Bien que por mal no venga

La noticia sorprendió hasta al mismo ganador: El premio Nobel de la Paz fue otorgado al presidente estadounidense Barack Obama el 9 de octubre de 2009. Algunas reacciones son de felicitaciones sorprendidas, otras son cuestionamientos –¿estos premios no deberían entregarse después de haber hecho algo?-. El trasfondo de estos cuestionamientos es si la “Obamamanía” le ha comenzado a costar caro, y que habría llegado el momento de respaldar sus palabras con actos y resultados concretos. Esta no es la primera ocasión en la que lo que debería ser una buena noticia se convierte en una maldición disfrazada.

En política, ¿no hay bien que por mal no venga?

Haber invertido el popular dicho no es equivocación. Al contrario, describiría la actitud de gobiernos y ciudadanos por igual respecto a los hechos inesperados que para cualquier ciudadano promedio serían dignos de alabanza pero que para gobiernos son fuente de críticas y futuros dolores de cabeza. No sólo se trata de honores que generan controversia como la entrega del premio Nobel al presidente Obama, pero también pueden incluirse en esta categoría, por ejemplo, cuando un país o ciudad es escogida para ser anfitrión(a) de un evento deportivo o una cumbre mundial. ¿Alguien no recuerda los meses anteriores a las cumbres ALC-UE y APEC que se organizaron en Lima el año pasado? ¿Qué hubiera sucedido si en lugar de la modernización de infraestructura y las restricciones al movimiento para dichas cumbres nos hubiéramos enfrentado a la preparación para un evento de la talla de unas Olimpiadas? Incluso, ¿qué sucederá si es que Lima es elegida para ser la sede de los Juegos Panamericanos en el 2015?

A este reto se enfrentará el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para la organización de las Olimpiadas en Río de Janeiro en el 2016. El honor es inmenso, pero el trabajo lo será aún más. Sí, los potenciales beneficios económicos y la exposición mundial probablemente valgan la pena, pero como primera ciudad sudamericana en organizar el evento deportivo, se tendrán expectativas suficientes como para no cumplirlas, sobre todo si hablamos de un gobierno –como el actual gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Lula- que ya se ha visto involucrado en escándalos de corrupción. No olvidemos, además, que el Mundial de Fútbol también se jugará en Brasil en el 2014. Sumemos a eso la experiencia previa con los Juegos Panamericanos del 2007, organizados en Río de Janeiro, donde el presupuesto se vio ampliamente excedido, y existe la preocupación que suceda lo mismo con los más de US$ 14 mil millones de dólares presupuestados para Río 2016.

Cuando las responsabilidades son mayores, hay más en juego, y no necesariamente la oposición política dejará de ser oposición al partido en el gobierno sólo por el honor conferido. Aunque, claro, también es posible patear la pelota para el siguiente gobierno, como puede suceder para los Juegos Panamericanos que podrían organizarse en Lima en el 2015. No obstante, los gobiernos cambian pero los ciudadanos quedan, y son ellos quienes tendrán que soportar las incomodidades –y los presupuestos excedidos- cuando pase la resaca de la celebración.

En política, no hay bien que por mal no venga porque lo que es bueno trae muy altas expectativas. Es verdad, la decisión de otorgar el premio Nobel a Barack Obama no se incluye en la misma categoría que otorgar a Río de Janeiro la sede de las Olimpiadas del 2016, pero ambos impulsarán a los ciudadanos –y habitantes del planeta- a exigir a los gobernantes que cumplan lo que prometen. Y, desgraciadamente, parece que nadie gana cuando de cumplir promesas se trata.

Mariana Olcese

2 thoughts on “Bien que por mal no venga

  1. Brasil Sede del mundial y de las olimpiadas…
    Obama nobel de la paz…
    Amazonas…

    Se que mis palabras sonarán demagogas y trilladas, pero no son más que la sensatez escrita: hoy, más que nunca, hermanos sudamericanos, debemos estar unidos y atentos…..no debemos dejar que el poder oculto manipule lo único que nos haría libres, que es la unión.
    Desde el 1400 en adelante, fuimos colonias explotadas. Gracias a aquellas gloriosas épocas, hoy “avanzamos”, nos “occidentalizamos” y por “suerte” no somos indígenas que vivimos en chozas. Nos mestizamos, nos aburguesamos, y aquí estamos, aguardando que vengan por el amazonas, por la patagonia, por la minería, etc….bueh, aguardando es un decir.

    Hoy, más que nunca, unidos hermanos!!!

  2. ¡¡ DEJÉMONOS DE HIPOCRESÍAS !! ¿POR QUÉ NO SE PROPONE COMO PREMIO NOBEL DE LA PAZ A QUIEN PACIFICÓ EL PERÚ DERROTANDO AL TERRORISMO Y LOGRANDO LA FIRMA DEL TRATADO DE PAZ CON ECUADOR? ¿ Gracias a quién todos vivimos tranquilos sin temor de ser despedazados por un coche bomba ? ¡¡ REFLEXIONEMOS !!

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