Moderación y Extremismo

Según últimas encuestas de opinión que se publicaron, el Presidente de la República tiene una aprobación nacional superior al 70% del total de encuestados.

Definitivamente, una altísima aprobación que hubieran querido disfrutar los dos últimos mandatarios. El ex presidente Valentín Paniagua tuvo una aprobación nacional de 76% (Apoyo, Opinión y Mercado – julio, 2001), pero al final de su mandato interino.

¿Quiénes conformarían ese 70% y más?. Serían quienes no votaron por Su Excelencia ni por su contrincante femenina en la primera vuelta electoral y eligieron en el balotaje a uno o una de ellos o votaron en blanco o viciado. También habría un porcentaje chico de electores que votaron por uno o una de los dos en ambas vueltas electorales y aprueba la gestión presidencial hasta el momento.

¿Por qué la altísima aprobación del Presidente de la República?. Principalmente, por la moderación que hasta ahora expresa en discursos prudentes y materializa en un Gobierno nacional “centrista”. Línea reafirmada por la exposición del Presidente del Consejo de Ministros ante el Congreso para obtener la cuestión de confianza.

Su Excelencia es un político carente de carisma y verborrea. Tampoco es una luminaria de la filosofía política o el análisis económico ni un entusiasta de la civilidad. Disciplinado sí es (según la narración de su mamá por TV en 2006, siendo un joven abandona sus estudios universitarios para complacer a su padre que quería “tener un hijo en el Ejército”), lo cual le habría servido para entender o que lo hagan entender que políticamente gana más con la “Hoja de Ruta” que con el plan de “La Gran Transformación”.

La decisión de mantener el modelo económico heredado de la década de 1990, pero con “Inclusión social”, empieza a tener rechazo en ese 30% o menos que desaprueba al Presidente de la República: recalcitrantes de la izquierda radical, cada vez más inquietos por cambiar todo, y reaccionarios de derecha conservadora, decididos a que nada cambie. Ambos bandos buscan polarizar, atemorizar o sabotear desde el Congreso y los medios de comunicación.

No exagero. Por ejemplo, los “recalcitrantes” aún insisten que el Estado “re-cree” una “aerolínea de bandera” (si aviones, repuestos, combustible, etc., cuestan una fortuna, ¡qué importa!) y anhelan más empresas estatales (tan corruptas y politizadas como en el pasado) y los “reaccionarios” ni siquiera aceptan que se fortalezcan y modernicen (mediante la venta de una parte de acciones en la Bolsa de Valores de Lima, acorde a la Ley de Promoción de la Eficiencia en las Empresas del Estado de 2008) las empresas estatales ya existentes.

Por ahora los segundos llevan la delantera, pero los otros podrían reaccionar. Al final, tanta postura maximalista sólo causa desconfianza, crispación e incertidumbre en el país. Depende de la oposición moderada y la sociedad en su conjunto no aplaudir como focas amaestradas ni desenvainar los sables al Gobierno nacional, porque –como dice el sociólogo Carlos Basombrío- el extremismo podría crecer y eso sería muy perjudicial para el Perú.

Gian Carlo Orbezo Salas

4 thoughts on “Moderación y Extremismo

  1. Pienso que en nuestra querida Patria Peruana, la inseguridad, cleptocracia y oclocracia se debe a la falta de: Autoridad, Organización, Orden, Transparencia, a que mucha de nuestras leyes son débiles y muchas de nuestras leyes no son claras, ¿QUE HACE EL CONGRESO?. Hablando de Orden veo que a muchas Direcciones Administrativas las ocupan profesionales que no son Licenciados o Doctores en Administración de Empresas, y vemos como funcionarios a personajes, muchos de ellos sin profesión. Esto se debe corregir con caracter de urgente, solo así lograremos avanzar más rápido hacia el desarrollo económico y social. SOMOS UN PAIS RICO INMENSAMENTE RICO, CON MAS DEL 80% DEL 100% DE MICROCLIMAS QUE TIENE EL MUNDO.

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