Los chicos de la clase

La campaña electoral para las elecciones presidenciales del año que viene se parece a una de esas reuniones de promoción a las que sólo son invitados los ex alumnos, los chicos de la clase. Cualquiera que venga de fuera se aburre escuchando chistes que no entiende sobre gente que no conoce y, en algunos casos, es mal visto por los ex alumnos que se preguntan qué hace ese extraño en su fiesta.

Los chicos de la clase que han llegado al encuentro son, por ahora, cinco. Todos son ex alumnos de distintas promociones, aunque no todos se graduaron. Alguna entró gracias a las influencias de su padre y cuando papi cayó en desgracia tuvo que irse porque no había quién le pagara la mensualidad. Algunos, como Lucho Castañeda y Meche Aráoz, se acaban de graduar. El primero se sacó buenas notas en los cursos de ciencias como ingeniería, pero lo jalaron en las materias de letras porque nunca participaba en clase. La segunda, alumna aplicada, destacó en matemáticas, donde las cuentas siempre le cuadraban.

Si Meche Aráoz era una alumna aplicada, Pedro Pablo Kuzcynski era el mejor de la clase. Al igual que Meche, PPK no tuvo que pasar exámen de admisión para entrar al colegio, de modo que rendir esta vez lo tiene un tanto preocupado: nunca fue el más simpático de la clase pese a que siempre estaba dispuesto a explicarle las cosas a los demás (para decir verdad, muchos acababan más confundidos entre tanto tecnicismo). El que sí lo entendió bien fue el alumno Toledo. El problema es que cuando trataba de explicar lo que PPK le había enseñado, ni él mismo se entendía (por eso pocos le creen cuando dice que le dió clases a Meche Aráoz). Al final, pasó el año raspando pese a que sabía más de lo que aparentaba. Fue “un problema de comunicación”, alega Toledo.

Entre los que no tenían invitación pero han logrado colarse a la reunión se encuentra un muchacho al que los demás perciben como un tanto díscolo, quizá hasta rebelde. De pasado militar, Ollanta Humala estuvo a punto de pasar el exámen de admisión hace cinco años, pero se quedó fuera por pocos puntos. Desde entonces, los chicos de la clase no le tienen mucha simpatía, porque a menudo habla de temas que a ellos no les gusta, como inclusión social o redistribución. Además, tienen miedo de que, si entra, cambie las reglas del juego, en especial el examen de admisión.

Finalmente, en la puerta de ingreso hay un ex cura cajamarquino al que el personal de seguridad no lo deja entrar. El alega que su tía Susana acaba de ser admitida y que, por tanto, tiene derecho de entrada. Es en vano, por ahora no tiene suerte.

Los chicos de la clase confían en que su experiencia les va a permitir pasar este nuevo examen de ingreso. En ese sentido, apelan a la memoria selectiva de sus evaluadores. Que se acuerden de lo bueno y se olviden de los pecados. Toledo y Keiko – el primero por haber sido presidente y la segunda por depender exclusivamente del capital político del padre – son los que potencialmente más pueden beneficiarse de ese examen retrospectivo, pero son también los más vulnerables a los ataques de sus rivales. Los demás, podrán maquillar más los errores, pero el recuerdo de la gente también será menor.

Luego está Humala. Él no tiene experiencia de gobierno sobre la que pueda ser evaluado, de modo que no tiene limitaciones para apelar a un cambio profundo. Lo que no está claro es cuánto cambio quieren sus evaluadores o si será sufuciente para pasar a la fase final del examen. Aún así, en un contexto en que el pasado de los candidatos será el denominador común, jugar un poco con el futuro podría ayudarlo a cosechar algunos puntos.

Ignazio De Ferrari

2 thoughts on “Los chicos de la clase

  1. Mientras en otros “partidos” se sacan los ojos y se negocian cupos. He visto en la web como el partido de Rafael Rey publica el formato de hoja de vida y la declaracion jurada de sus probables pre candidatos. Creo que Renovación esta un paso adelante, porque mediante esto busca gente sin pasados oscuros, sin antecedentes, gente honesta. Esto es TRANSPARENTAR el ejecicio politico. Esto debieran hacer otros partidos en vez de repartirse los cargos.

    Pueden ver esto en:

    http://www.renovacionnacional.pe/

  2. Ignazio, me he divertido mucho leyendo tu artículo. Es cierto que el “alumno” Humala no tiene muchas simpatías con los chicos de su clase. Pero también es cierto que se quedó dormido sobre su pupitre durante los últimos cuatro años y no hizo nada mientras que sus supuestos amigos se peleaban y preferían ir por caminos propios.

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