Concentrados muchos en la campaña electoral municipal y regional y algunos ansiosos por las elecciones generales del siguiente año, poca gente sabe del referéndum sobre la devolución de aportes del extinto Fondo Nacional de Vivienda (FONAVI) que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) realizará junto a las elecciones municipales y regionales.
FONAVI fue el fondo de reparto colectivo que existió entre 1979 y 1998 para financiar la construcción de viviendas sociales para trabajadores formales con descuentos forzosos al salario mensual. En algunos casos, sirvió para su fin o, adicionalmente, para obras públicas de electrificación o saneamiento, pero gran parte del dinero fue dilapidado en Dios sabe qué y el Estado adeudaría a ex aportantes miles de millones de nuevos soles.
La Asociación de Fonavistas de los Pueblos del Perú consiguió que su proyecto de ley rechazado en el Congreso e invalidado por el Jurado Nacional de Elecciones fuese autorizado por el Tribunal Constitucional en 2007 para someterlo a referéndum. Tras una medida cautelar presentada por el Ministerio de Economía y Finanzas ante el Poder Judicial, que fue declarada infundada, se convocó al mentado referéndum.
Hace dos años el Poder Ejecutivo trató de resolver el problema empadronando primero a los supuestos beneficiarios a través de un website de la Presidencia del Consejo de Ministros y las gobernaciones. Sin embargo, con la salida de Jorge del Castillo (el impulsor) y la entrada de Yehude Simón, el empadronamiento se detuvo y meses después los integrantes de la comisión encargada de empadronar y presentar una propuesta normativa renunciaron.
Gracias a esa inacción, la asociación fonavista pudo impulsar fácilmente su proyecto de ley que pretende devolver con dinero en efectivo, bonos, acciones, viviendas sociales, terrenos, compensaciones por pago de obligaciones y deudas tributarias o materiales de construcción: un monto total de ¡22 mil millones de nuevos soles! La Confederación de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP) ha alertado que recursos necesarios para programas sociales e inversión pública peligrarían si gana el SÍ en el referéndum.
Hay otro problema: la asociación fonavista quiere imponer su padrón de beneficiarios como el único padrón oficial, a pesar que el proyecto de ley a consultar señala que una comisión ad hoc elaborará el respectivo padrón. La asociación cobra 26 nuevos soles por entrar al padrón y 10 adicionales para la propaganda a favor del SÍ.
Aceptando el fracaso, el Poder Ejecutivo ya anunció que acatará la voluntad popular que se exprese en el referéndum, pero no aceptará que la asociación imponga su padrón. Si gana el SI, el problema FONAVI no acabaría y, quizá, quedaría para el siguiente gobierno nacional.
¿Cuál será su voto? Si fue fonavista o tuvo familia fonavista, tal vez votará SÍ. No obstante, si es muy joven para saber qué fue FONAVI o jamás tuvo un empleo formal que lo convirtiera en fonavista, ¿votaría SI para que sólo una minoría privilegiada se beneficie?
Personalmente, votaré NO.
Por Gian Carlo Orbezo Salas
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