Se apuran los conteos, estamos a las puertas de la convocatoria de una segunda vuelta que, se estima, será el 28 de Mayo. Si todo sale como es debido, este fin de semana sabremos los resultados finales de la primera vuelta (la presidencial, porque los resultados de los dos parlamentos que hemos votado aún están algo verdes). La distancia entre Alan García y Lourdes Flores, aunque corta, parece poco “salvable” a estas alturas. Al 95.731% de actas computadas, la distancia entre los dos candidatos es de 96 306 votos, lo que representa menos del 0.7% de votos emitidos.

Aunque sea la mar de interesante seguir la carrera presidencial, la congresal no se queda, para nada, atrás. Además, acá tendríamos el aliciente de la barrera electoral (o valla, si se prefiere), largamente discutida en esta página (con artículos a favor y otros -los míos, todo sea dicho- en contra). Así pues, hay dos partidos que luchan por cruzar esa barrera (o saltar la valla ¡¡escojan su analogía preferida!!), lo que les reportaría un par de escaños (no es mucho, pero menos es nada) mientras que hay un tercer partido que no tiene posibilidades de pasarla, pero en cambio, si no existiera la barrera a nivel nacional, sacaría sin problemas un escaño.

En La Libertad, el segundo partido más votado, Alianza para el Progreso, no conseguirá uno de los 7 escaños que en su distrito se reparten, de esto, por supuesto, se benefician los partidos grandes. ¿Cómo le decimos a los pobladores del segundo distrito electoral más grande del Perú que uno de sus elegidos no nos vale, y que mejor les represente otro?

El caso de Madre de Dios es el ejemplo más claro de la “perversidad” de una valla a nivel nacional existiendo distritos múltiples (lo dicho, esta es mi queja básicamente, no que exista la valla, sino la configuración de la misma, que desvirtúa la descentralización querida con el sistema de distrito múltiple). Renacimiento Andino está a unos cuantos miles de votos de pasar la valla electoral… pero: ¿Lo logrará? Si no lo hace, el escaño que virtualmente está consiguiendo (al 70% escrutado, aventaja a UPP por unos 400 votos, en un distrito electoral con 28 mil votos emitidos) en un distrito electoral que escoge a un sólo congresista (mayoría simple, entonces) no podrá llevárselo. Así pues, UPP ganará un escaño extra que no se lo merece, y el primero en las preferencias de Madre de Dios deberá ver las sesiones del parlamento desde su casa.

Perú Posible, que por ahora pasa (con cierta dificultad) la Valla electoral, tiene al segundo candidato más votado (por voto preferente) en Lima, con la “minucia” de 123 546 votos. No está nada mal. Su partido puede sacar hasta tres escaños, todos en Lima, si es que consiguen saltar la valla. Sino, simplemente los otros grandes partidos se verán beneficiados de una “sobrerrepresentación”.

¿Y si Perú tuviera un único distrito electoral?

Todos recordamos aún las elecciones pasadas, cuando sólo teníamos un distrito (y sin vallas), ahora con la información dada por la ONPE podemos hacer un reparto rápido de los curules (120) y asignarlos a los distintos partidos, con lo que tendríamos algo así:UPP 27; APRA 27 (les separan, al 60.6% contado, unos 40 mil votos), UN 20, AF2006 16, Frente de Centro 9, Perú Posible 5, RN 5, Alianza para el Progreso 3, y con 1, FD, FIM, Justicia, PS, MNI, Avanza País, CD y FREPAP. Así pues, nadie tendría siquiera un cuarto del Congreso y 8 partidos contarían con un sólo escaño. El poder realmente repartido.

Si aplicáramos la valla de 4% (a nivel nacional, con distrito único, se entiende) el congreso se vería así:
UPP 31, APRA 31, UN 23, AF2006 19, Frente de Centro 10 y PP 6 (aunque la diferencia que tiene con RN es mínima, sirve para que uno pueda saltar la valla y el otro no). Agraciados UPP y APRA con 4 escaños más cada uno (con respecto al anterior cálculo), UN y AF sacarían 3 extras, PP y Frente de Centro uno más. Una valla del 4% resulta demasiado alta.

Pero estos cálculos no sirven para nada más que “jugar” con las cifras, lo que vale es lo que está escrito (los distritos múltiples en un parlamento unicameral). Aunque sinceramente me gustaría un sistema bicameral de distrito único para la cámara baja y distrito múltiple para la cámara alta, daría un interesante juego entre las dos (como podemos ver, aún usando los mismos números, el reparto salido del distrito múltiple de las actuales elecciones es distinto al generado con un distrito único).

Pequeña Conclusión

Eso sí, no me parece admisible que en un distrito electoral se escoja una cosa y que por una cuestión de porcentajes del voto obtenido por el partido, el sistema distribuya los escaños de ese distrito de una forma distinta a la votada.

Y no tiene, de paso lo digo, ningún sentido que todos los que están fuera voten como limeños, puesto que no hay justificación posible a esta configuración del voto “desde el extranjero”.

Sobre las Vallas puede ver:
– La valla electoral ya tiene el visto bueno del Constitucional… (el artículo que escribí en contra de las mismas)
– La valla electoral: constitucional y necesaria (Por Ignazio De Ferrari, una “contestación” al anterior mensaje, más que recomendable).

Vea también:
– Los virtuales representantes de Lima
– La cifra repartidora y el voto preferencial
– El voto desde fuera es Voto Limeño.

Más sobre las elecciones:
– La concertación (¿y el cambio de discurso?)
– ¿Alan o Lourdes? (artículo actualizado)
– Crónica semanal (del 5 al 11 de abril)

Programa usado para el reparto de los curules:
– “Elecciones D’Hont“, en la versión aún no publicada 1.01 (es software libre).

Por Jomra.