Crónica semanal (26 de abril al 2 de mayo)

Esta semana los principales titulares de la prensa peruana vinieron del exterior. En Bolivia, se decretó la nacionalización del gas y del petróleo, con lo que se puso fin a una serie de especulaciones sobre el futuro del manejo de los hidrocarburos en ese país. Desde Venezuela, el presidente Chávez volvió a opinar sobre el desarrollo de la campaña electoral peruana y, en concreto, sobre uno de los candidatos.

Mientras para los peruanos la disyuntiva de cara al futuro se presenta entre el nacionalismo histórico pero moderado del APRA y el nacionalismo radical de Ollanta Humala, los bolivianos decidieron ya hace unos meses que tipo de nacionalismo prefieren. Sin embargo, recién esta semana el gobierno de Evo Morales decidió darle a sus ciudadanos una primera dosis de la medicina ideológica que aplicará para sacarlos de la enfermedad.

Mucho se ha dicho sobre la nacionalización de las industrias estratégicas, sin embargo sólo ahora se sabe cuáles son los alcances y la profundidad con los que se llevará adelante el proceso. Lo fundamental es que el Estado boliviano asumirá el control de todas las empresas mixtas mediante la compra de acciones. En el caso de los operadores extranjeros, como Petrobras o Repsol YPF, se les permitirá quedarse con el 18% del valor de la producción.

Con este decreto, firmado el primero de mayo, empieza verdaderamente el gobierno de Morales. Durante la campaña y desde que empezó su carrera política como líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Morales enarboló las banderas de la nacionalización. Se trata entonces de una de sus principales promesas de campaña.

El proceso de nacionalización iniciado en Bolivia ha despertado interés en nuestro país en plena campaña electoral. Muchos temen que, de llegar al poder, Humala siga un camino similar al de Morales, con quien tiene importantes coincidencias ideológicas. Pero además, la nacionalización boliviana es seguida de cerca en el Perú puesto que podría acabar siendo beneficiosa para el Perú, mientras no se implemente un modelo afín. Según el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Carlos del Solar, buena parte de las inversiones extranjeras que se han venido realizando en el país altiplánico podrían trasladarse al sector energético peruano si las negociaciones que se realizarán entre las empresas privadas y el Estado boliviano no llegan a buen puerto.

Las noticias llegadas desde el vecino del sur han generado un revuelo al interior del humalismo y han contribuido a profundizar las contradicciones en la alianza. Mientras José Vega, secretario general de UPP, no descarta hacer lo mismo que en Bolivia, reiterando la propuesta electoral de revisar los contratos, Félix Jiménez, jefe del plan económico de Humala ha precisado que sólo buscarán reorientar el consumo al mercado interno y cambiar la política de precios.

Chávez arremete de nuevo

Como siempre tan propenso a los deslices verbales, el mandatario venezolano se despachó esta semana contra otro de los candidatos a la presidencia del Perú. Luego de fustigar a Lourdes Flores, “la candidata de la oligarquía peruana”, le tocó el turno de atacar al único que queda en la carrera con Ollanta Humala: Alan García.

Los calificativos que utilizó Chávez al referirse al líder aprista fueron de grueso calibre. Primero lo llamó “un ladrón de cuatro esquinas, corrupto y sinvergüenza”. Y siguió: “ha dicho que Evo [Morales] y yo tenemos modelos políticos agotados. Vamos a ver, Alan García: el que ríe al último ríe mejor… estás condenado a la derrota, vas a terminar estrellado”, afirmó desafiante. Advirtió que retirará a su embajador en Lima si es que “por obra del demonio” el candidato de la estrella gana las elecciones ya que él “no va a tener relaciones con un ladrón de esa calaña”.

Pero eso no fue todo. La verborrea de insultos continuó: “A García le han leído la cartilla desde la Casa Blanca para tratar de seguir esclavizando y dominando a los pueblos de América. Me gusta cuando ventea, porque la plaga se va, me gusta, porque cada quien se defina, porque él se venía enmascarando con un discurso populista tratando de manipular al pueblo más humilde de Perú”, expresó. Luego, mostrando un billete de 100 bolívares, dijo que tenía miedo de ir a una cumbre de presidentes si es que García asistía como el nuevo gobernante peruano, pues corría el riesgo de que le meta la mano al bolsillo y le robe su dinero.

El cargamontón de improperios de Chávez se desató luego de que García lo llamara “sinvergüenza” por censurar las negociaciones del TLC de Perú con Estados Unidos pese a que Venezuela provee de petróleo al país del norte. El candidato Humala lamentó los incidentes pero se puso a la defensiva y aseguró que García había “empezado todo tildando de loco a Hugo Chávez y decir que era quien manejaba a Ollanta”.

Ignazio De Ferrari