¿Ahora, de quién es la responsabilidad? El NO arrasó, cuando se esperaba que, en el peor de los casos, ganara el SÍ pero no se formara ninguna región. ¿Qué pasó? Reglas confusas, desinformación, y un voto en contra del presidente Toledo. O tal vez oposición de los partidos (que apoyaron el proceso en un inicio), un Ejecutivo que no demostró suficiente interés, y presidentes regionales que decidieron echarse para atrás al último momento. Las razones son demasiadas, y el resultado no es para sorprenderse.

De 16 departamentos que participaron en el referéndum, 15 demostraron las falencias del proceso de regionalización con un rotundo NO. El intento de enmendar la Ley de Regiones 72 horas antes del referéndum -producto de la demora del Ejecutivo en entregar el proyecto-, finalmente bloqueado por la bancada aprista, dio señales de cuál sería el resultado del proceso.

Se asegura que la falta de información no ha sido el problema, ya que, hasta el conteo del momento, aproximadamente 87% de la población asistió a votar. Sin embargo, eso no necesariamente significa que los ciudadanos estén realmente informados. La campaña de difusión del proceso no sólo significaba dar a conocer que el 30 de octubre había que acercarse a votar. Esta campaña también debía haber incluido temores reales de la población, como por ejemplo, qué iba a pasar con el canon minero de aquellas regiones que lo reciben. Estos temores, como tener que compartir el canon con las otras regiones, azuzados probablemente por una campaña de desinformación, han sido parte del fracaso del proceso.

Toledo decidió “ponerse las pilas” faltando muy poco para el día del referéndum. Insistió en cada aparición pública en la importancia de ir a votar el 30 de octubre. No obstante, su aparición puede haber causado el efecto contrario: la población demostró su descontento hacia la gestión presidencial votando por el NO. Es una situación bastante común cuando de referéndum se trata.

Pero lo más sorprendente es cómo ciertos presidentes regionales presentaron expedientes técnicos, para luego oponerse a la regionalización. O tal vez, como ciertos partidos, después de haber apoyado la Ley de Regiones, dicen sentirse “satisfechos” con los resultados, porque expresan como la población no se dejó manipular por la propaganda oficialista.

Sin embargo, a pesar de que ciertos presidente regionales, aunque eran miembros del Apra, sí apoyaban la regionalización, en sus respectivos departamentos el NO también arrasó. ¿Por qué? Probablemente porque este ha sido un proceso de regionalización que se ha decidido y llevado a cabo desde la capital. Ha estado centrado en las autoridades, cuyos cálculos políticos se han sobrepuesto a la conformación de regiones según economías regionales. En ese caso, la única futura región que sí era una economía regional, hubiera sido la conformada por Ica-Huancavelica-Ayacucho.

También debieron tomarse en cuenta los vínculos interculturales entre los departamentos que conformarían las regiones, además, por supuesto, de las vías de comunicación que conectan los departamentos.

El obstáculo que representa esta primera etapa del proceso de regionalización, provee de una nueva oportunidad para definir la creación de nuevas regiones según criterios económicos y sociales, más que políticos. El CND reconoció su reponsabilidad, y que eran necesarios cambios en las leyes de descentralización, y propondrá cambios en las reglas para la preparación de expedientes técnicos. Promover una mayor participación de la ciudadanía disminuyendo la valla de 15% del padrón electoral puede facilitar este proceso, así como la inclusión de los alcaldes.

Asimismo, el CND ha solicitado que en el Acuerdo Nacional se analice la oposición demostrada el domingo pasado. Ahora también es necesario que los candidatos presidenciales incluyan el proceso de regionalización en las agendas para las campañas electorales. Después del triunfo rotundo del NO, convertirse en abanderados del proceso de regionalización puede ser un riesgo para los candidatos. Pero cualquier que sea el próximo presidente del Perú, tendrá que asumir la regionalización, y no sería mala idea que aprenda de los errores del actual gobierno.

Ver “Crónica semanal (19 al 25 de octubre)” y www.onpe.gob.pe

Mariana Olcese