La educación en el Perú es un debate de nunca acabar y aún así la calidad de la enseñanza primaria y secundaria a nivel nacional es nada menos que vergonzosa. Por un lado, los políticos parecen tener muy clara la importancia de un sólido sistema educativo para el desarrollo de nuestro país. Por otro, la sociedad civil sabe que sin una población educada la falta de oportunidades y la inequidad social permanecerán como obstáculos para el progreso. Sin embargo, el tiempo pasa, el debate continúa y los avances son mínimos. Los gastos del gobierno en el sector siguen siendo menores a los necesarios y el incesante enfrentamiento con el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep) es una permanente valla que dificulta la reforma del sector.
La municipalización de la educación
Como parte de las primeras reformas de gobierno el presidente Alan García propuso la municipalización de la educación primaria en el Perú. Esta medida surgió como parte un plan nacional de descentralización que intenta transferir competencias y funciones del gobierno central a los gobiernos regionales y municipalidades. A través de el Decreto Supremo 078-2006-PCM el Ministerio de Educación tiene la autorización de llevar a cabo un plan piloto en el que se transfiera las competencias de la gestión educativa de los niveles primario y secundario a 56 municipalidades distritales de 26 provincias. Así, desde enero de 2007 el Ministerio de Educación en coordinación con el Consejo Nacional de Descentralización, elaborará los lineamientos del plan piloto con cada una de las municipalidades involucradas.
Según refiere la norma,
“el centralismo de la gestión educativa ha generado inequidad y baja calidad de la educación estatal, que es necesario superar a través de la implementación de una nueva estrategia, con intervención de los municipios como órgano de gobierno”. (Fuente: Diario Correo).
La oposición del Sutep
A pesar que en el mes de enero se llevará a cabo un plan piloto, precisamente para evaluar los resultados del proyecto antes de formalizar la reforma, el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep) no dudó en organizar un paro nacional en oposición a esta medida. Para el Sutep, la entrega de la responsabilidad de la educación pública a los gobiernos municipales representa el inicio de la privatización y tornará “precaria” la enseñanza. (Fuente: Diario Correo). El miércoles 15 de noviembre maestros llenaron las calles en diversos departamentos del país, y a pesar de que la movilización no tuvo el éxito esperado en todas las provincias, bastó para recordarle al gobierno que sin la aprobación del sindicato ninguna reforma en el sector será posible.
El poder del Sutep no es nada nuevo en la política peruana. Las diversas manifestaciones en contra de evaluaciones y despidos han dejado claro que la reforma del sector educación será más complicada de lo que muchos quisiéramos. Irónicamente, la fuerza política del Sutep esta lejos de su fuerza como entidad educativa. La última evaluación realizada a los estudiantes de colegios nacionales en primaria y secundaria, así como a los profesores, arroja resultados alarmantes que un país con aspiraciones de crecimiento no se puede dar el lujo de tener. El gobierno de Alejandro Toledo no logró enfrentar al sindicato, y si bien hubo inversiones significativas en educación a través de programas como el Plan Huascarán, las mejoras han sido pocas. Si García y su ministro de Educación, José Antonio Chang, no toman las medidas necesarias para lidiar con la oposición del Sutep efectivamente, las esperanzas de un cambio significativo son pocas.
Según lo anunciado por García a fines de este año se realizará una evaluación a los más de 300 mil maestros del sector público para saber su real nivel de conocimiento y preparación. En esta oportunidad la secretaria general del Sutep, Caridad Montes, ha dicho que los profesores no se opondrán a ser evaluados con la condición de que sean capacitados previamente y el proceso sea transparente. Sin embargo, después de las violentas protestas y el fallido proceso de evaluación en el 2002, debemos ver resultados antes de confiar en la palabra del sindicato.
¿Darán los “Shocks” de inversiones frutos?
El martes 14 de noviembre el presidente y el ministro de Educación anunciaron un ‘shock’ de inversiones de 200 millones de soles para infraestructura y mobiliario en el sistema educativo, de aquí a fines de año. (Fuente: El Comercio). ¿Pero qué tanto podrá hacer una mejor infraestructura en los colegios nacionales si la calidad de los profesores permanece insuficiente? El gobierno de Alberto Fujimori hizo notables inversiones en cuanto a infraestructura para la educación. Sin embargo, la falta de mantenimiento apropiado, y más aún, la continuación en la baja calidad de la enseñanza prueba que tener más y mejores colegios no necesariamente significa un mejor nivel de enseñanza para el alumnado.
La reforma del sector debe ser completa, involucrando tanto mejoras en infraestructura como un plan de descentralización y constantes capacitaciones y evaluaciones de los maestros. Además, una mayor participación de los padres de familia como del alumnado mismo en el debate es necesaria.
¿Esperanza en el futuro?
Todos tenemos claro que sin una drástica reforma del sistema educativo en el Perú muchas de las vallas que nos mantienen en la pobreza persistirán. Las medidas que se han tomado en los últimos años para salir del problema, sin embargo, han resultado insuficientes e incapaces de dar inicio a un proceso de reforma, que si bien será largo, tiene el potencial de transformar las estructuras económicas y sociales del país. La invencible resistencia del Sutep y la falta de determinación para enfrentar el problema de los pasados gobiernos yacen en la raíz del dilema.
Los próximos pasos, con ya un paro nacional para teñir el panorama de enfrentamiento, están en manos del nuevo gobierno. La fuerza y determinación de este para enfrentarse al sindicato será fundamental en el desenlace de la reforma educativa. Ahora que el panorama político queda definido después de las elecciones regionales y municipales, está en manos del gobierno trabajar con las nuevas autoridades para empezar con fuerza y esperanza los grandes, e incluso milagrosos cambios, que necesitamos.
Mariana Costa