Crónica semanal (27 de setiembre al 3 de octubre)

Alan García sigue dominando la escena política y por el momento no hay oposición a la vista. Las propuestas han ido desde la pena de muerte para violadores hasta la evaluación de los maestros, pasando por el recorte de sueldos para altos funcionarios, programas de acceso al agua y el nuevo programa de alfabetización. Ahora le tocó el turno al sector salud: García anunció el programa “Salud para todos” y prometió un seguro de salud universal. Por otro lado, un estudio realizado por Apoyo y la UNICEF revela que el Perú tiene un gasto social bastante menor al promedio latinoamericano.

¿Salud para todos?

El programa promete el acceso universal a los servicios de salud, pero ese no es el objetivo a corto plazo. Las medidas para los primeros 180 días apuntan hacia una mejora de la infraestrucura: Compra de más medicinas, jornadas adicionales de vacunación y mejor equipamiento de los hospitales. Además figuran medidas como la divulgación de información preventiva (quién no recuerda la melodía de “yo sé cuidar mi cuerpo”) y la redistribución de médicos para lograr una mejor representatividad a nivel nacional.

A largo plazo la meta del gobierno es aumentar de forma significativa el gasto en el sector salud: De 2,5 % del Producto Bruto Interno (PBI) en el 2005 a cuatro porciento en el 2011 (fuente: diario Correo).

A su turno, el Ministro de Salud, Carlos Vallejos Sologuren, sostuvo que el 84 % de los hospitales públicos ya atienden en horario extendido, es decir, también en las tardes (fuente: El Comercio).

¿Qué hay con la promesa de dar “salud para todos”? Esa tarea corresponde al “Seguro Integral de Salud” (SIS) que fue creado en octubre del 2001 y tiene como fin asegurar atención médica a aquellos que no tienen trabajo formal y por ello no pueden contribuir y afiliarse al seguro social, llamado “Essalud”. El SIS se financia con dinero del Estado y cuenta con casi diez millones de afiliados, en su gran mayoría recién nacidos y niños entre cero y 17 años.

Cumpliendo con una más de sus promesas electorales, Alan García dispuso que los mototaxistas puedan afiliarse al SIS pagando la suma de diez soles mensuales. ¿Por qué los mototaxistas y no los choferes de combis, los vendedores ambulantes o simplemente los pobres sin trabajo, aquellos que menos tienen y más necesitan? No hay mucho sentido detrás de esta medida a no ser que se se vaya incorporando, paulatinamente, a otros sectores. Pero, por el momento, “salud para todos” es solamente una frase bonita.

Midiendo el gasto social

El estudio realizado por la encuestadora Apoyo y el United Nations Children’s Fund (UNICEF) fue presentado el viernes 29 y está disponible en formato PDF (presione aquí para accederlo). Tiene 60 páginas, por ello me limitaré a tocar sólo algunos puntos y de manera general.

Para empezar conviene mirar la definición del gasto social. El informe entiende bajo gasto social inversiones públicas en los siguientes campos: Educación y cultura, protección y previsión social (pago de pensiones y subsidios directos), vivienda y desarrollo urbano, trabajo, salud y saneamiento.

El informe resalta el crecimiento económico del Perú durante los últimos años, pero al mismo tiempo critica que el crecimiento no haya contribuido a una reducción sustantiva de la pobreza. Y eso a pesar de que el gasto social ha crecido: Entre los años 2000 y 2005, el gasto social aumentó en 58,1 %.

Según el informe, gran parte de ese dinero fue gastado en sueldos y obligaciones financieras (por ejemplo, las pensiones). Recordemos que dentro de los últimos cinco años el sueldo de los maestros se duplicó. Las remuneraciones de los trabajadores del sector salud también experimentaron un aumento significativo. En cambio

no se avanzó lo suficiente en los procesos de reforma de la gestión pública para mejorar la calidad e impacto de los programas sociales (introducción del informe).

No basta con emplear a trabajadores sociales y con repartir dinero. Es por lo menos igual de importante desarrollar conceptos, criterios y plazos para medir la eficacia de los programas.

Por otro lado y tomando como referencia los años 2002 y 2003, el informe sostiene que el gasto social en el Perú está por debajo del promedio latinoamericano:

El gasto social por habitante para el período 2002/03 alcanza niveles de US$1,071 y US$1,283 en Uruguay y Argentina respectivamente. Al otro extremo se encuentran países como Ecuador y Nicaragua con niveles de US$76 y US$68 de gasto social por habitante, respectivamente. El promedio para América Latina es alrededor de US$610 por habitante, siendo mayor en Brasil, Panamá, Chile, Costa Rica, Uruguay y Argentina […]. En el caso del Perú, se gasta alrededor de US$170, nivel muy por debajo del promedio de la región (página 12).

En pocas palabras se puede decir que debemos gastar más, pero también debemos hacerlo mejor.

Por Evaristo Pentierra

Imagen tomada de la página web del Ministerio de Salud (http://www.minsa.gob.pe/).

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