La empresa minera Doe Run Perú se volvió a salir con la suya. Luego de masivas protestas por parte de los trabajadores en La Oroya, el Congreso de la República decidió ampliar por dos años y medio el plazo para que la minera estadounidense se adecúe a los estándares ambientales exigidos por el gobierno.
Esta parece ser la historia de nunca acabar. Es ya la segunda vez en que Doe Run fracasa en la ejecución del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA). Los dos puntos neurálgicos del PAMA son la construcción de una planta de tratamiento de ácido sulfúrico de cobre y la modificación del circuito de cobre. Hace once años, en 1998, Doe Run solicitó, con éxito, la modificación del PAMA. Originalmente, el PAMA exigía la construcción de dos plantas de tratamiento de ácido sulfúrico. El entonces gobierno de Alberto Fujimori, sin embargo, redujo la obligación a solamente una planta de tratamiento (fuente: El Comercio).
En junio del 2006, ahora bajo el gobierno de Alejandro Toledo, Doe Run obtiene extensión del plazo para el cumplimiento del PAMA (fuente: IDL). Hoy, tres años después, y 12 años desde que Doe Run iniciara sus operaciones en La Oroya, el PAMA sigue sin cumplirse a cabalidad. Hasta la fecha, Doe Run ha invertido muchos millones de dólares para el cumplimiento de una serie de requisitos ambientales. Desde hace dos años, la minera ha eliminado la contaminación del río Mantaro con plomo. Además, ha logrado reducir la emisión de plomo y arsénico por la chimenea principal de la mina por debajo del límite máximo permitido. Sin embargo, los dos puntos neurálgicos arriba mencionados siguen sin cumplirse, a pesar de que el plazo habría vencido en octubre de este año. Con la decisión del Congreso, Doe Run ahora tendrá tiempo hasta el año 2012.
Los argumentos esgrimidos por Doe Run son de carácter financiero. La crisis económica ha afectado el precio internacional de los metales que La Oroya exporta, principalmente cobre, plomo y zinc. Gracias a la demanda china, sin embargo, los precios de los metales ya están empezando a recuperarse. Tampoco debemos olvidar que, hasta hace poco tiempo, el mundo vivió un verdadero boom de las materias primas. Sobre todo el precio del cobre anduvo por los cielos. Es de suponer, entonces, que buena parte de los problemas financieros de Doe Run son internos y no tan recientes.
Doe Run sostiene, además, que los problemas ambientales de La Oroya vienen desde hace mucho tiempo atrás. Las operaciones en la mina de La Oroya estuvieron a cargo de la Cerro de Pasco Corporation entre 1922 y 1973, y de la empresa estatal Centromín entre 1974 y 1997, tiempo en el cual la protección del medio ambiente preocupó a muy pocos. El hecho de que el Blacksmith Institute incluyera, en el 2007, a La Oroya entre las diez ciudades más contaminadas del mundo se debe, en buena parte, a la irresponsabilidad de los operadores anteriores y especialmente del gobierno peruano. Pero ello no es, por supuesto, razón para que Doe Run opere a su gusto y parecer.
Quizá lo más preocupante del caso Doe Run sea su capacidad de azuzar a sus trabajadores para que pongan al gobierno en jaque. El 22 de setiembre, los mineros iniciaron una multitudinaria protesta, incluyendo el bloqueo de la Carretera Central. Las protestas dejaron el trágico saldo de un policía muerto. Después de lo ocurrido en Bagua, el gobierno no tuvo los nervios para ponerle freno a la situación. El Ejecutivo le pasó la papa caliente al Congreso. Apenas dos días después de la protesta, el jueves 24 de setiembre, el Pleno del Congreso aprobó, casi por unanimidad, la extensión del plazo por 30 meses más. Bajo estas circunstancias, el resultado tiene un fuerte y desagradable olor a chantaje.
Enlaces de interés:
Sitio web de la minera Doe Run Perú
Documento de la minera Doe Run Peru sobre los avances en el cumplimiento del PAMA (2008)
Augusto Álvarez Rodrich, Fernando Rospigliosi y Mirko Lauer discuten el tema en “Llanta de Prensa”
Cómo Doe Run colonizó La Oroya (El Comercio)
Imagen tomada de: http://politekon-peru.blogspot.com/