propuesta del autor me parece muy acertada, porque así, el Outsider esta obligado a dialogar. En el caso de que se decida de no participar en un díalogo, pone en juego la creedibilidad de no ser un candidato con espíritos democráticos y intereses de unir un país, es decir, la especulación de que pueda ser un presidente de “bajo nivel” sería alta. También dependería de los intereses y ideales que presenta el candidato y de la situación del país. Por otro lado si decide dialogar con los otros partidos, el partido más sólido y convincente en sus argumentos tendría una ventaja sobre el otro. Un partido de un Outsider como el que surgío en los ochentas en alemania (Bündniss 90/ Grüne), y ahora inclusive esta representado en el parlamento europeo, representaría en ese sentido como una amenaza para la existencia de los otros partidos establecidos. En ese sentido la política no se distinguiría de un animal, ambos tienen el msimo instinto de sobrevivir en su ambiente.

    Ahora bien, un partido que trae convicciones nuevas y modernas surgidas por el avance de la tecnología y de perspectivas, y que se adaptaría a las circunstancias nuevas que estos avances implicarían, no es algo que se puede combatir. Eso se explica con el tiempo. Con tal, de que el sistema democrático, no este en peligro, es absolutamente absurdo tratar de combatir un partido de tal mádurez, más bien tendría que ser una obligación de integrarlos al ambíto político, para que el progreso y las nuevas ideas resuenen también en las ideas de los otros partidos. Eso sería el punto de estabilidad total del sistema democrático. Partidos que se diferencian por ideales, pero que se respetan, aceptan e intercambian ideas para asi volver a poder ver sus ideales desde un enfoque diferente.

    Ahora bien con respecto a los partidos de antisistema nos encontramos con un poblema más peligroso. La manera de combatirlos que propone el autor, en verdad no deja otra salida a esos partidos antisistema de entrar en un ambíto que ellos no conocen o parecen evadir. El problema que se tiene acerca de los partidos antisistema, es que las poblaciones saben muy poco sobre las motivaciones reales de esos partidos. Son grupos que buscan debilidades de tu sistema para poder infiltrarse. Se parece a un virus que lentamente se esparce por toda la población inyecando les un sistema político, sea fachista o comunista. Son como el autor mencionó grupos radicales, y claro que son una amenaza para el sistema democrático, pero coincido con el autor de que son más peligrosos si los ignoramos y no dialogamos con ellos. El dialogo con ellos muestraría las fallas de nuestro sistema, pero se sabría mucho más sobre sus motivaciones y así sobre las personas que apoyan esas motivaciones. Los partidos establecidos tendrían un contrahente más visible. En el año 2004, en muchos departamentos federales de alemania, salieron resultados alarmantes de votación. El partido nacionalista, al cual se le acusa de tener ideales nazi, alcanzo más del cinco de porciento en Sachsen (derpartamento en alemania este), y logro entrar al parlamento. En las siguientes semanas se llevo a cabo una intensa discusión en los medios sobre la cosiderable resurreción de un movimiento, que aún hoy llevaba rastros de culpa en los comportamientos de la población alemana. En esas semanas se ha tratado de evadir a los representantes votados de ese partido. El miedo de confrontación señala que el problema todavía preocupa a la población en su conciencia. Este es un buen ejemplo de lo peligroso que puede ser una política que excluye a esos partidos de antisistema, aunque en alemania no fue la exclusión por ley sino en las mentalidades, y es eso lo que tenemos que cambiar. Por eso, coincidiría con el autor, que tendriamos que preguntarnos ¿quien esta atado a las manos de quien?

    Por: Alexander Weisenbach

  2. solo quisiera un gran fabor quisiera que me dejen las propuetas de fujimori y Mario Vargas Llosa quisiera por lo menos unas 6 0 5 propuestas para tener una idea sobre una investigacion.

    gracias estare agradecido de ustedes…

    atentamente.

    Jesus Emanuel

  3. No creo en predicciones pero no deja de sorprenderme los vaticinios de la Sra. vidente Frida Tsuchiya, porque creo que esta vez puede convertirse en realidad su prediccion, debido a que encaja perfectamente con la necesidad urgente que tenemos los peruanos, de una nueva alternativa politica, totalmente diferente a la de todos los politicos tradicionales y oportunistas electoreros con anemia ideologica y sin planes ni programas concretos de gobierno. Circunstancialmente me he enterado que un Nuevo proyecto politico serio, que emerge de las profundidades de nuestro pueblo postergado, con ideologia nacionalista ni comunista ni ultra liberal, con planes y proyectos viables, que de hacerse realidad nos encaminaria con toda seguridad en la senda del desarrollo integral y bienestar general, en un ambiente de seguridad y absoluto respeto a la vida e integridad fisica de todas las personas de bien, con una politica de represion drastica a todos los criminales, delincuentes y pandilleros, planteados en las paginas Web : http://www.planpokra2011.com y
    http://www.propuestasaudacesparaperu.com , donde con toda claridad y transparencia el Ingº JORGE RODRIGUEZ PERALTA, a quien no tengo el gusto de conocerlo, por primera vez en nuestra vida republicana, plantea innumerables proyectos que generarian millones de puestos de empleo productivo y de infraestructura de desarrollo vial y ferroviario, con mapas especificos para cada region del pais, verdaderamente es formidable el equipo de PLAN POKRA 2011, que sorprendentemente ya cuenta con mas de 100,000 visitas en la web: http://www.propuestasaudacesparaperu.com, ojala la prensa pudiera darnos mas luces sobre este nuevo proyecto politico totalmente innovador que plantea liberar al pais de criminales y delincuentes mediante una profilaxia social inflexible y la erradicacion de carceles e implementacion de campamentos de trabajos forzados para todos los delincuentes primarios y drogadictos y tambien propuestas drasticas para terminar con la alarmante corrupcion institucionalizada en el Peru.
    Jose Adolfo Gutierrez L. Email : i.joseadolfo@yahoo.es

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