La segunda vuelta presidencial en Ecuador

Los ecuatorianos asistieron a las urnas desde las siete de la mañana, hora en la que se escuchó el sonido de las sirenas que tradicionalmente da inicio a las elecciones en el país vecino. Los electores tendrán que elegir a su futuro presidente entre Álvaro Noboa y Rafael Correa. Es una segunda vuelta con dos candidatos que, al menos en discurso, representan dos extremos del espectro político. La intervención de Hugo Chávez ha sido también, como en nuestro país, elemento común en las elecciones en Ecuador, cuyo blanco ha sido el candidato Noboa.

Noboa es un millonario empresario bananero (Partido Renovador Institucional Acción Nacional – PRIAN) cuyas propuestas corresponden a las de un gobierno de derecha, con alta presencia extranjera y un claro acercamiento a Estados Unidos que incluiría la firma de un futuro TLC. Cabe resaltar que esta es la tercera vez que Noboa se lanza a la presidencia del país vecino. Mientras tanto, Correa (Partido Socialista Frente Amplio – Alianza País) ha utilizado un discurso bastante más confrontacional que su rival, en el que se habla de convocar a una Asamblea Constituyente, renegociar los contratos petroleros y no firmar el TLC.

Ecuador se ha caracterizado por la inestabilidad política durante los últimos períodos presidenciales. En el 2006 debía transcurrir el tercer año del mandato del séptimo presidente desde el período constitucional que comenzó en 1979. No obstante, el presidente actual –Alfredo Palacio- es el decimoprimero, si es que no se toma en cuenta a quienes ocuparon el puesto sólo por algunas horas. El último episodio de la inestabilidad ecuatoriana se encuentra en la declaración de abandono del cargo de Presidente por parte del Congreso, lo que forzó al presidente Lucio Gutiérrez a partir al exilio a Brasil, y posteriormente trasladarse a Colombia. Fue reemplazado por el vicepresidente Alfredo Palacio. El mismo Gutiérrez había participado en el golpe de Estado que derrocó al presidente Jamil Mahuad en el año 2000.

Algunos consideran que un Congreso demasiado fuerte es la causa de lo que ha ocurrido en el escenario político. También puede ser producto de demasiados cambios en las reglas del juego electoral, o de la conformación de bastiones regionales de poder de los partidos. De todas formas, para cualquiera de los dos candidatos que sea elegido presidente hoy, gobernar será una tarea bastante difícil considerando la composición del Congreso 2007-2011, el cual tiene 100 curules. Mientras que Noboa tendría alrededor de un cuarto del Congreso a su favor, Correa no ha presentado lista al Congreso ya que propone convocar a una Asamblea Constituyente. Es decir, el candidato de Alianza País no tiene fuerza política propia en el Parlamento que pueda impulsar sus propuestas, lo que podría costarle bastante caro, sobre todo si pretende llevar a cabo dicha Asamblea.

La primera vuelta electoral dio la victoria a Noboa, con el 26,83% de los votos, mientras que Correa obtuvo 22,84%. Sin embargo para esta segunda vuelta la diferencia inicial, que alcanzaba unos veinte puntos a favor de Noboa, ha ido acortándose hasta el punto que las encuestas hasta el día de ayer daban la victoria a Correa. Noboa, quien regala dinero y sillas de ruedas en sus mítines, incluso hasta ha apelado a Dios, literalmente, en su campaña electoral: parece que utilizar la religión, crucifijos y rezos en campaña tampoco salvará su candidatura.

La campaña electoral ecuatoriana para la segunda vuelta ha mostrado bastantes coincidencias con lo ocurrido en nuestro país durante la primera mitad del año. Por ejemplo, encontramos el apoyo generalizado de los medios de comunicación –con contadas excepciones- a un candidato específico, Álvaro Noboa, como sucedió en nuestro país con la candidatura de Lourdes Flores. Por otro lado, la presencia y comentarios de Hugo Chávez, quien según el mismo candidato Correa es un amigo personal, han “amenizado” el desarrollo de la campaña.

El Tribunal Supremo Electoral, el equivalente ecuatoriano de nuestro Jurado Nacional de Elecciones, ha advertido que debido a la cercanía en las preferencias entre ambos candidatos, es posible que las encuestas a boca de urna no coincidan con los resultados finales. Es decir, el TSE está evitando replicar el efecto México que ha derivado en un “gobierno alternativo” de Andrés Manuel López Obrador en el país del norte. Además, esta mínima diferencia puede aumentar las sospechas de fraude que Correa ha estado incentivando, al asegurar que los medios de comunicación estarían orquestando un fraude en su contra.

Página web del PRIAN: http://www.prian.org.ec

Página web de Rafael Correa: http://www.rafaelcorrea.com

Mariana Olcese

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