La elección de Humala: ¿El regreso de los jóvenes de izquierda en Perú? (Primera Parte)

En una tarde de julio, estudiantes, organizaciones políticas, instituciones de derechos humanos, y ciudadanos de todo Lima se unieron en una marcha titulada, “Ni indulto ni impunidad, Asesinos a prisión.” El evento ocurrió apenas dos semanas antes de la juramentación presidencial de Ollanta Humala Tasso. Innumerables activistas de todo el país perciben su victoria sobre el fujimorismo como el inicio de una nueva era en la democracia y la libertad de expresión en el país.

La marcha sirvió para protestar contra el indulto al ex presidente Alberto Fujimori, y también para recordar el decimonoveno aniversario del secuestro y asesinato de un profesor y nueve estudiantes de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (mejor conocida como La Cantuta) en Lima. Fujimori y su mano derecha, Vladimiro Montesinos, crearon el escuadrón de la muerte responsable de la masacre durante la guerra contra Sendero Luminoso (SL).

Violeta Talaverano Sánchez, estudiante de Antropología de la Universidad Mayor de San Marcos, ayudó a organizar el evento de reflexión para que sus compañeros recordaran los tiempos del fujimorismo. Ella es parte de un número creciente de estudiantes que trabajan arduamente para fortalecer la cultura política de la juventud limeña.

Los más débiles buscan hacer escuchar su voz

Cesar Germaná, profesor de Sociología en San Marcos, recuerda que hasta la década de 1980 hubo una fuerte presencia de los partidos políticos en el campus de su universidad. Esta influencia en el movimiento estudiantil se desvaneció casi por completo en la década siguiente debido, según Germaná, a la creciente desconfianza de los jóvenes en la política partidaria, producto de una separación cada vez mayor de la sociedad civil y la esfera política.

La elección del primer presidente de izquierda en Perú desde los años 80, ha abierto una posibilidad de cambio. Talaverano participa en una organización creada hace seis meses llamada Poder Popular, que busca capacitar a los estudiantes y recordarles que tienen derecho a exigir cambios. El objetivo principal de su grupo es “levantar la idea del poder popular como una alternativa a un sistema que nos dice lo que tenemos que hacer, pensar, actuar, que es la forma de hacer política.” Sin embargo, Talaverano lamenta la reacción de casi todos los que escuchan algo sobre Poder Popular. “Lo oyen y automáticamente piensan: terrorista.” Esta imagen negativa dificulta la actividad política de los jóvenes. “El rector dice [que] cualquiera persona reclamando un derecho es [de] Sendero, y la sociedad lo dice también,” señala.

Pero Poder Popular está creciendo rápidamente, y los colectivos universitarios en otros centros como la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) están ganando apoyo pese a la connotación negativa que se tiene de la política universitaria. El diálogo entre grupos estudiantiles y partidos políticos ha contribuido al cambio de actitud en esta universidad.

En los años 70 y 80, las organizaciones estudiantiles estaban vinculadas directa o indirectamente a los partidos políticos nacionales, como el APRA o el Partido Popular Cristiano, dice Pedro Llanos, estudiante de Sociología en la PUCP. Estos grupos desaparecieron en los años 90, y sólo en los últimos años se ha visto en los campus esfuerzos por reconstruir las organizaciones políticas. De esa manera han creado ‘colectivos’ que no tienen vínculo con ningún partido específico.

Llanos fue elegido recientemente Secretario de Cultura y Formación del colectivo Izquierda Universitaria (IU). Desde esa posición está encargado de fortalecer tanto las relaciones entre los miembros de su propio colectivo como los vínculos con los demás colectivos universitarios. IU es uno de los colectivos más activos, y entre sus actividades figuran organizar plantones y reuniones con los sindicatos locales. Además, según Llanos, el grupo mantiene un diálogo constante con profesores de izquierda y planea llevar a cabo charlas en las que se analice la actitud que debe adoptar la izquierda frente a los primeros 100 días del gobierno de Humala. IU propaga sus actividades a través de Facebook, donde ya cuenta con casi 5000 seguidores.

Eder Joáo Rojas Salinas y María Fernanda Vivanco Salazar son estudiantes de la PUCP que participan en los colectivos Coherencia Universitaria y Acción Crítica, respectivamente. Vivanco recuerda que su colectivo se formó en el año 2007 en la PUCP. El grupo fomenta el debate y la crítica sobre temas tan variados como los tratados de libre comercio, los movimientos indígenas y el LGBT (lesbiano, gay, bisexual y transexual). Este colectivo, desde su opinión, no sigue la lógica interna de los partidos políticos. Por ejemplo, no tienen una mesa directiva, sino área y coordinadores. Sin embargo, dice Vivanco, en la PUCP participan en las elecciones para los cargos de representación estudiantil como son los centros federados y la REA para, de esa manera, tratar asuntos internos como la sobrepoblación estudiantil, la autonomía en el seno de la universidad, y la crítica al modelo de “universidad empresa que está asumiendo la PUCP en los últimos años,” explica Vivanco.

Según Rojas, la apatía en el campus es aún generalizada. Considera, sin embargo, que los colectivos se han organizado mejor en los últimos años. “Durante los 90s y los primeros cinco años de la década del 2000, casi no existieron grupos universitarios cuyo principal interés fuera la política universitaria, y los que existieron tuvieron una breve duración…2005-2010 marca una nueva etapa en la consolidación de movimientos y colectivos estudiantiles dentro de la PUCP,” dice Rojas. Grupos de amigos se organizaban para una causa, pero por lo general, “fueron casi inexistentes los casos en los que llegaron a institucionalizar algún movimiento estudiantil,” añade.

Para Rojas, parte del “problema es que hoy no hay una agenda común en los activistas universitarios”. Incluso, cuando se encuentra una causa común, como la mejora de la educación, “las propuestas son vacías y son muy pocos los que le dan contenido […]. Casi no existen redes que permitan dar un respaldo más sólido a las agendas en común,” explica.

Tanto Rojas desde la PUCP, como Talaverano desde San Marcos, son testigos del extendido desinterés político entre sus compañeros. Concuerdan en que en la actualidad, las movilizaciones responden a cuestiones de coyuntura como la condena a los sucesos de Bagua en junio de 2009 o el rechazo a Keiko Fujimori en la campaña electoral de este año. Ese es, en su opinión, el verdadero alcance de las movilizaciones en estos días.

Por Terra L. Stanley
http://peruintransition.wordpress.com/

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Imagen tomada de: http://axiologiafilosofica.blogspot.com/

4 thoughts on “La elección de Humala: ¿El regreso de los jóvenes de izquierda en Perú? (Primera Parte)

  1. Es necesario que la juventud tenga posiciòn polìtica, de acuerdo a su posiciòn social, sea de izquierda o derecha. Pero nunca debe regresar al poder “Los Fujimoris” ninguno de la familia, porque robaron a todos los peruanos el oro, dòlares y soles (valorizado en millones de dòlares) del Banco de Reserva del Perù.
    Por eso invoco a la juventud indagar, estudiar, conocer a cada uno de los presidentes que tuvo Perù, què hicieron con nuestra riqueza de los peruanos, como por ejemplo: Alberto Fujimori, Augusto B. Leguìa, Los Prados etc.

  2. @Carmelo
    Si tal fuera el caso nunca deberíamos elegir a nadie de la familia García y ha sido presidente por segunda vez. Y me temo que lo será por tercera vez.

    Creo que sentir odio hacia Fujimori es irracional y antidemocrático. El propio Fujimori no debería volver al poder, pero eso no significa que alguno de su partido, incluso de su propia familia, no tenga todo el derecho de buscarlo.

    Personalmente, creo que Fujimor es uno de los presidente que mejor hizo las cosas, puso orden a la economía, derrotó al terrorismo y se consiguió una estabilidad que hacía años no teníamos. En pocas palabras, puso al Perú en la ruta del crecimiento económico y el desarrollo social.

    Los crímines de Fujimori son harto conocidos y creo que por ellos merece estar en la cárcel. Pero haciendo una reflexión creo que muchos otros políticos merecen estar en la cárcel como Javier Diez Canseco que nunca hizo un deslinde con Sendero Luminoso sino hasta que las atrocidades de este grupo genocida no se pudieron negar (y vaya que él los negó hasta que pudo). Ni hablar de Alan García y su violenta toma de los penales nunca juzgados, o los millones que robó durante su primer y segundo gobierno. Paniagua y Toledo, con sus nefastos ministros de Justicia, como García Sayán, liberaron a muchos terroristas que ahora mismo están tratando de reestructurar Sendero Lumnoso y tratan de volver a capturar ideológicamente las universidades.

    Sí, Fujimori cometió muchos delitos pero también hizo cosas muy positivas por el país. Gritar a los cuatro vientos sus crímines pero esconder a la juventud las cosas buenas que hizo es la peor forma de mentir, aquella que solo dice una parte de la verdad.

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