Interrogantes y lecciones de la estatización

El artículo se pregunta por qué la estatización de YPF ha recibido tantos apoyos en Argentina mientras ha sido duramente criticada en el resto del mundo. Los argentinos parecen mantener una indignación generalizada hacia lo privado, tras la corrupción en las privatizaciones de Carlos Menem. ¿Cuáles son las lecciones? La política importa más de lo que muchos piensan, y gobiernos políticamente hábiles como el de Cristina Fernández, logran politizar temas económicos a su favor. Para los liberales peruanos, la agenda pendiente es clara: la economía de mercado debe seguir ganando adeptos para que siga siendo viable.

Hasta hace poco más de un lustro, la impresión generalizada en América Latina era que las épocas de nacionalismo económico eran cosa del pasado. Veinte años de reformas de mercado, sumadas a un discurso mundial pro globalización, hacían pensar que el liberalismo económico ganaba la partida. Pero a mediados de la década pasada, la izquierda – en sus diferentes variantes – recuperó la iniciativa. Y en algunos países como Venezuela y Bolivia, la izquierda populista inició un camino de reivindicaciones más profundas. Las nacionalizaciones se volvieron a poner en la agenda. Hasta diciembre de 2010, Chávez había nacionalizado más de 400 empresas (Corrales 2011: 125), incluídos varios bancos. En Bolivia, el presidente Morales había retomado el control de los hidrocarburos.

En las últimas dos semanas, los arrebatos nacionalizadores han vuelto ha ocupar el centro del debate en dos países que poco se parecen entre sí: Bolivia y Argentina. El gobierno boliviano, sospechoso común desde la llegada de Morales al poder a comienzos de 2006, ordenó la estatización de la empresa de energía eléctrica Transportadora de Electricidad, de capitales españoles. En Buenos Aires, el gobierno de Cristina Fernández aprobó la estatización de la petrolera YPF, también de capitales españoles. La gigante Repsol fue despojada del 51 por ciento con el que controlaba las operaciones en Argentina. Hasta hace sólo cinco meses, una medida de este tipo era impensable en el Río de la Plata.

En el contexto iberoamericano, las reacciones a estas dos estatizaciones no han podido ser más distintas. El caso argentino ha generado una profunda decepción en los agentes económicos, en España en particular. La decisión tomada por el gobierno argentino ha sido interpretada como la medida que pone finalmente a Argentina en un camino de no retorno hacia el aislacionismo. Lo de Bolivia ha sido visto como una raya más al tigre. En resumen, preocupación por un lado, e indiferencia por el otro.

Las interrogantes

La decisión de estatizar – en Argentina en particular – y las reacciones posteriores, abren más de una interrogante. La pregunta que todos se hacen es dónde está la oposición en la Argentina. ¿Cómo puede ser que la medida haya sido aprobada por 63 de los 72 senadores y por 207 de 245 diputados? Más importante aún, ¿donde está la clase media que durante décadas limitó los exabruptos de la derecha (militar) y el populismo peronista? Esa misma clase media puso en jaque al kirchnerismo en 2009 cuando lo obligó a retractarse en su intento de elevar la carga impositiva a la exportación de granos. Sin embargo, dos años después apoyó claramente a Cristina Fernández en su reelección histórica, y hoy forma parte de esa inmensa mayoría que apoya la estatización de YPF en nombre de la “soberanía energética”. La respuesta que esgrimen la mayoría de analistas por estos días es que esa clase media se ha beneficiado de la política de subvención al consumo dictada desde la Casa Rosada. A eso se suma el sentimiento anti privatización de la gran mayoría del país, indignada con la corrupción que generó la ola privatizadora de la década de 1990. Entre las empresas privatizadas estuvo YPF.

En el Perú, la estatización de YPF ha sido recibida de manera crítica en la prensa. No pocos se han preguntado que pasaría si Humala se despertara una mañana con ánimos estatizadores. Por ahora, todo indica que el presidente no está dispuesto a seguir ese camino, y así lo ha dejado entrever el ministro Castilla, que calificó de “insanas” las políticas del kircnerismo. El Perú (PBI per cápita de $10062 en 2011) no es Argentina (PBI per cápita de $17516), pero tampoco es Bolivia (PBI per cápita de $4789) (fuente: IMF). El costo de una medida de ese tipo sería altísimo para un país que se ha integrado rápidamente al comercio mundial en la última década y que ha fijado en la inversión extranjera su norte político y económico. Revertir ese camino implicaría un cambio profundo en el modelo.

Las lecciones

Las leccions no son pocas, pero dos en particular no han recibido suficiente atención. La primera se puede resumir en una frase: la política es lo que importa. A mediados del siglo pasado, las condiciones estructurales indicaban que Argentina estaba bien encaminada para tener una política moderada. Aún así surgió el peronismo, cuyas políticas resultaron en altos niveles de polarización. Aún hoy, contar con una de las clases medias más fuertes de la región no le ha impedido al régimen de Cristina Fernández politizar el tema energético a su favor, enmarcándolo en un discurso soberanista. Para quienes defienden la economía de libre mercado en el Perú la agenda pendiente es clara: el modelo debe seguir ganando adeptos para que siga siendo viable. A los políticos les queda mucho trabajo por hacer.

La segunda lección tiene que ver con lo que se ha dado a llamar el modelo neoliberal. Las reformas liberalizadoras han generado ganadores y perdedores en las sociedades que las han implementado y en general, las desigualdades sociales se han incrementado. Pero también se ha abierto la brecha en las políticas económicas entre los países que han abrazado la globalización y los que han renegado de ella. No está del todo claro que esto último sea el resultado de las desigualdades sociales. Lo que si parece cada vez más claro es que, en los países disidentes, el conflicto ha llegado para quedarse.

Ignazio De Ferrari

Referencias:

Corrales, Javier (2011): “A Setback for Chávez”. En Journal of Democracy 22-1, pp.122-136.

Fuente de la imagen: The Christian Science Monitor

2 thoughts on “Interrogantes y lecciones de la estatización

  1. a este lector le gusto mucho el articulo (esto de las expropiaciones es el desmadre), pero aun mas le gusto al lector la manera en que ignazio de ferrari habla de si mismo desde la tercera persona, cinco estrellas por eso!

    quizas mañana alguien viaje para este pais y lo podremos recibir

  2. Las ventajas notan legales que unos contratos leoninos(al amparo de politicos “no ideologizados”) les otorga a las transnacionales hace necesario que se apliquen medidas “correctivas” para hacer mas equitativo los beneficios, creo que eso es en el fondo el quid del asunto, pero los politicos de estos tiempos recelan demasiado de tales medidas.

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