La intolerancia

¿Ha leído las columnas de opinión de Andrés Bedoya Ugarteche (a quien no conozco, pero merece respeto) en el diario Correo? Si no lo ha hecho, hágalo.

Detrás de análisis bastante simplistas y un lenguaje racista, Bedoya Ugarteche destila una chocante intolerancia contra cualquiera que se halle más a la izquierda de él dentro del espectro ideológico. Calificativos como “caviar”, “rojo”, “burros” o “bestias” abundan en sus escritos.

Al otro lado, el director del diario La Primera y columnista César Lévano es un caso similar. Lévano apela a un lenguaje oscuro compuesto de términos rebuscados y razonamientos poco claros para atacar ferozmente a quien no se encuentra tan a la izquierda como él. No es vulgar como Bedoya Ugarteche, pero sí muy agresivo. Claro, no faltan alusiones como “derechista”, “reaccionario”, “neoliberal” o “pro-chileno”. En fin, ambos son dos caras en la moneda de la intolerancia.

En el Perú como en el resto de América Latina ha sido común la intolerancia contra el prójimo. No sé si es por nuestra herencia árabe o la naturaleza humana.

Un representante de esa intolerancia fue el presbítero Francisco del Ávila. En 1597 Del Ávila se convirtió en vicario y juez eclesiástico en Huarochirí, donde se dedicó a perseguir con inusitada rabia cualquier manifestación religiosa ajena al catolicismo ortodoxo entre los indígenas. Del Ávila era intolerante y nunca lo ocultó. Acusado de excesos y atrocidades contra los indígenas ante el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, Del Ávila fue trasladado a Lima, pero logró salvarse de una sanción tras realizar un gran “auto de fe” público (ceremonia para cumplir la condena inquisitorial) en 1609, en el cual hizo quemar sin reparos “ídolos” y restos humanos venerados por indígenas. En 1643 Del Ávila fue premiado con el cargo de Visitador General de Idolatrías.

Evocando el pasado republicano: en 1874 el Congreso debatía la abolición de la pena de muerte a pedido del Ministro de Instrucción, Justicia y Beneficencia, pero los debates acabaron en furibundos ataques entre senadores o diputados partidarios y detractores que no cesaban de acusarse unos a otros.

Asimismo, durante varias décadas el APRA y el Partido Comunista se atacaron mutuamente sin clemencia. Los apristas llamaban a los comunistas “rabanitos” o “rojos criollos” y los comunistas se referían a los apristas como “pequeños burgueses” o “social-fascistas”. Hasta 1945 el diario El Comercio se refería a los apristas como “la Secta”. Durante la dictadura del general Juan Velasco Alvarado en la década de 1970 casi todos los ministros se volvieron expertos en insultar a opositores y críticos. Todas son expresiones rotundas de intolerancia.

Quien escribe también ha sido presa de esa intolerancia que parece innata en muchos de nosotros. Sin embargo, aún nos queda la esperanza por las nuevas generaciones que están creciendo y formándose en el respeto al otro, la interacción con el otro y el aprendizaje del otro, más allá de las naturales diferencias. Al fin de cuentas, ¿qué feo sería el mundo si todos fuésemos igualitos?

Por Gian Carlo Orbezo Salas

Imagen tomada de: http://delcristalconquesemire.blogspot.com/

4 thoughts on “La intolerancia

  1. “En el Perú como en el resto de América Latina ha sido común la intolerancia contra el prójimo. No sé si es por nuestra herencia árabe”

    ¿No estás siendo intolerante?

  2. Buen día.
    Lo primero que quiero hacer notar es que la intolerancia viene fundamentalmente de la ignorancia de todo aquello desconocido e inalcanzable por experiencia propia. De ello a su defensa tiene como necesidad la de prejuzgar. Por este lado quisiera decirte Gian Carlo Orbezo que esta es una actividad natural y humana (por tanto social) y no de solo una clase, etnia o cultura como sugieres con “nuestra herencia árabe”.
    En un segundo aspecto, creo que existen diferencias al decir a un tipo “maricón”, “negro”, “neoliberal” o “rojo”, tanto en su clasificación de intolerabilidad como en su intención e instrumentalización. En este sentido decir “maricón” o “negro” es la intolerancia más básica porque se refiere despectivamente a características innatas de una persona. A diferencia de “neoliberal” o “rojo” que se refieren más a una descripción estrictamentente social, es decir no está referido a la persona misma únicamente sino también a todos los cuales adoptan su concepto implícito dentro del prejuicio. En mi caso tanto al analizar y comentar sobre política he referido muchas veces el término “neoliberal” o “neoliberalista” con el fin de diferenciarme ideológicamente de ella y a la vez de diferenciarla de otras ideologías como lo es el keynesianismo o economía social y marxismo. Obviamente no me eh interesado en conocer las otras cualidades humanas de los que incluyo en ese grupo pues no son de mi interés.
    En ese caso entonces utilicé el prejuicio como instrumento para diferenciarme de ellos pero sin ningún motivo más, lo que no me hace intolerable. Caso contrario es cuando alguien se refiere a otro como “rojo” pues su intención no es solo diferenciar sino excluir sistémicamente, o mejor dicho crear un enemigo común de la sociedad. Y esto solo se logra cuando el que intolera tiene a su vez poder político y económico. Otro ejemplo es el “pro-chileno”. Creo yo no tiene la intención de crear “límites fijos” de a quien podría referirse de ese término porque su poder se basa en su carácter general y la potencialidad que tienen todos de llegar ser incluídos dentro de ella.

  3. “En el Perú como en el resto de América Latina ha sido común la intolerancia contra el prójimo. No sé si es por nuestra herencia árabe o la naturaleza humana.”

    Entonces debo asumir que hay dos causas para la intolerancia: herencia arabe y naturaleza humana. Lo de naturaleza humana lo puedo entender y debatir, pero “herencia arabe”??? Aqui el autor esta siendo intolerante contra una de las culturas mas importantes e influyentes del mundo al relacionarla con la intolerancia; algo entendible si esa afirmacion la hiciera una persona quien no tiene conocimientos basicos de politica internacional e historia universal y solamente sigue las noticias coyunturales con analices simplistas. Es cierto, la cobertura actual del mundo arabe esta mayoritariamente relacionada a los conflictos armados y/o sociales que sufren sus pueblos; pero eso no significa que los arabes son inherentemente intolerantes.

    La cultura arabe contribuyo en muchos campos a la la humanidad, pero la intolerancia no es una de ellas. Un par de ejemplos:
    Literatura: Mil y una noches, un clasico de la literatura mundial
    Ciencia: algebra, el cero, sistema numerico, trigonometria, etc
    etc, etc

    Por otro lado, me parecio muy interesante el articulo.

    saludos

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